Our Fate

Encuentros

En el bosque cerca de las fronteras de Konoha se podía observar a un azabache que vestía un poncho por el frío ( aquí usan la ropa de the last ) esperando sentado debajo de un árbol.

Este se encontraba impaciente pues la persona que esperaba llevaba más de treinta minutos de retrasos y la paciencia no era una característica muy dotada de el.
Cuando de repente se oye el sonido de unos pasos ya sabía quién era y no tenía la necesidad de abrir los ojos.

-Llegas tarde

Habló con un eje de molesto en su voz ya que todos los días se reunían en el mismo lugar para poder encontrarse sin ser observados por la mirada de los demás y evitar habladurias.
Al principio les costó no poder expresarse en público pero a la vez le daba un toque misterioso tener que escabullirse para sus encuentros.

-Gomen, ya casi se me acaban las excusas y Kiba Kun ya no parece creerme

Todos los días trata de escabullirse para poder ir a su encuetro pero esta vez su equipo parecían querer dejarla ir de su entrenamiento por más que les explicara con cualquier excusa que se sentía mal o algo.

-Hmp, ya no importa

Le hizo un ademán para que se sentara a su lado.
Y así lo hizo arrecostandose en el mismo tronco que el uno al lado del otro. El azabache se recostó en el hombro de la ojiperla y está pasó su mano por sus cabellos, se le hacía relajarte desenredar el largo cabello del azabache.

-Mañana es tu cumpleaños- Dijo la ojiperla

-Sabes que no me gusta celebrarlo- respondió sin imbutarse

- Lose solo que tal vez este año podría ser diferente, puedo ir a tu casa cocinar algo y pasar el rato

Desde que comenzaron su relación empezaron a abrirse poco a poco con el otro y sin darse cuenta ya se tenían completa confianza habían pasado por varias situaciones juntos y ya sabían el comportamiento del otro
La verdad era una pareja que pocos se imaginarían pero se complementaban muy bien.

-Espero que mi regalo sea igual o mejor que la última vez

La ojiperla se sonroja ya que hace un año le había costado pero al final por fin se entregó a su amado moreno.

El moreno río ya que aunque no la viera sabía que se había sonrojado esas eran costrumbres que nunca canbiarian y el está feliz de eso.

-Te parece gracioso mi vergüenza-
dijo con un leve puchero

Se incorporó y se acerco  a centímetros de sus labios y le sonrió con arrogancia -Un poco- y terminó por finalizar la distancia que faltaba en un movido pero a al ver tierno beso.