Our Fate

Capitulo cuatro: El recuerdo ancla en la oscuridad

Después estar abrazados se sueltan, se miran fijamente para luego sonreír y así siguen con el entrenamiento.

Hinata pensaba en lo que Sasuke que le habia dicho de que dudaba que lo dejara en algún futuro o que algo pasara - por que habra pensado en eso? - se pregunto a si misma - yo lo amo y el sabe que yo nunca lo dejaria por nada ni en ninguna situación - pensaba la ojiperla en lo del azabache

Después de a ver dado todas las vueltas y van a entrenar en lo se basaba su entrenamiento, el cual era :Esquivar, patadas, jutsus, atacar.
Generalmente empiezan con Taijustsu luego le agregan el ningutsu para al final mezclar todo con genjutsu.

Y pasaron las horas en su entrenamiento, hasta que decidieron tomar un descanso, dándose cuanta de lo complementados y avanzados que se volvieron ambos con el paso del tiempo

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Qué! Bromeas cierto, no esperes que cuide niños - preguntó un bastante molesto azabache por la información que le acababan de dar.

No es cuidar, es dar clases- respondió el Hokage Kakashi Hatake.
Y es que este le acababa de dar la misión de atender la academia dando clases.

No es que Sasuke Uchiha odiara los niños pero vamos hay que aceptarlo este no es muy paciente y amoroso que digamos, bastante se había abierto con Hinata y eso que no había sido fácil.

Las clases comienzan a las 9 de la mañana así que trata de llegar a tiempo- dijo Hatake cuando este estaba a punto de salir, recibiendo únicamente un gruñido como respuesta.

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En la mañana siguiente ambos azabaches se encontraban en la mesa comiendo tranquilamente, aunque este solo aplicará para Hinata, en el otro lado Sasuke no durmió muy bien que digamos.
En parte por una pesadilla que se repetía en su mente con escenas dispersas y agregándole el hecho de que casi siempre se levantaba  más callado de lo normal, un poco distante, se podría decir que se encontraba de mal humor.

Ya casi son las 9 deberías ir preparándote para llegar a tiempo- dice Hinata mientras recoge los platos de ambos para llevarlos al lavaplatos.

Hn- fue lo único que le respondió este mientras seguía sentado.

Todo bien- pregunta está mientras lo abraza por detrás.

Si... -suspira- sabes que las mañanas no son mi fuerte

Bueno me tengo que ir, Kakashi-Sensei me llamó- dice mientras le da un beso en la mejilla-Recuerda que deje comida para el almuerzo, solo tienes que calentarla- dice antes de salir por la puerta.

Conocerás lo que es el dolor, te arrepentirás-
Le dice un hombre que se encuentra en una torre en medio de la nada.

En ese momento se da cuenta que en sus manos hay un amuleto en forma de luna y en la parte de atrás se encuentra grabado las siglas H.H

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Su nombre era Kito al principio de daba mala espina pero después de conversar con el le pareció agradable hasta se le llego a parecer a Naruto.

Era gracioso, hablador y simpático, hablando del físico tampoco quedaba atrás tenia el cabello blanco algo largo al lado izquierdo dándole un toque rebelde, tenía el chaleco shinobi que al pegarse a su cuerpo no debajo mucho a la imaginación.
Había que aceptarlo era guapo.

Se le había encomendado la misión de enseñarle la aldea ya que al convertirse en un ninja de Konoha tenía que estar familiarizado con este.

Y aquí es la academia- dijo está señalando a un gran edificio y entrando a este.

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No importaba cuantas veces trataba de recordar simplemente no podía.

El último recuerdo que llagaba a su mente era estar con los novatos en un restaurante, luego luz y al final oscuridad.

Se sentía asficciado, por mas que trataba de respirar no podia, era una sensación desesperante, querer gritar por ayudar pero no poder emitir sonido alguno.

Los párpados le pesaban, era como si estuvieran pegados con el pegamento más fuerte.

Trataba de moverse pero el cuerpo no respondía, la oscuridad estaba mas cerca, intentaba mantenerse cuerdo con recuerdos pero sus cada vez se alejaban.

Recordaba su nombre mas nada mas venia a su mente.

No podia rendirse, no ahora, seguía intentando pero la oscuridad lo llamaba, trabaje mantenerse sujeto al menos al recuerdo de su nombre.

Sasuke Uchiha- Sasuke Uchiha- Sasuke Uchi- Sasuke...- Sasuke...-Sasu..-Sa...-....

Ni siquiera su nombre recordaba, la oscuridad se acercaba.

Apuntó de dejarse llevar por esa sensación, la imagen de unos ojos perlas lo hicieron recordar de golpe y despertar.

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Lo primero que se dio cuenta al despertar es que se encontraba rodeado de agua y al darse cuenta que no podía respirar nadó hasta que por fin pudo respirar el presiado aire que tanto le faltaban sus pulmones.

Al fin integrarse nado hasta la orilla para encontrarse con un mechón de cabello que conocía muy bien.

En ese momento su organismo de pies a cabeza se puso alerta, sin siquiera pensarlo se sumergió de nuevo en el agua, por la corriente se podría decir que era un río muy caudaloso.

Usando un gran cantidad de chakra para no ser llevad por este, se sumergió tratando de encontrar algún indicio de esa persona, al paso de los segundos de no encontrar nada la preocupación invadio su ser.

Volvió a subir a la superficie por aire y al estar punto de volver a sumergirse se dio cuenta de unas burbujas de aire cerca del borde de la cascada.

Sin persarlo se dirigió al lugar para encontrársela en la profundidad con el pie atorado en una roca. Acumulalando chackra en su puños la desintegro de un solo golpe.

Por fin al salir de la superficie con el cuerpo de su novia en brasas, le tomo el pulso y la respiración dándose cuenta que estos no respondían.

Con la adrenalina a mil y su corazón bombeando sangre como si no hubiera un mañana, junto ambas manos a la altura de su pecho e hizo presion a la vez que tomaba aire juntando sus labios con los pálidos que alguna vez fueron rosados de la persona que más ama en el universo .

Así se mantuvo por unos minutos que le parecieron horas hasta que esta tosió el agua que tenía en los pulmones a la vez que el azabache le ayuda a incorporarse dándole pequeños golpes en la espalda.

Cuando está por fin para de toser se sentó y llevó su mano derecha al rostro del azabache.

Este extrañado por el repentino movimiento se lleva la mano izquierda a su rostro y hasta ese instante se da cuenta que estaba llorando, como nunca lo había hecho desde que se dio cuenta de la verdad de su hermano, sin dudarlo este abraza a su acompañante escondiendo su rostro en el cuello de esta, apretándole contra si tratando de calmar la sensación de miedo que invadió su ser al darse cuenta que no respiraba.

Esta bien, estoy bien- le decía está en un murmullo ahogado por el llanto mientras le daba masajes en la espalda con la palma de su mano.