S A B A D O

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El glorioso sábado por fin a llegado tu mama te ha preguntado el porque has estado sonriendo todo el tiempo, y te limitas a responder en que un chico te a invitado a salir y tu mama festeja contigo y por un momento todo esta bien. Llevas puesta una camiseta de The Smashing Pumpkins, tu suéter negro y unos pantalones, te colocas algo de delineador y tus audífonos también para luego salir, estas emoionado, estas muy emocionado, has salido unos cinco minutos antes de las ocho con la intención de ser puntual y no esperar a Francis, esta parte de la ciudad era algo solitaria y te daba miedo, y en la noche todo era peor por eso rogabas irte de allí pronto con el.
Cuando llegaste, viste una banca y a un hombre sentado en ella, espalda ancha, tragaste saliva y te acercaste hasta el, el piso crujir bajo tus pies te había delatado pues el hombre se dio cuenta de tu presencia allí lo supiste cuando giró su rostro y miraste su perfil, era un bonito perfil debías admitirlo, el hombre no daba mala espina igual y el vivía cerca y sólo fumaba un cigarrillo, suspiraste y con sumo cuidado te sentaste en la banca también, notando las manos tatuadas del hombre, eran grandes y las venas se resaltaban mucho decidiste quitarte los audífonos y que Francis no te tomara desapercibido y te asustara, mientras guardabas tus audífonos el extraño de algunos treinta y algo encendió otro cigarrillo y con voz gruesa hablo.

– Es de muy mala educación llegar y no saludar...– su voz era grave y ronca te hizo erizar la piel y cuando alzaste tu rostro te encontraste con los ojos avellanados más lindos del mundo.

– Yo... Yo lo siento...– torpemente murmuraste, y sentiste un ligero temblor en tu cuerpo y bajaste tu mirada nuevamente.
Aquel hombre no dijo nada en los próximos segundos y miraba en cambio su reloj, como tu el tuyo en el celular, era tres minutos de retraso y comenzabas a desesperarte, aquel hombre te ponía nervioso, y para tu mala suerte hablo nuevamente.

– ¿Esperamos a alguien más, Gee? – Había dicho firme y claro haciéndote abrir los ojos enormemente y asustarte de una manera horrible cuando quisiste ponerte de pie e irte, aquel hombre fue más rápido y te tomo por detrás del cuello y coloco un pañuelo en tu rostro, un olor extraño inundo tu sistema y tu cuerpo no pudo más.

Y todo se volvió negro.

Pretty Gee, Little Gerard. | Frerard. |Where stories live. Discover now