Décimo Segundo Mensaje

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Es sábado y Hyukjae no tiene que ir a trabajar, su despertador no suena, de decidió dejar a su cuerpo despertar cuando quisiera. Es sábado después de todo, no tiene que apegarse a su rutina, no necesita despertar tan temprano y tampoco hacer sus ejercicios.


Decidió que este sería el día perfecto para salir a tomar aire en su nueva bicicleta y de paso sacar a dar un paseo a Choco, su decisión no tiene ninguna relación con el mensaje de el día anterior, es solo que es un día perfecto para salir. También está algo ansioso por ir a revisar su correspondencia.


Hasta las diez de la mañana fue lo más que pudo esperar para bajar y revisar su buzón, le coloca una correa a Choco y saca su bicicleta. Baja por las escaleras, apoya la bicicleta en un hombro y la afirma con una mano con la otra mano sostiene a Chocó.


Al llegar a la primera planta va directo a su buzón, lo abre con un poco de ansiedad y saca un sobre con unos monitos muy simpáticos estampados en el, lo abre de inmediato, no tiene que leer el remitente para saber de quién es. Bueno, en realidad no sabe de quién es, porque siguen siendo mensajes de un desconocido. Sonríe. De su desconocido.



"Invita un café a la persona de atrás tuyo en la fila"

PD: No olvides sonreír, me gusta tu sonrisa.



Eso no se esperaba.


Hyukjae se siente nervioso, ansioso y un poco desesperado, tanto que no es capaz de voltear para ver quién está detrás de él en la fila, fue a la cafetería que queda cerca de su trabajo, porque pensó que él desconocido se refería a esta fila, no podía ser otra, Hyukjae sólo compra café aquí.


Sólo faltan tres personas para ser atendidas y entonces será su turno de comprar, tiene un nudo en el estómago, está seguro que este es el día en que conocerá a la persona detrás de los mensajes.


Los últimos días han sido emocionantes, los mensajes le han ayudado a tener más confianza en sí mismo. Hyukjae sonríe todo el tiempo ahora y se lleva bien con sus compañeros de trabajo, tal vez no son sus más grandes amigos, pero las horas de trabajo se han vuelto gratificantes y no sólo obligatorias.


Ya no se amarga al pensar en su nuevo jefe y en el ascenso que debió ser para él, porque entiende que él tuvo parte de culpa en que no se lo hubieran dado, además tiene que reconocer que su jefe no es tan mal persona después de todo.


Lo mejor de todo es que ahora tiene a Chocó para hacerle compañía, es una perrita grandiosa y muy cariñosa. Su estómago se contrae una vez más, sólo queda una persona delante de él, es ahora o nunca, tiene que voltear e invitar a la persona de atrás un café.


Inhala profundo y cuenta hasta tres y sin titubear se da la vuelta, se queda atónito, no puede creer quién está detrás de él.


─ ¿Tú?

─Hola ─Le responde la persona con una enorme sonrisa esperando que Hyukjae responda.

─Hola... se supone que te invite un café. ─dice un poco aturdido.

─ ¿De veras?─Sonríe.

─Si ─Responde Hyukjae y asiente lentamente.

─En ese caso, no me puedo negar. ─Vuelve a sonreír de una manera que estremece a Hyukjae.


Hyukjae ordena dos lattes, todavía sorprendido los recibe y camina hacia afuera para sentarse en las mesas que están en la vereda. Nervioso y sorprendido, nunca imaginó que al dar la vuelta se encontraría con esta persona, Hyukjae no es tonto y está seguro de que esta persona es quien le envía los mensajes.


Camina hasta la mesa donde dejó su bicicleta y a Chocó, la perrita se agita y mueve su cola al ver a Hyukjae, Hyukjae sonríe al verla y deja los cafés sobre la mesa, desata a Chocó y se sienta con ella en su regazo.


─ ¿No vas a sentarte? ─Pregunta Hyukjae y trata de que su voz no delate su nerviosismo.


El hombre frente a él se sienta sin responder, estira su mano y acaricia a Chocó en la cabeza. Los dos se observan sonrientes mientras beben de sus cafés, ninguno parece ser capaz de iniciar la conversación, pese a esto Hyukjae se siente cómodo y relajado.


─ ¿Cómo a estado? ─Pregunta el desconocido y estira su mano para acariciar de nuevo a Chocó que asoma la cabeza por sobre la mesa.

─Muy bien, es una perrita muy obediente.

─ ¿Y como has estado tú?

─Muy bien también, pero creo que eso ya lo sabías.


El desconocido sonríe con picardía y asiente.


─Te ves mucho más feliz y relajado últimamente ─bebe un sorbo de su café y mira a Hyukjae.

─ ¿Y eso gracias a quién es?


El joven frente a Hyukjae se encoge de hombros y sonríe, Hyukjae siente un hormigueo en su estómago y su cara arder, bebe otro sorbo de café sin mirar a los ojos al joven.


Hyukjae no sabe cómo coquetear y se siente tonto y ansioso, la persona frente a él lo mira con ojos intensos y vivaces y eso le pone aún más ansioso, no quiere echar a perder su primer encuentro con esta persona. Nervioso pregunta lo que debió haber preguntado desde un principio.


─ ¿Cual es tu nombre?

─Donghae.

─Mi nombre es Hyukjae.

─Lo sé.

─ ¿Desde cuándo que lo sabes?

─Desde que te mudaste a mi edificio.

─ ¡Oh! Lo siento ─Agacha la cabeza apenado.

─ ¿Qué es lo que sientes?

─El no haberte visto antes.

─Pero si nos vemos casi todos los días.

─Es verdad, pero yo nunca te tome en cuenta─Guarda silencio por un momento─. Soy un idiota.

─Por supuesto que no. Sólo tenías que abrir los ojos.

─Tu me ayudaste en eso.

─Sólo un poco.

─ ¿Qué quieres de mí?

─Entregarte esto.


Donghae estira ambas manos sobre la mesa y deja un sobre estampado con peces y monitos, un sobre extraño y perfecto. Hyukjae sonríe y lo recoge. Su corazón latiendo a mil kilómetros.

Mensajes De Un DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora