I) Imaginación
Si alguien le hubiera preguntado al Damian de seis años que imaginaba en su futuro el contestaría sin titubear que se veía a si mismo conquistando el mundo tal y como su abuelo esperaba con sus padres como los sabios consejeros.
Si cuatro años después le hicieron la misma pregunta diría que imaginaba llegara el día en que su padre le amara de la misma manera que a sus otros hijos, que fuera a sus eventos escolares, poder tomar su mano y sentirse seguro junto a él. No sentirse una obligación puesta a la fuerza, no sentir que estaba de más en esa familia (esperaba, anhelaba, rogaba con todo su dañado corazoncito llegara ese día).
Si a los doce le repetían la pregunta no sabría qué contestar... ¿salir de ese cuarto acolchado? ¿Terminar lo que empezó? ¿Desaparecer por completo, cortar sus arterias y asegurarse de que no quedara un cuerpo que pudiera reanimar? Se conformaba con ya no escuchar voces que lo atormentaban días tras día.
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Lo que nunca imagino fue que él lo ayudara a recuperar la cordura, que sintiéndose el caballero que rescata a la princesa del castillo del dragón irrumpió en la seguridad del psiquiátrico y juntos se esconderían moviéndose constantemente para no ser descubiertos mientras el de ojos miel reacomodaba su dañado engranaje cerebral. No imagino que el amigable vecino enfrentaría al gran murciélago para defenderlo, que después de noquearlo lo tomaría entre sus brazos para huir nuevamente y no volver hasta que su mente estuviera organizada otra vez... claro, después de romperle varios huesos al causante de su desgracia.
No imagino que a pesar de todo lo que habían pasado, después de hacerse amado con tanta intensidad terminarían casándose con otras personas y aun así ser los mejores amigos.
Nunca imagino que después de tanto dolor podria ser tan feliz.
J) Jugar
–Nos vamos a casar.
Lois chillo emocionada igual que Ma Kent, Jonathan junto con Alfred tenían esa sonrisa que todo abuelo orgulloso da cuando su pequeña cría alza el vuelo; lo otros chicos Kent soltaron un alegre "ya era hora", Clark los abrazo deseándoles lo mejor... pero... ¿y los murciélagos?
Habían reunido a ambas familias en la granja Kent por su se librara una batalla ya que era un lugar más abierto, pero ellos parecían estar dándole vueltas a sus palabras tratando de encontrarles sentido.
– ¿Es una broma? –gruño Jason.
Conner y Damian fruncieron el ceño, ¿los creían capaces de...? Si, bueno esta vez no estaban jugando. –No.
No jugaban iban completamente en serio, querían estar juntos el resto de sus vidas ya fueran muchos o pocos años.
K) Kara
–Ya admítelo babeas por Conny.
–Tt. No digas tonterías.
–Deja de mentirte –le picoteo las costillas y luego comenzó a cantar. –A quien crees que engañas él es lo que más quieres, ocultarlo tratas es hermoso lo que sientes.
– ¿Es enserio? ¿Intentas convencerme con una canción infantil?
Kara frunció el ceño molesta, ¿cuándo admitiría ese chiquillo que amaba a su primo? –No has negado que lo quieres solo evades decírselo. Solamente tienes que ir donde él y decirle: Kent mi corazón te pertenece y quiero que juguemos al matemático, que me pongas en cuatro y me partas en dos ¡y listo! Tienen súper murcielaguitos –la rubia le había dado la espalda cuando comenzó con su diatriba, al darse la vuelta para ver la reacción del menor este ya no estaba. Maldito don que tenían los murciélagos para desaparecer cuando la situación no les favorecía.
