En Otra Piel (RC)

Tres

Los días pasan más rápido de lo que quiero, la gente aquí es una maravilla, no te hace falta pedir ayuda para que ellos te la den y nadie se va a sentir tan llena como me siento yo ahora mismo.
Pero todo lo bueno se acaba ¿No?

Son las dos de la tarde y no he podido levantarme  de la cama, me duele solo de pensar que esta será mi último día aquí, me siento tan bien aquí, tan agusto, que siento que nací para esto. Tras una larga meditación conmigo misma termino por levantarme entre mares y mares de lágrimas.
En silencio termino de preparar mi maleta y cuando está todo organizado decido salir a tomar el aire cuando un montón de niños saltan a abrazarme.

Para cuando los niños se levantan ya me he vuelto a echar a llorar, Son… increíbles; todos y cada uno de ellos. Después de estar un rato más con los niños paso a despedirme de todo el mundo, hay un montón de gente esperando a despedirme y eso es algo que me llena. Cada vez hay más lágrimas, pero ya no sé si son de tristeza o de alegría.

La hora llega y el coche viene a recogernos para llevarnos al aeropuerto, doy un último “adiós” antes de montarme en el coche y seguidamente bajó la ventanilla para poder ver a todas esas increíbles personas que han formado parte de mi viaje.
El coche comienza su ruta y pierdo de vista el campamento; llegó la hora.

Llegamos a la puerta del aeropuerto y los tres nos bajamos del coche acompañados por Lilly.
Ambos se despiden de ella y cuando llega mi turno ambas nos fundimos en un abrazo tan cálido que incluso quemaba.

- Te prometo que volveré antes de que te des cuenta de que ya no estoy- susurro en su oído.

- Ha sido increíble teneros aquí, espero que volváis pronto -  Comenta Lilly mientras una lágrima recorre su mejilla.

- Claro que si, en nada estaremos de vuelta- Responde Theo abrazándola.

Y ahora me encuentro aquí, escribiendo esto para que todos entendáis que no hay que darse nunca por vencidos, para que os animéis y llevéis a cabo aventuras tan locas como esta. Por desgracia no puedo seguir ahí, sino que estoy sentada en un pequeño asiento en el avión que me devolverá a la falsa realidad; pero volveré.

Quiero dar las gracias a todas las maravillosas personas que tanto me han aportado durante estos meses, también a los miembros de “Better days for Moría” por acogerme con tanto amor. Y finalmente agradecer a “El País” por dejarme este pequeño espacio, ya que, para mí, es un orgullo poder plasmar esta magnífica experiencia en su periódico.

Kate Jones >>

Cierro el periódico y a continuación lo devuelvo al lugar en el que estaba.
Han pasado ya dos años desde que esto se publicó en aquel famoso periódico y gracias a él, hoy estoy aquí y puedo seguir ayudando a la gente. Becca y Noah marcaron mi viaje y me llena de orgullo que a dia de hoy sigan formando parte de mi vida.