Capítulo 8 parte 1/2: Ver para creer ?

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Nota de la autora:

Lamento tanto la espera, es que mi celular murió y no había podido hacer nada. Pero le robé el celular a mi hermana por unos momentos para poder actualizar :'3.


Silencio. Había silencio entre ellos dos mientras hacían un recorrido por el nivel 3 del edificio en el cual trabaja. Como había dicho el presidente, ha estado con él, no se ha despegado de su lado ni un segundo. Nuestro querido guardia de seguridad se encontraba incómodo con toda aquella situación.

No es para menos, estar junto a un desconocido que, cabe recalcar, no es una persona, sino que un maniquí viviente. Por más real y humano que parezca, no lo es. Y si a eso le sumamos que se trata del maniquí de un hombre muerto, joder, eso asusta.

Necesita una explicación, tiene que saber por qué todos esos objetos tienen vida propia. Entonces, se acordó de que el político le debía una. Así que sin más se detuvo, apuntó la luz proveniente de su celular hacia aquel que lo acompañaba.

-Hey! Tú me debes una explicación sobre por qué todos esos objetos están vivos. ¡Joder, que hasta los cuadros tienen vida! Acabo de ver a un tipo salir de ese que está al frente de nosotros.-

-Creo que te había dicho que era una larga historia. Otro día se la cuento, con lujo de detalle.- Se detiene junto al otro respondiéndole.

-No, no, no, no, wey. No me estás entendiendo. Yo quiero que me lo expliques ahora. Y cuando digo que es ahora, es ahora. Además, aún hay tiempo, faltan dos horas con treinta y dos minutos para que se acabe mi turno. Así que ven, vamos, siéntate aquí, en esta banca y cuéntamelo todo, que yo no me voy de aquí sin saber a lo que me voy a estar enfrentando.- Mientras hablaba se sentó en una banca que se encontraba a unos, aproximadamente, tres pasos de distancia. Luego, le insitó a sentarse a su lado.

Por otra parte, JongIn no podría creer cuán odioso y mandón era ese muchachito. Lo que tenía de chiquito lo tenía de sangrón. Él es un presidente, se supone que nadie le dé órdenes a él, sino que al revés. O bueno, lo era. Aún así, murió siendo uno y se merecía un respeto, ¿no? Y si a eso le sumamos que es un mocoso de tan sólo 24 años, si no le tenía respeto por ser presidente, se merecía, aunque sea, el respeto hacia los mayores por parte del contrario.

-Óigame bien, señorito, más respeto hacia mi persona, ¿quiere? Soy mayor que usted, así que me debe respetar.- Lo reprende ofendido.

-No, usted no es mayor que yo. Apenas tiene unos años de haber sido creado. Quien es mayor que yo es Kim JongIn, el verdadero, el que murió hace más de 40 años, no una estatua de cera como tú. ¿Desde cuándo se deben de respetar a los maniquíes? - Ok, sí que se pasó con esas palabras.

Es cierto. Todo eso que había dicho KyungSoo había sido cierto. Y dolía. La verdad dolía. Irónico, ¿no? Que un maniquí, como le llamaba el blanquito, sintiera dolor, o que, simplemente tuviera sentimientos. Mas es así, tiene sentimientos tan humanos como los tiene Soo, si es que este los tenía. Todo esto debido al efecto mágico que tenía el Jungugeo Maejik Paen.

-Hey! Que vengas aquí, te sientes y me expliques que está pasando.- Lo saca de sus pensamientos, de una forma no muy amable.
Sin mencionar ni una sola palabra y sin refutar, se sienta a su lado. -Dale, cuéntame.

Suspira profundamente y comienza a hablar. -Es raro que no sepas ya, recuerdo que el primer día de SooMan, él ya sabía todo lo que ocurría aquí. Según nos contó, el contrato que había firmado lo decía. ¿Cómo es que no lo sabes?- Pregunta un poco incrédulo, ya que si, según SooMan, el contrato explica lo que sucedía allí, ¿cómo el muchacho no sabía nada de eso, si lo había firmado?

Una noche en el Museo Exo |Kaisoo ChanBaek| {Exo yaoi} (Editando Los Horrores)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora