Anoche te vi, hechizando mis sueños. Tu sombra danzaba en un campo de flores y tu sonrisa opacaba el brillo de las estrellas. En tus ojos se reflejaba el cariño con el que nunca me miraste, el cariño que mi piel no ha dejado de anhelar. Tus pies descalzos se divertían tiñendo las margaritas blancas del campo de morado. Un rayo de luna iluminó tu sonrisa y te vi desaparecer en un remolino de pétalos liláceos.

Abrí los ojos mojados y acaricié nuestra foto en mi mesilla. Cuánto daría por volver a ver esa sonrisa tuya y esos ojos que ahora viven entre las estrellas y que nunca volveré a contemplar.

20-5-2017


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