Anonymous

Toxicidad

De: Anónimo.
Para: C.

Querido C, no se como comenzar esta carta hoy, porque las palabras me fallan cuando mi corazón se siente tan pequeño y mi cabeza a punto de estallar. Me encuentro desolada y solo contigo podría desahogar me, porque sé que no me juzgaras.

Ay, C, ¿Por qué la vida será tan dura a veces? No lo entiendo, y juro que trato con todas mis fuerzas el hacerlo, pero es difícil cuando la vida te golpea con el rostro de una de las personas que más deberías amar en el mundo. Es difícil encontrar el camino si se empeñan en estropear tu brújula. Hoy me vuelvo a sentir perdida, desorientada, sin nada ni nadie, porque ¿Cómo tener algo o a alguien si te sientes como nadie? Si sientes que tu vida no es tuya, y que eres solo una marioneta, a la cual manejan a su antojo. Que te hacen sentir pequeña y vulnerable, inútil y desechable, inservible y despreciable. Como alguien que no vale la pena, como un desgraciado que esta condenado a ir por la vida coleccionando miseria y dolor.

Ay, C, ¿Por qué será que las personas que más amamos son las que más no lastiman? ¿Por qué será qué es tan difícil aceptar a los demás? No lo entiendo, porque si me preguntan, la vida fuese mucho más fácil si en vez de hacerle ver lo malo a las personas, nos enfocaramos en resaltar sus virtudes, y decir cuán orgullosos estamos de ellos. Pero lo cierto es que la naturaleza del ser humano es tóxica, ruin. Siempre al pendiente de los errores y fallos de los demás, porque es más fácil hacer quedar mal a los demás que resaltar por nuestros propios méritos. Y eso no es diferente de ninguna forma, porque entre familias, amigos y demás la diferencia es un lazo sanguíneo pero no más, porque todos al final del día terminamos por criticar de la misma manera, rompiendo el espíritu de los demás de a poco y sin medir nuestra conducta.

                                                                                  Lo siento, C.