Mi cumpleaños estaba cerca... Casi... Faltaba más de un mes, pero Daniel había estado presionándome para decirle qué era lo que quería como regalo. Él es mi mejor amigo, realmente el mejor, y siempre intentaba darme los mejores regalos, aunque yo le decía que no era necesario, a él no le importaba gastar un poco (por no decir mucho) en mí, y claro que éste cumpleaños no sería la excepción.
Hace un par de días, uno de nuestros artistas favoritos anunció una fecha en nuestra ciudad, la cual era la noche anterior a mi cumpleaños. "Craig David en The O2 Arena, 4 de Febrero... Preventa: 2 y 3 de Enero", decía un tweet en el perfil del cantante.
—¡Joder! ¡Ven a ver esto, Daniel! —Grité y mi amigo no tardó en aparecer a mi lado.
—¿Qué pasa, Kyle? Espero no sea uno más de tus gifs de gatit... ¡Oh Dios santo! ¡Craig David! —Dijo quitándome el teléfono de las manos... —¡Es el regalo perfecto, Kyle!
—¿Qué? Por supuesto que no, Daniel, no voy a dejar que compres mi boleto, ¡es demasiado caro!
—No es verdad, no son tan caros...
—No, no todos... Pero conociéndote, intentarás tener los mejores lugares... —Y después de una gran charla sobre que debíamos asistir a ese concierto y que no importaba quién pagaría por los boletos, no volvimos a hablar del tema.
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El día de la preventa Daniel estaba muy frustrado, pues al parecer su tarjeta de crédito había sido "bloqueada" porque alguien intentó clonarla. Tuvo que llamar al banco y algunas otras personas, pues él de verdad quería comprar los mejores boletos.
Perfecto. Daniel es simplemente perfecto. Entré a la sala y estaba ahí, recostado a lado de la ventana, con su laptop sobre las piernas, hablando por teléfono y con el cabello despeinado de tanto pasar sus manos por él, sus lentes y a pesar de ser invierno, Daniel vestía una Bermuda de cuadros y una simple camiseta negra... Lucía perfecto aunque se notaba que estaba triste.
No tardé en sacar mi celular del bolsillo para tomarle una foto... Daniel ni siquiera se dio cuenta, y tal vez eso estuvo bien, a él no le molestaba que le tomaran fotos, pero siempre quería saber los motivos por los cuales lo hacía y claro que no le iba a decir que era sólo porque siempre se veía hermoso, no, no lo haría.
Guardé mi teléfono y fui a sentarme a lado de Daniel, éste sólo sonrió un poco y continuó con sus llamadas. Después de casi dos horas, por fin obtuvo los boletos. Y no, él no pudo comprarlos por su cuenta, su tarjeta seguía bloqueada, pero nuestro amigo William los compró para Daniel, dos boletos para Craig David el 4 de Febrero en la mejor sección de The O2 Arena... ¡Daniel brincaba de felicidad!
—¡Veremos a Craig David, Kyle! Estoy tan feliz de haber conseguido los mejores boletos para nosotros que ni siquiera te preguntaré por qué me has tomado una foto mientras estaba al teléfono. —Daniel sonrió y oh, si se dio cuenta... Le sonreí avergonzado.
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