One in a million

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-Lloré por nada. Regresa a la sala. -Era la quinta vez que Jimin decía eso. Estaban los dos en el café que estaba en la misma plaza que la del cine. -¡Dejaste la pizza!

-No, Jiminie. Si no estas agusto allá yo estaré contigo aquí. -Y también era la quinta vez que Jungkook respondía eso. -Hyung, no me importa la pizza, por Dios.

Jimin sonrió y abrazó a Jungkook, dejando un beso en su mejilla. Cosa que hizo que el menor se sonrojara notoriamente.

-Te quiero, Kookie. -Jimin enterró su cabeza en el pecho de Jungkook.

-Yo más.

Jimin lo volteó a ver sorprendido y su corazón se aceleró. Su pulso parecía que nunca se establecería. Los colores llegaron a su cara instantáneamente. Sonrió. Pero esa vez lo hizo de verdad.

Se quedaron abrazados mucho rato, Jimin se sentía en paz, por fin podía decir que se sentía amado. Era algo inimaginable. Si a él le hubieran dicho que Jungkook lo vería de esa manera, él se hubiera reído en su cara, incluso si fuere una vidente. No podía creer todo lo que había avanzado hasta ahora, Jungkook siendo cariñoso, Jungkook sonriéndole, Jungkook amandolo, Jungkook correspondiendole, Jungkook sin ser gosero e hiriente.

El castaño definitivamente era otro. Jimin estaba encantado de que así fuera, porque definitivente sus fuerzas de voluntad no daban para tanto cuando Jungkook era hiriente e ingrato. Ahora el chico había cambiado y se había vuelto más comprensivo, más atento, generoso, amable. Jimin estaba feliz de que Jungkook hiciera un gran cambio y estaba agradecido.

Todos los días siempre se preguntaba si Jungkook podría quererlo aunque sea un poco de lo que él lo hacía, lo amaba con locura y no sabía que Jungkook también hacía lo mismo hasta que le el menor le rogó que se quedara a su lado. Diciendo que a pesar de no merecerlo, no lo dejara solo.

¿no merecerlo? Jungkook merecía todo, por Dios, es Jungkook. El chico que lo trae loco. ¿Acaso no era obvio que lo merecía? Tal vez antes no tanto, pero ahora estaba seguro de que si Jungkook le preguntara si quería ser su novio, Jimin diría que sí sin importar qué.

Asímismo, Jungkook miraba imnotizado a Jimin, ninguno de los dos hablaba y tampoco era como si quisieran hacerlo. Jungkook estaba centrado en la belleza que tenía en frente, simplemente ¿cómo era que Jimin podía siquiera quererlo? Jungkook era impulsivo, arrbatado, aferrado, intrépido, extrovertido. Jungkook era todo lo contrario a Jimin, sentía que no se lo merecía, que Jimin era demasiado para él.

Incluso si Jimin no lo amaba com la fuerza que Jungkook lo hacía, no importaba, porque Jungkook tenía demasiado amor para los dos y si Jimin se aburría de sus tonterías tampoco imprtaba porque Jungkook era bastante grande y podría abarcar a los dos, lo único que ocupaba Jungkook era un beso de Jimin para tener ese poder. Sus labios lo mandaban al cielo y entonces regresaba con demasiado poder y energía.

No importaba si son hombres, si son idols, si son cantantes, famosos, bailarines, lo que fueran. Porque se amaban.

Esa era la única cosa que realmente importaba.

Que se amaran.

Incluso si eran viejos y no se recordaban, sabrían que ahí estaría ese sentimiento de amarse hasta la muerte. Hasta que su corazón estuviera cansado de bombear sangre y dejara de funcionar. Hasta que sus rodillas no pudieran sostenerlo, hasta que ese pedazo de vida siguera aferrado al otro, hasta el último instante. Se amarían sin importar qué.

Porque Jungkook quiso lo mejor para Jimin, porque cambió, porque se estaba ganando su confianza y su amor de vuelta. Porque estaba tab malditamente entregado a Jimin que no le importaba nada más a su alrededor.

Al principio Jungkook trataba de verlo, pero no lo quería buscar. Trataba de oírlo pero no podía escuchar. Veía cosas que no tenía que ver, y su corazón era cerrado como una bóveda, y sólo pensaba en si mismo, y no sabía qué hacer para que Jimin supiera la verdad.

Pero no quería buscar una respuesta.

Y no fue hasta que Jimin lo alejó que entendió. Entendió que nada sucedería del espíritu santo y que tenía que hacer algo para que Jimin volviera a amarlo.

Se dio cuenta de que la única maldita forma era demostrarle que lo amaba también.

Y sirvió mágicamente. Jimin aceptó quedarse y jungkook estaba más que feliz de tener su presencia de nuevo. Pero tenía que dar otro paso y lo sabía.

Un problema venía tras otro. ¿Confesarse? ¿pedirle noviazgo? Por Dios, Jungkook estaba más que entusiasmado de hacerlo. Pero el miedo lo invadía, las inseguridades volvían y no quería que Jimin se alejara como le había pasado antes pero no sabía que hacer para no perderlo y dar un paso más al mismo tiempo.

Así que solamente lo dijo. Tenía miedo, sí. Pero el miedo a perder a Jimin sin haberlo intentado era más fuerte.

-Jimin. Sé mi novio.

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Comeback →KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora