13. I Will Not Bow

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Solo hace falta que compartan una mirada, una mirada basta, las palabras sobran. Con una sola mirada Alec y Chiara cierran filas para escudar a Max, a quien Alec tiene en brazos. Y sí, ambos nephilim parece a veces que lean la mente, pero Alec quiere pensar que el paso por Wrangel y todas las atrocidades que han experimentado al ser compañeros de celda es lo que los ha unido tanto. Alec desvía la mirada dos filas hacia la izquierda hasta captar el destello de pelo rubio blanquecino sucio de Helen, quien le devuelve la mirada y asiente. Esperan. No saben qué está pasando ni por qué los ha reunido uno de los guardias, pero esperan.

Cuando por fin Alec alcanza a ver al guardia puede ver que este no viene solo, que viene acompañado de alguien que no pertenece a esta prisión. Está hablando no se qué de un precio por la carne de cañón, por gente que nadie va a echar de menos, le pide al hombre que escoja. El hombre se queda mirando hacia donde se encuentra y Alec tiene la sensación de que esta mirándole a él. De eso ni hablar... pero se pierde el asentimiento de Chiara a la derecha, tal vez es por eso que se sorprende tanto cuando el hombre rostro anguloso comienza a hablar.

-Vosotros no me conocéis, mi nombre es Charles Vane y estoy aquí para recordaros algo que habéis olvidado. Vosotros una vez fuisteis orgullosos guerreros, por demasiado tiempo os habéis dejado pisotear por esa escoria de hombres que se hace llamar guardianes de la paz. ¿Qué derecho tienen ellos de quitaros la dignidad?

Los guardias comienzan a moverse hacia Charles Vane, pero este se gira hacia los guardias a tiempo de evitar el golpe, parándolo a tiempo.

-¡La libertad está a vuestro alcance, ¡¡Tomarla!!!

Y entonces Armagedón se desata, Charles comienza a repartir puñetazos y patadas a los guardias, consiguiendo desarmar a uno y lanza esa especie de barra de madera al aire, que va a caer directa a las manos de Chiara, quien aún con los pies llenos de grilletes comienza a danzar una danza macabra usando la barra como si fuese una lanza. Los prisioneros saltan hacia los guardias, todo vale, piedras, puñetazos, hasta las mismas cadenas se convierten en armas en una lucha desesperada porque llevan mucho tiempo reducidos a poco menos que una sombra y son perros rabiosos deseando cobrárselas todas juntas.

Alec se encuentra de repente golpeando con sus cadenas sin piedad a uno de los guardias que ha aprovechado el caos para intentar hacerse con Max, y Alec no razona, es una bestia sin cordura que solo siente rabia e ira, y una sed de sangre espantosa que no va dejar que nadie se le ponga por delante con la intención de hacer daño a Max.

Wrangel se convierte en una espiral de caos, sangre y violencia. Aliados y enemigos se desdibujan en todo ese caos de destrucción y de gritos. Pero entonces de repente las alarmas comienzan a sonar con algo que no es la alarma de motín y Alec se queda congelado en el sitio con las manos llenas de sangre, alzando la cabeza como un animal...

La alarma está pitando ataque de demonios. Peor, entre los demonios Alec puede ver pasando las salvaguardas y uniéndose a la lucha las túnicas rojas de los Oscurecidos. Instintivamente Alec pega a Max a su cuerpo mientras siente como el sudor frío del miedo le cae por la espalda. Atrapados entre dos frentes...

-¡¡Helen ¿Dónde estás?!!

Grita Alec con todas sus fuerzas, buscando como un loco a su amiga, buscando una salida inexistente porque si pelear contra los guardias es difícil pelear en dos batallas al mismo tiempo es prácticamente imposible. Su despeseración y su miedo porque es imposible no sentirlos ante aquel caos digno de cualquier pesadilla hace que casi se choque con Chiara que intenta no ceder terreno ante los guardias quienes intentando intentando usar a los rebeldes prisioneros como primera línea de batalla contra los Oscurecidos y los demonios.

-Alec ¡Hay que salir de aquí!

Grita Chiara por encima del caos, intentando no ser aplastada por los que intentan retroceder para evitar ser usados como escudos ante los demonios.

-No encuentro ninguna salida.

Aulla Helen desde dos líneas más a la derecha, la nephilim en parte hada luce muchísimas heridas y algo que parece barro, como si se hubiera estado peleando y hubiera caído al barro mientras luchaba por su vida.

-¡Pues entonces tendremos que hacernos una, cojones! Me niego a morir aquí

Grita Charles con ira redoblando sus intentos de abrir un pasaje entre el mar de cuerpos enzarzados en una lucha sin cuartel. Los oscurecidos lo tienen muy fácil al tenerlos parados en plena batalla sin poder avanzar hacia un lado o hacia otro. Y Alec no piensa en que si Wrangel cae las salvaguardas caen, piensa que van a morir allí, o aplastados por la avalancha o pasados a cuchillo por los Oscurecidos y sus aliados los demonios. Presa de la rabia y de la desesperación Alec se lanza hacia adelante a la desesperada con un grito...

¡BUM!

Es como el estallido de una bomba que lanza una onda expansiva a su alrededor, derrumbando y lanzando cuerpos a su paso, creando un camino libre. A Alec no le da tiempo a registrar que acaba de pasar, está en estado de shock cuando Chiara le agarra del brazo y le arrastra como alma que lleva el diablo, aprovechando ese momento de caos y de desconcierto para intentar largarse de esta pesadilla viviente que se convertirá antes de acabe el día en la tumba abierta de muchos de los que están allí.

Alec no lo sabe en ese momento, pero unos ojos tan fríos como el hielo acaban de ficharle como una posible amenaza. El más fiel lugarteniente de Sebastian ha visto lo que puede hacer, y despachando a su rival se dirige hacia ellos la misma gracia que un cazador acechando a su presa.

-Venga, de prisa, ¡No os paréis, no tenemos tiempo!

Estaban en una cala de la isla, obviamente la isla había entrado en modo defensa pues no había ninguna manera de salir de aquel lugar a la vista, no por lo menos de manera evidente... pero fue entonces cuando reparó en aquel portal.

-¿Charles a qué viene esto?

Dijo Chiara con la duda pintada en el rostro, vale, Alec no era el único que desconfiaba de aquello. El rudo nephilim cogió a su compañera de celda de las manos al tiempo que gesticulaba algo que sonaba como un "Confía en mi". Alec esquiva la daga lanzada por el rubio de los ojos fríos como el hielo y es arrastrado por el portal, cae, sensación de caer...

Solo que cuando abre los ojos, ya no está en Wrangel. Por primera vez en meses, Alec Ligthwood es libre.




Nota de la autora: Hola caracolas, ¿que tal? Sí el cap se ha hecho esperar pero entre que era largo y que escribir batallas es algo nuevo para mí... pero no os preocupeis el siguiente tardará menos. ¡Y he aquí la Fuga de Wrangel! Pero el lugarteniente de Sebastian va a ir tras Alec... como veis, Charles y Chiara se conocen, ¿de qué será? ¿Dónde han ido a caer estos tras el portal? En el próximo capítulo os contaré más. Noticias, he abierto un apartado con la historia familiar de los Shadowhunters de este fic y articulos sobre ángeles, así como las fichas de los pjs de este fic, por si quereis tener más información y echarle un ojo. 

Way to Darkness (Malec Mpreg AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora