Medianoche✨

00:00

✨Las cero horas ✨

Hoy es uno de esos días en los que un ambiente de celebración y copas alzadas inundan la ciudad.

Es de esos momentos donde no se toma importancia al gélido clima con la nieve esparcida por todas partes y al hielo cubriendo las estructuras.

El Time Square está repleto, como es de costumbre en estas fechas, puesto que miles de personas de todas partes se reúnen para celebrar el último día del año esperando ansiosos la hora en punto para dar el tradicional beso de medianoche, asegurando así su compañía los siguientes trescientos sesenta y cinco días posteriores.
Mas muy aparte de este grupo existen los que no tienen expectativa alguna sobre esta fecha. Ese pequeño grupo que están en la esquina de los bares junto a los que sí están teniendo "suerte" esta noche. Los que preferirían mil veces estar solos en casa disfrutando de su soledad o los que simplemente no tienen opción. Este grupo de las almas solitarias.

(...)

En cierta y desconocida parte de Nueva York, se encuentra un joven alistándose para una cita que una conocida le había arreglado con una de sus amigas. En su mente sabe lo que busca y en qué quiere que termine ese encuentro. No hace falta describir con lujo de detalles lo que piensa un hombre —si se le puede llamar así —cuando va a reunirse de noche en un bar, cabe resaltar, con una chica desconocida.
Este sonríe cuando se le ocurren tales atrocidades. Se acomoda el cuello y sale de su departamento en busca de un taxi, parando uno al instante, pidiéndole que lo lleve a su destino.
En la ciudad se siguen oyendo las canciones de paz cantadas por los coros infantiles junto con las corrientes de frío que hacen erizar la piel de cualquiera.
El joven mira distraído a través del vidrio empañado la ciudad iluminada, mas de pronto el auto deja de avanzar debido a los montones de autos que se empiezan a acumular, por tal razón decide bajar y caminar las cuadras restantes, encontrándose en el camino, una situación más prometedora que no desaprovechará ya que tiene la esperanza de una noche "placentera" olvidándose por completo de el encuentro que tenía con una joven de identidad desconocida.
Pero este sujeto idiota —buen uso de la palabra en estos momentos —no tiene gran relevancia en esta historia.

En realidad, la que si es importante es la chica que se encuentra esperando en uno de los bares de la Gran Manzana. Está sentada, en una de las mesas que da a las ventanas. Lleva más de media hora esperando a un completo desconocido gracias a Mary, una de las pocas amigas que tenía que la sacó de los planes que tenía de quedarse en casa a embriagarse, ordenar comida, ver sus películas favoritas y probablemente llorar-no necesariamente en ese orden-a cambio de tener una cita con alguien que "sería perfecto para ella" y que "sería amor a primera vista".
Ella lleva un vestido amarillo de vuelo y la mitad de su cabello recogido con un broche, a recomendación de su amiga que la retuvo toda la tarde en su maquillaje y vestuario, para que su noche saliera perfecta, todo lo contrario a lo que pasa ahora, a diez minutos del año nuevo; por lo que opta por pedir un trago, que se convertirían en más a medida que pasa el tiempo, pero no le preocupa ya que no es un peso ligero para esas cosas.
Observa a la gente que hay en el lugar, con esos absurdos gorritos de Año nuevo, parejas, chicas solteras como ella, hombres que se les insinúan, casados, algunos amantes, menores de edad, hablando de cosas banales como historias inventadas o cosas que supuestamente harían el año entrante, pero apostaría todo su dinero a que nada de eso sucedería.
De pronto sus pensamientos serían interrumpidos debido a que la música moderna que sonaba a todo volumen baja su frecuencia, llamando la atención de todos los presentes...