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Liz le hizo unas señas al camarero y este asintió, volvió a mirarme y solté una risa.

—Bueno, necesito que me cuentes otra vez tu situación por que no entendí nada. —le dije luego de beber de mi vaso.

—Nos estamos dando un tiempo...

—Osea que cortaron. —la interrumpió Payton alzando los hombros.

—¡No! Estamos dándonos un tiempo para conocer a otras personas, si no conocemos a alguien más especial significa que estamos destinados a estar juntos.

En cuanto esas palabras salieron de la boca de Liz, Payton y yo comenzamos a reír, consiguiendo a una Liz con el ceño fruncido.

—No entiendo que es lo gracioso, enserio funciona, lo leí en una revista. —dijo finalmente terminando lo que había en su vaso.

Asentí con la cabeza al igual que Payton, el camarero se acercó a la mesa con las nuevas bebidas que pedimos y retiró los vasos vacíos que habíamos dejado, no sin antes guiñarle un ojo a Liz.

—Creo que hoy es noche de bingo para ti, Liz. —le dije observando como el camarero se alejaba.

—Si, tal vez, voy a al baño.

—¿Vas al baño o vas a ligar al camarero que por coincidencia está atendiendo la barra al lado de la puerta del baño? —preguntó Payton, la pelirroja rodó los ojos y caminó hacia el baño.

Había alguien comenzando a tocar en el escenario del bar, no le presté mucha atención, me dediqué a mirar mi celular hasta que la voz de Payton me hizo desviar la vista.

—¿Ese chico en el escenario no está tocando tu canción favorita? —
Me preguntó señalando al cantante, que efectivamente, por los acordes, estaba tocando Wonderwall de Oasis.

Me voltee a verlo, con cabello castaño, y una hermosa voz, me quedé viéndolo, por la mitad de la canción, la voz de Payton volvió a llamar mi atención.

—Creo que alguien se enamoró.

Rodé los ojos y negué con la cabeza, la canción terminó y todos en el bar aplaudieron al chico, incluso yo, el bajo del escenario agradeciendo y por un momento, nuestras miradas se encontraron.
Me voltee a ver otra vez a Payton quien sonreía, esa chica estaba todo el tiempo con una sonrisa en un rostro, Liz apareció y se sentó en la mesa.

—¿Me perdí de algo? —preguntó luego de darle un sorbo a su bebida.

—Grace se enamoró del cantante de hace unos minutos. —soltó Payton asintiendo con la cabeza, la miré con una ceja alzada.

—¿Enserio? Es lindo, harían buena pareja, y noté que estaba cantando tu canción favorita.

Negué con la cabeza.

—No me enamoré de el, solo miré como tocaba la guitarra, al igual que todos los que están en este bar, eres una exagerada. —le dije a Payton, ella alzó los hombros.

Miré la hora en mi celular, ya era tarde y mañana debía ir a trabajar.

—Creo que debería irme.

Liz y Payton me miraron con cara triste.

—¿Tan temprano? —se quejó Liz.

—Mañana tengo que trabajar.

Ellas asintieron con la cabeza, saqué un poco de dinero y lo dejé sobre la mesa, me despedí de ambas y salí del bar mientras llamaba a un taxi.
Me senté en una parte sobresaliente de la pared de una casa que estaba al lado del bar, sople mis manos intentando hacer calor, era mayo y el frío ya estaba cayendo en la ciudad.
Sentí la puerta del bar abrirse y miré hacia esta, el chico que hace un rato estaba cantando había salido del bar encendiendo un cigarrillo, luego de unos minutos se dió cuenta de mi presencia. Le dió una calada al cigarrillo y caminó hacia mí mientras soplaba el humo.

—Soy Brent. —me dijo una vez que estaba a mi lado, alcé una ceja y miré hacia el costado.

—Hola Brent. —contesté alzando los hombros, el río soltando más humo, era demasiado guapo.

—¿Tu quien eres? —me preguntó luego de darle otra calada al cigarrillo.

—Soy Grace.

—Es un gusto, Grace.

Asentí con la cabeza y me crucé de brazos para no tener frío.

—¿Fumas? —me preguntó acercando su cigarrillo hacia mi y yo negué con la cabeza— ¿Por que?

—No me gusta. —contesté alzando los hombros, el asintió con la cabeza.

Doblando la esquina apareció un taxi, probablemente el que había pedido yo.

—Me voy, un gusto conocerte Brent.

Caminé hacia el taxi y me adentré en este, le dije la dirección al conductor y cuando arrancó, observé a Brent por la ventanilla pisando su cigarrillo y volviendo a entrar en el bar.
Cuando llegué, le pagué al taxista y entré en mi edificio, observé a Mike, el recepcionista, dormido sobre su silla, negué con la cabeza y caminé hacia el elevador, marqué el cuarto piso y me recargue sobre la pared mientras esperaba. El elevador se detuvo y las puertas se abrieron, salí del lugar y caminé buscando mi departamento, cuando lo encontré busqué mis llaves, abrí la puerta y la cerré detrás de mí. Arrojé las llaves sobre la mesita ratona y colgué mi chaqueta en el perchero, caminé hacia la pequeña sala y me encontré a mi hermana dormida con el televisor encendido emitiendo The Walking Dead. La sacudí un poco haciendo que despertara.

—Emma, ve a dormir a tu cuarto. —le dije, ella asintió con la cabeza, se paró del sillón y al instante cayó al suelo, rodé los ojos y la levanté, poniendo un brazo alrededor de mi hombro.

Caminé hacia su cuarto y la dejé sobre su cama, la tapé con una manta y salí de su cuarto cerrando la puerta. Me dirigí hacia la cocina y me quité mis botas, encontré algo de pizza en una caja y la lleve hacia el sillón, mi mascota hizo presencia, sentándose sobre mis piernas.

—¿Me extrañaste, Cloe? —le dije acariciando su suave pelaje, mi gata ronroneó.

Comí lo que quedaba de la pizza y cuando mis párpados comenzaron a pesarme, dejé a Cloe en su almohadón con forma de castillo y me puse mi pijama para finalmente irme a dormir.

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Grace en multimedia.

Encuentros en la biblioteca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora