¿Por qué?

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¿Por qué permitimos que estos pensamientos nos invadan?

Este pen­sa­miento me lleva a otro...
Qué clase de hue­lla estoy dejando, en mis hermanos, mi familia, en mis ami­gos, en mi persona, y aun en la gente que va de paso en mi vida, si mejor mi acti­tud, y saco lo mejor de lo peor.

Estoy seguro que cada uno de noso­tros que­re­mos dejar una hue­lla posi­tiva, un recuerdo bonito en las per­so­nas que están cerca de noso­tros, que­re­mos ser recor­da­dos de una manera agradable.

Cuando era niño, tenía una maes­tra (Miss Celia) , era una mujer mayor, blanca de cabello castaño, del­gada y con un olor muy agra­da­ble siem­pre tenía una son­risa y entre sus len­tes se podían apre­ciar sus ojos marrones claros, su nariz era respingada siem­pre impe­ca­ble sus cla­ses eran muy entre­te­ni­das, y aun­que a mí no era de interesarme algunos cursos, sabía mi nom­bre pues se intere­saba en cono­cer a la fami­lia de cada una de sus alum­nos, mi fami­lia y por supuesto Yo, aun la recor­da­mos con mucho cariño, marco en mi el gusto por la lec­tura, así como el amor y el res­peto hacia los demás. A cada uno de sus alum­nos los moti­vaba a bus­car en su camino lo que en reali­dad les hacía dis­fru­tar (pienso que ella dis­fru­taba de su tra­bajo; que para ella era un ver­da­dero pla­cer y el resul­tado fue que aún es recor­dada cari­ño­sa­mente por todos los que la conocimos).

Si quiero ser recor­dado como una per­sona posi­tiva, debo cam­biar mi acti­tud de una manera posi­tiva, debe haber con­gruen­cia entre nues­tro pen­sar, nues­tros actos y nues­tras metas.

En la logo­te­ra­pia se le llama Auto tras­cen­der... Es el deseo de dejar una hue­lla posi­tiva el actuar de forma res­pon­sa­ble y en armo­nía en con­gruen­cia con lo que que­re­mos, pen­sa­mos y actuamos.

Por poner un ejem­plo: Aquella persona que al per­der el tra­bajo o una rela­ción o tiene una pér­dida se da a la bebida (borrachera), o se rela­ciona con otras pare­jas solo para sus­ti­tuir a la ante­rior o sim­ple­mente se desen­tiende de sus obli­ga­cio­nes jus­ti­fi­cando que es una víc­tima, o algo muy común entre noso­tros los varones "Las juergas muy seguidas, el emborracharse, el fumar... claro no todos somos fiesteros." (Duro golpe a nues­tro bol­si­llo) y al final tris­te­mente vemos que esto solo nos divirtió momen­tá­nea­mente, ese males­tar por­que solo toma­mos un atajo fácil, pero al día siguiente o en un tiempo breve la cruda moral, o el sen­ti­miento de vacío continua.

El reto de ser mejo­res per­so­nas hay que basarlo jus­ta­mente en lo mejor de noso­tros mis­mos, haga­mos que tras­cienda en nues­tros seres que­ri­dos pre­di­cando y ense­ñando que las vir­tu­des son herra­mien­tas indis­pen­sa­bles e insus­ti­tui­bles en un ser humano, por­que éstas son universales.

Se escu­cha muy fácil y se piensa que es sen­ci­llo actuar correc­ta­mente y engran­de­cer o recu­pe­rar las vir­tu­des en un ser humano, pero es un tra­bajo de dedi­ca­ción de ánimo, y a veces hasta de sacri­fi­cios. Claro no digo que debe­mos andar por el mundo haciendo peni­ten­cia, pero si hay peque­ños deta­lles o qui­zás acos­tum­brar­nos a cier­tas cosas sen­ci­llas que nos ayu­den a fortalecernos.

Por ejem­plo todos los días nos encon­tra­mos en la TV o en internet, con noti­cias des­agra­da­bles y lo peor es que nos depri­men o hacen sen­tir vul­ne­ra­bles y desea­mos pro­te­ger a nues­tra fami­lia. En lo per­so­nal durante un tiempo he deci­dido no escu­char o ver los noti­ciero en la mañana o en la noche, escu­cho o veo solo uno al medio día, trato de empe­zar mi día y ter­mi­narlo sin escu­char vio­len­cia o cosas des­agra­da­bles es algo así como aque­llo que dicen que nunca te vayas a la cama disgustado.

Por­que a veces sin motivo y sin razón apa­rente nos gana el enojo en el lugar que nos rodea, en el tra­bajo, con nues­tros veci­nos, o con nues­tra fami­lia. Sé que es muy com­pli­cado tener la son­risa en la boca, y lite­ral­mente eso de res­pi­rar y con­tar hasta diez, no siem­pre fun­ciona, sin embargo es nece­sa­rio hacer un alto y tra­tar de ver­nos como si fuera una pelí­cula; ana­li­zar las cir­cuns­tan­cias y sacar lo mejor de lo peor.

El cam­biar nues­tra acti­tud ante la vida debe­ría ser algo que nos diera pla­cer y orgu­llo hacer ya que si empe­za­mos a ver la vida de una mejor manera poco a poco ire­mos trans­mi­tién­dole eso a nuestros hermanos, a nues­tros ami­gos, y la cadena se irá haciendo cada día más fuerte.




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