Prólogo: La reunión del mal

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-Buenas noches, estimados damas y caballeros- El interlocutor miró a su alrededor, para ver que tan expectante estaba su público.
Un murmullo recorrio la sala, que estaba abarrotada de gente ansiosa.
- Se que se estarán preguntando, porque los cite aquí está noche, y su curiosidad está a punto de ser acallada- Dijo el hombre acompañando sus palabras con una sonrisa finjida.
-¿Podrias apurarte? Antes de tu llamada estaba disfrutando un Whisky en mi yate- Pregunto uno de los invitados, que estaba sentado al final de la gran mesa alrededor de la cual estaban sentados.
El hombre que estaba dirigiendo la reunión dirigio sus ojos hacia el, y aunque todos estaban sumidos en la oscuridad, el no necesitaba verlo para saber quien era.
-Phantom, mi viejo amigo. Creí que no vendrías está noche, y me podía ahorrar tu asquerosa presencia- Dijo el anfitrión entre dientes.
-Esa voz..... Se quien eres. Warren Holl. Te creía muerto. ¿Que paso para que un maniático como tu, vuelva de su supuesta muerte, y además convoque a por lo que veo, son los delincuentes más peligrosos del país, en este lugar?- Pregunta el aludido y siente como se vuelven a poner ansiosos los demás, al escuchar el nombre Warren.
-Lo que paso, fue, que ha llegado la hora que hace tiempo nos anunciaron- El silencio recorrio la sala, como un cuchillo afilado bajo un cuello.
-Estas hablando de.....- dijo alguien, dudoso en la multitud.
-Efectivamente, hablo de la profecía-
Ahora, otro coro de murmullos, resonaba en la habitación
-Esas son mentiras, es falso, imposible, un cuento para niños tontos- Grito una voz
-No, mi querido Namath- el conocía todas sus voces, pero solo contestaba con su nombre, a los que podían ser relevantes en lo que se avecinaba.
-La profecía es real  y ya está en marcha.
Se nos hablo de un niño, que naceria en la pobreza, y que escalaria hasta poder estar al nivel de poder luchar contra el crimen. Nos dijeron que habría una señal, de cuando el alcanzara la mayoría de  edad. Y así fue.
Hace unos días,  estallo una bomba dejada por un grupo terrorista, en un edificio cercano a la casa blanca. Este chico -Señalo una foto que aparecía en una pantalla a su espalda- es Nathan Collin. El mismo, ayudo a sacar a las personas del radio de la explosión, y los testigos afirman  que vieron un brillo fulgurante, como de luz solar, alrededor de su cuerpo. No se, ustedes, pero para mi, eso es una señal.
Los demás dudaron unos minutos, en los cuales intercambiaron opiniones en voz baja. Warren, sabía que era difícil que confiaran en el, después de todo lo que había hecho en el pasado, pero,  era de vital importancia que ellos, le creyeran.
Namath hablo una vez más.
-Nos llamaste aquí,  para formar una alianza, eso quedo más que claro.
Somos delincuentes, jamás ninguno va a confiar en el otro. Pero, viniste a nosotros con un argumento, así que por esta vez, te daré el beneficio de la duda.  Hoy aquí  se ha formado el sindicato del crimen.
Ahora, ¿Que debemos hacer?- pregunto el joven criminal.
-Ah, eso es fácil- Contesto Warren y comenzo a darles los detalles de su plan.

 El sindicato del crimen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora