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Es increíble como en los hospitales y en los aeropuertos podemos ver los besos y las lágrimas mas sinceras, esas que salen de nuestra alma, no del corazón, un dolor único, real, insuperable. O quizás se descubre el amor, la manera mas pura de demostrar lo que causa el dolor de una partida o la alegria de un regreso. Muchas personas lo han vivido lo han sentido, pero es imposible que mi caso sea el ultimo.

Aún puedo verlo caminar entre la multitud con su maleta, aun siento el calor de su beso en mis labios, mi corazón late demasiado rápido, tanto que ya se siente demasiado lento. ¿Como es posible que dentro de tanto dolor puedo describir lo mucho que lo amo? No se ha subido al avión y ya lo extraño... Quizás yo lo bese y le hable de un hasta luego, pero se que su despedida fue un adiós. Si nunca has escuchado como se rompe un corazón ve a un aeropuerto y mira como una mujer ve partir al que dijo ser el amor de su vida, ve al aeropuerto y mirame, mira como las lágrimas se acumulan en mis ojos impidiéndome ver mas allá de su reflejo, aun puedo verlo, no se da la vuelta, no me quiere ver por ultima vez.

Una de sus amigas me abraza, con lástima, tal vez dolor, no se si ella lo vio, pero yo lo sentí, se fue sin decir adiós. No puedo negar que quiero luchar por lo nuestro, aún puedo convencerlo de amarme de seguir juntos de amarlo a la distancia de todos modos, lo amaría aunque se fuera a china.
Me doy cuenta que si hubiera sentido un ápice de "no te quiero dejar ir" en ese beso, estaría comprando un pasaje y darle la sorpresa decirle que estoy con él sin dudarlo un segundo. Pero en el momento siento que necesita un tiempo para pensar en que es lo que quiere. Bajo la mirada y camino junto Andrea (su amiga) y hablamos de como me duele verlo ir, aunque no me interesa que ella lo sepa. La miro y no es mala persona, simplemente no me siento cómoda hablando con alguien que dejara de hablarme apenas el decida hacer la separación oficial. Pero se que no lo hace de mala manera, me habla porque soy la novia de su amigo, por lo menos hasta el momento, y dejo que me pregunte cosas porque necesito desahogarme.

Llegamos a su destino, se baja como si no hubiera pasado nada, yo me siento destrozada, en un susurro correspondo a su "adiós" y sigo mi camino sola en el autobús. Miro por la ventana como si estuviera en un videoclip de moda y pienso en sus ultimas palabras, en su abrazo, en su cara junto a la mía antes de irse, en la falta que me va a hacer. Prendo mi teléfono y decidí hablarle, se que estará aun en el avión, pero prefiero que cuando llegue sea mi voz la que escuche. Le mando una corta nota de voz tratando de no llorar o que no se note que tengo un inmenso nudo en la garganta. Un simple buen viaje, buenos deseos y un hablame cuando llegues hermoso. No se acerca a todas las palabras que quiero decirle a todos los sueños que quiero recordarle. Pero prometí no agobiarlo en su partida, no quiero que sienta que debe acelerar su ida.

El camino se siente eterno. Cada vez que miro por la ventana veo algún lugar que me lo recuerda, es una tortura, es su cuidad, no puedo estar aquí.
Llego a mi casa y puedo soltar todo lo que tenia guardado, salen miles de lágrimas como si nunca antes hubiera llorado, como si fuera la primera vez en mi vida que decido llorar, como si hubiera acumulado todo el dolor vivido hasta ese momento. Subo con una prisa increíble a mi cuarto, al abrir la puerta se me va el aire, las fuerzas, si nunca había sentido morir era lo mas cercano. Había olvidado todos los recuerdos que tenia de él en mi cuarto, un cartel de recuerdos me hace salir del cuarto, miro a mi alrededor y todo me lo recuerda, llevo menos de un ms viviendo en esta casa y siento que cada rincón huele a él. Entro nuevamente a mi cuarto a pesar de sentir ese punzón en el pecho y busco el bolso mas cercano, no reviso que ropa llevar, meto lo que encuentro mas cerca y cierro la maleta. Aún con las lágrimas derramándose sin parar, decido detenerme en la puerta de mi cuarto y dar un último vistazo a lo que fue el gran amor que marco mi vida, al mirar detenidamente cada foto logró ver lo enamorados que no vemos, se me escapa una sonrisa acompañada de una lágrima que se posa en la comisura de mi boca, como si ella también quisiera contemplar la maravilla del amor antes de caer, pero lo inevitable sigue su camino, y cae, cae deteniendo las demás lágrimas, cae y junto a ella cae mi tristeza. Un amor como ese no lo puede separar unos cuantos kilómetros, con mas tranquilidad me acerco a las imágenes y les doy un beso, sonrió llena de amor y le mando un breve pero sustantivo "Te amo", quizás necesite leerlo cuando se sienta lejos, tal vez esta pensandome como yo a él. Tomo mi bolso porque aunque se que aun estamos juntos la distancia arde y los recuerdos solo se acoplan en mi pecho mientras pasan los segundos en la cuidad donde lo conocí, no me voy porque me dueles, me voy porque me faltas.

La imposibilidad de olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora