Jackeline está temblando, sentada en mi habitación, con Viviana y Ariadne que se han escapado y escuchan atentas.
-Toma- le paso una de mis camisetas anchas para que se vista porque iba tan solo con un camison bastante corto, supongo que para su primera noche con su marido...
Se la pone y se recoge su melena en un mocho mal hecho mientras se pasa las manos por los ojos, para intentar quitarse, sin conseguirlo, esas ojeras de panda por el maquillaje.
-Tesoro...-Vivi se acerca a ella y le rodea los hombros. Parece mentira, pero ver a alguien tan destrozado, aunque jamás de hubieses llevado bien, te parte el alma.
-Date prisa Jackeline, he conseguido algo espectacular, cielo- me insistía mi madre.
-Madre, pero ¿donde vamos?
Me sonríe.
-A tu boda, querida, te casarás ahora mismo con Daemon.
-Pero... Él ha estado hace unas horas con Alyssa, no me quiere madre, nunca lo ha hecho-Dejo caer las manos derrotada.
Un rictus peligroso se forma en sus labios.
-Oh, querida-dice irónica-jamás te van a querer, ni a desear, ni a amar.-mi corazón empieza a partirse, trozo a trozo me va matando-Lo único real que podemos esperar de los hombres es respeto, y aún así tendrás que ganártelo. Sé una buena esposa, haz lo que te pida, dale un hijo varón, y todo estará bien.
-Madre...
Da un golpe al marco de la puerta y este tiembla en respuesta.
-Jackeline, te he educado para tener honor, y educación. No me vengas con estupideces de amor y felicidad. Ese chico es hijo de Zeus y es un buen partido, y he conseguido que Zeus acceda a casarte.
-Madre, el jamás me aceptará...
Se acerca.
-Jackeline, serás su esposa, no importa que se acueste con miles de mujeres, de prostitutas, no importa. No importa que tenga otros hijos. No importa que los quiera más que a los tuyos. No importa que cuando sueñe diga el nombre de otra mujer, ni que te humille día tras día, dejándote sola. No importa porque su mujer serás tu.
-Madre... ¿Zeus estaba enamorado de otra mujer? ¿Alguna vez te amó?
Se gira y camina hacia la puerta otra vez, pero antes de salir se gira y me mira.
-No importa.
***
Una vez estoy vestida de novia mi madre me acompaña hasta la sala donde nos casaremos. Al entrar solo veo a Zeus y a Daemon. No hay invitados. Me muerdo el labio, sin atreverme a mirar al que será mi futuro esposo.
-Zeus...-mi madre avanza hacia él con un alma de hielo, con una sonrisa fría y vacía.
-Hera...-le pone la mano con la palma hacia abajo en el aire, y ella la coloca encima girándose hacia nosotros.
-Uniremos en matrimonio a Daemon hijo de Zeus y a Jackeline hija de Hera-empieza madre.
Zeus mira a su hijo, que aún no me ha mirado y él resopla agarrándome la mano de mala manera.
-Cuidado chico...-advierte mi madre.
-Uniremos familias, uniremos sangre y poderes. Formaremos hijos que serán fuertes- asevera Zeus, la primera parte de los votos, que debemos repetir.
