Capítulo III

0 0 0
                                    



Tomó unos veinte minutos para que una patrulla llegara a nuestra casa. Las luces rojas y azules cada vez eran mas molestas desde mi ventana.
Por lo que no podía dormir. Aunque muy dentro de mi sabía que pese a que no hubiesen luces chillonas, aun así no podría conciliar el sueño. Caer en brazos de Morfeo era mucho más que imposible. O al menos esta noche.

—Cariño, baja un segundo. Marcos quiere hacerte unas cuantas preguntas. Serán sencillas.

Papá estaba justo en marco de la puerta con una pose bastante relajada. Asentí. Mamá dio un pequeño apretón a mi mano en señal de que todo estaría bien. Quito el edredón de mis piernas. Y mamá rápidamente quita unos oscuros y desordenados mechones de mi rostro.

La habitación aún estaba a penumbras, así que prendí la luz en cuanto salí de ella. El oficial Marcos estaba justo en la sala de estar junto con una taza de café reposando en su regazo. En ella, tenía algo inscrito como “Estación de Ivory Coast”.

Me siento justo diagonal a él, mientras que papá solo le limitaba a estar mirando de lado a lado.

—Sabes, esto debería hacerlo tu padre. Él es mejor en esto que yo.—Los labios del oficial Marcos dibujaron una media sonrisa.

—Sabes que estoy retirado Marcos. No mas policía en cubierto.

El tono de papá fue un poco exasperado. Era cierto que hace dos o tres años papá estaba al servicio policial. Incluso desde su juventud fue conocido como tener buenos y rápidos ascensos por su habilidad en lo que hacía. Amaba su trabajo. Pero los riesgos siempre estaban flor a flote. Le dispararon al menos unas tres veces. Pero como bien dice el dicho, la tercera es la vencida. Mamá no toleraba esa parte de su trabajo. El peligro. Y mucho menos lo hizo cuando la ultima bala, cerca de su estómago casi iba a matarlo. Estuvo casi 8 horas en una operación. Y al menos veinte tres días en recuperación en un hospital no muy agradable.

Dirijo mi mirada otra vez en Marcos a la espera de una pregunta real.

—Connie, necesito que te tranquilices un poco. Relájate y dime qué pasó cuando estabas en la cocina.

—Estoy tranquila—mentí.

—¿Segura?—señaló mi intranquila rodilla.

Inconscientemente estaba dando pequeños saltos sobre la madera. Coloco mi palma sobre ella para así dejar de hacer el movimiento.

—Yo solo fui a por un vaso de agua cuando...

Mis palabras quedan en la espera. Entonces todo vuelve a mi mente como una pequeña cinta cinematográfica. Cuando cayó frente al cristal. Sus ojos podían ser tan intensos. Aunque apenas y pude ver su rostro.

—Continúa.

La voz de papá me sorprendió. Era firme.

—Un chico golpeo justo en el cristal y...

—Vayamos a la cocina.—Interrumpió con autoridad.

Mamá ya había bajado. Tenía una rosa frazada a la altura de sus codos.

—¿No es peligroso, Marcos?

La preocupación en mi madre era mucho más que evidente.

—Créeme lo peor ya pasó. Estos tipos hoy en día son así. Tienen el valor para usurpar, mas no de ser vistos.

—Cayó justo allí.

Señalé donde estaban los cristales esparcidos ya en el suelo.

—¿Dices que solo se levanto y se fue? ¿No hubo armas de por medio o al menos una mochila?

—¿Mochila?—dudó mamá.

—¡Oh! Es un clásico en el arte del hurto y robo.—la experiencia de Marcos hacía hacerlo sonar como si todo fuese muy obvio.

—No, no había mochila. Solo estaba vestido de negro. Quizás también una chaqueta de cuero.

Me sorprendo a mi misma al recordar ese detalle. Quizás segundos antes no lo hubiese anotado.

Papá se acercó hacia las transparencias colocándose de cuclillas.

—Este tipo debe pesar al menos unos 70 kilos para romper este cristal. ¿Marcos?

Marcos se acercó con cautela, pero el "Crash" debajo de sus zapatos no le ayudaban en nada. Los vidrios estaban esparcidos quizás a un metro o más de distancia.

—Esta ventana es muy gruesa. Tienes razón, pero yo diría que unos 75 kilos son más certeros.


—Llama a Samuels y dile que quiero su trasero aquí. Es hora de que ya me devuelva al menos un favor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 04, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sumergida Tempestad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora