Lo que mi abuelo estaba diciendo simplemente me parecía absurdo, "vivir después de la muerte", Vaya tontería. Sin embargo, la mirada que todos tenían puesta en mi me hacia poner el hecho en duda. Mis abuelos me miraban esperando que yo me desplomara, incluso tenían una chispa de miedo en sus ojos.
Ian me miraba distinto. El simplemente clavo sus bellos ojos en mi hasta que lo mire, cuando hice eso, el bajo su mirada hacia nuestras manos entrelazadas, lugar donde estanque también mis ojos.
-Danielle, se de sobra que recibir una noticia como esta, pues...impacta, creo. Pero te juro que es la verdad cariño.- Las palabras de mi abuela llamaron mi atención, por lo que dirigí mi rostro en su dirección.- Cariño, podrías hacerme un pequeño favor, mantén la mente abierta. Trata de escuchar todo lo que debemos decirte, después responderemos a tus dudas.- Termino dedicándome una sonrisa.
-A todas ellas.- Reafirmo mi abuelo.
Ian no hablaba, pero sabia que el estaba perfectamente enterado de lo que mis abuelos querían decirme. Nuestras manos seguían entrelazadas, y por mi parte, planeaba que se quedaran así. De alguna manera el simple hecho de tener la mano de Ian sujetando la mía, me daba confianza y me hacia sentir segura.
-Linda, nuestro don viene desde tiempo lejanos, la edad media para ser exactos, tal vez te parezca raro, pero fuiste muy feliz entonces.- ¿Qué? Respire y exhale, ya que dijeron que las dudas solo las resolverían hasta finalizar la charla.- Bueno, eso lo descubrirás después. Lo principal es explicarte bien nuestra habilidad.
-Por fin, una explicación.- Dije inconscientemente, mi abuela me miro con culpabilidad, mi abuelo solo me miro atento. Ian, el soltó una pequeña risa. Este ultimo me hizo sonreír un poco.
-No creo que la explicación te saque de muchas dudas pequeñas.- Debo admitir que de alguna manera me esperaba eso.- Sin embargo lo que vendrá después te va a aclarar la mente, tu memoria se repondrá.
-Danielle.- Interrumpió Ian, hablando por primera vez, con su potente voz.- No quiero que salgas corriendo después de que tu abuelo termine, estoy aquí, contigo. Yo puedo apoyarte y ayudarte a entender todo esto. Te aseguro que si me dejas ayudarte, todo sera mas fácil.- Me miro con delicadeza y cariño mientras hablaba y después de hacerlo.
Asentí en su dirección como respuesta. Estaba un poco preocupada de lo que tenían que decirme, sinceramente esto de hacer en asunto mas complicado, por darle tantas vueltas, me ponía nerviosa.
-Nos llaman viajeros. Estamos conectados a una piedra que lleva en este mundo casi desde su creación. Esta piedra nos da la habilidad de pasar nuestra mente y alma de un cuerpo a otro, a cambio de protegerla.- Se detuvo mientras analizaba mi reacción ante sus palabras.
Sinceramente a estas alturas yo ya no podía reaccionar. Digo, la conversación comenzó mal, no esperaba que todo mejorara de la nada. Mis abuelos nunca en mi vida me habían mentido, así que confió en que tuvieron sus razones para ocultar esto. Aunque a pesar de esto, me parecía imposible creer todo lo que me decían.
-Cada vez que nuestro ser ocupa un nuevo cuerpo, nuestras memorias desaparecen temporalmente, hasta que nuestra ancla las despierta.- Hablo ahora Ian, viéndome con cuidado y hasta temeroso.- Danielle, yo soy tu ancla.
Mis cejas se alzaron un poco a causa de la sorpresa, sin embargo no hice nada mas después de que saliera un -Oh- de mi boca.
-Esto sera mucho mejor cuando tu alma termine de percibir a Ian, recordaras todo acerca de tus anteriores vidas. Cariño, todo sera mas fácil.- Dijo mi abuela muy tranquila. No se por que, pero esa frase hizo que toda la calma con la que contaba se fuera muy lejos de mi, y que dejara salir mis verdaderas emociones.
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UN PAR DE ALMAS
Historical FictionResulta que para Danielle la vida es realmente injusta, y no por que sea una adolescente en pleno apogeo de esta etapa, sino que con tan solo 16 años debe cargar con una verdad que cambiara su vida para siempre. Considero muy prudente mencionar que...