Capitulo 3: La condena

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Me he vuelto a reunir con ese grupo de criminales. Cada reunión es inevitablemente un recuerdo de los viejos tiempos.
No los conocía a todos, eso era imposible, ya que algunos eran hijos de viejos compañeros que habían caído tras la guerra.
La guerra empezó 2 años después de que deje este lugar. Un político se levantó y se rebelo ante lo que el creía era una ley cobarde que los hacia vivir subyugados bajo el peso del crimen. Incito a la gente a armarse contra los delincuentes. Y los mando a la calle a pelear.
Sin entrenamiento, y sin ayuda militar,  ya que ellos si habían aceptado la ley, eso fue una masacre, y aun así, varios de mis viejos camaradas cayeron.
Cuando me fui, no creí que mis decisiones, dejarian tal reguero de sangre tras de mi.
Pero así pasó.
Ahora, quiero traer paz, incluso antes de que vuelva a insinuarse una guerra.
Por eso debo matar al chico.
No, no matar,  porque mancharse más de sangre, cuando puedo traerlo a mi lado, y hacer que se una a la senda del crimen.
En ese momento,  las palabras de la que dictó aquella profecía, resonaron en mi mente:
- "No puedes ir en contra del destino, nadie puede. Este niño, nacerá con la marca del diablo,  pero aún así,  vivirá para el bien, y luchará por nosotros, y tu caerás pos su propia mano"- Siempre creí que eran locuras de una vieja, hasta que lo vi con mis ojos. Ese niño y su brillo...
Basta, debo concentrarme en los próximos pasos a dar.
Aquí me ven como un líder,  si llegan a creer que soy débil, tomarán mi cabeza, y luego todo se derrumbara sobre ellos. No es mi responsabilidad, mantenerlos vivos, y también lo es,  ya que sin mi, ese chico jamás hubiera llegado a este punto, pero eso nadie lo sabe, y el que lo sabía,  ya esta muerto.
-Lo hemos localizado- Anuncio uno de los hombres más jóvenes en la sala,  mientras monitoreaba las cámaras de seguridad que estaban cerca del edificio de la universidad a la que el niño asistía.
-Denos la orden de disparar, jefe.- Me dijo al auricular, el equipo que había apostado a las afueras del lugar.
Lo decidí,  y no entendía porque, prácticamente otra persona hablo por mi.
-No, traiganlo aquí vivo- Grite por el micrófono. Todo mundo en esa sala se congelo al mirarme
- Debo hablar con el- Dije ya en mi tono normal

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⏰ Última actualización: May 10, 2017 ⏰

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