Memoria deslucida

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—¿Qué estás leyendo? —murmuré a Izaya, me quejé a la vista del gato durmiendo pacíficamente a su lado haciendo completamente imposible para mi acurrucarme contra él.

Era injusto que la criatura tomara mi lugar. En verdad injusto.

—Hyunta. Es sobre un mundo después de la muerte —respondió con sus ojos pegados a las páginas, parecía muy inmerso en la historia.

—Suena interesante.

—Lo es.

Los últimos minutos volaron en silencio entre nosotros. La atmósfera a nuestro alrededor se sentí extrañamente incómoda. Le di un vistazo a Izaya por última vez, casi rogándole que me viera.

Suspiró y finalmente puso el libro abajo. —¿Qué es?

Rodé sobre mi estómago sin romper el contacto visual por un segundo.

Le sonreí, y él me devolvió la sonrisa, boca abajo.

—¿Izaya, qué somos? —le pregunté. Él se sentó quieto por un momento con los ojos ligeramente abiertos, hasta que se recargó contra la pared tras él en una posición relajada y suspiró de nuevo.

—No estoy familiarizado con esa pregunta ¿puedes explicarte, Shizu-chan? —respondió con un tono casi agudo.

Rodé los ojos a él —No me hagas explicarte, ambos sabemos que eres mucho más listo que yo, y siempre lo serás. Y con eso dicho, responde mi pregunta —escupí de vuelta.

Izaya no pareció feliz con mi respuesta, en ningún modo posible. Se levantó de la cama casi con mucha prisa y puso su libro en su mochila —No lo sé... —admitió en voz baja. Se volvió para encararme una vez más —¿Tú qué crees?

Fue una pregunta simple, de hecho.

Pero me puso a pensar.

¿Qué creía yo que eramos? O más bien.

¿Qué quería que fuéramos?

Quería que estuviéramos en una relación.

¿Pero Izaya de verdad quería eso?

Él dijo que necesitaba a alguien como yo en su vida.

Pero, ¿y si eso no nos vinculaba juntos en una relación?

¿Qué debo hacer?

—Shizu-chan, ¿te moriste o algo? —un par de esbeltos dedos chasqueaban frente a mis ojos y desperté de mi profunda reflexión.

—¿Novios?

—Huh?

—Es decir, ¿somo novios? —pregunté de nuevo. Aclaré mi garganta, preparándome para un pequeño discurso de amor. —Escucha Izaya, como te dije ayer, de alguna forma me las arreglé para enamorarme tan profundamente de ti, y eso no va a cambiar. Lo que quiero para nosotros es estar juntos, como una pareja, quiero que seamos felices juntos —sonreí.

Rápidamente volteó su cabeza, pero sus orejas rojo tomate mostraban el sonrojo que el pelinegro claramente estaba tratando de ocultar. Reí entre dientes y me acerqué un poco más cerca de él, rodando sobre mi estómago.

—No sé que decir a eso. Nunca había estado en una relación antes... O siquiera considerado una para el caso —bajó la mirada, avergonzado.

Alcancé su mano. Tiré de su manga, y sus hermosos ojos rubíes se encontraron con los míos —¿Recuerdas lo que te dije en el arcade? —le pregunté con inocencia.

—Está bien, ambos somos nuevos en esto... —murmuró las palabras. Casi como un niño repitiendo la regla que rompió, frente a sus padres. —Pero ni siquiera hemos salido de verdad aún —siguieron las palabras de Izaya.

Breaking Past (Shizaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora