Se acerca la guerra y cada bando necesita más y más tropas, ¿qué mejor que contar con los guerreros más peligrosos y poderosos de todo el mundo?
Alyssa es fuerte, ama a Iron con toda su alma y dejará correr la sangre por proteger a los suyos, pero Alyssa también llora y está rota, no cree en las relaciones cerradas y es extremadamente rencorosa con quien le hace daño. Es compleja, pero parece que todo el mundo sienta algo por ella, ya sea amor u odio.
Alyssa está lista para luchar, pero no tiene claro por quién, y de golpe se ve inmersa en una batalla que poco a poco se va convirtiendo en suya, todo el mundo la fija como objetivo, y ella no puede sino contraatacar a discreción.
Así que Alyssa luchará por ella, por ser quién es, por ser hija de furias y dioses. Ya no se trata entre luchar por su padre, quien la abandonó, o contra él, es demasiado tarde, porque recuerda...
A veces simplemente nacer puede ser lo que te condene.