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Narr. Yago.

Mirando el techo del cuarto, mis brazos alrededor de mi hermoso prometido dejaban que este acariciara mi pecho con su delicado dedo, ese era un momento realmente relajante.

— Si lo iniciamos en el despacho, ¿Cómo terminamos en el cuarto? —Rompiendo el cómodo silencio del lugar, mi Al me miro con sus hermosos ojos verde grisáceo.

Sonriendo le conté sobre su desmayo en mi despacho, cosa que aproveche para traerlo a nuestro cuarto, después de beber algo, regresar donde mi prometido y penetrarlo hasta despertarlo.

— Aprovechado. . . Hiciste lo mismo que le hizo el príncipe azul a la bella durmiente —Riendo ante su comentario, besé su provocadora boca de manera lenta hasta que él me pidiera espacio.

— Dime qué pasó, algo debió ocurrir ayer en el mall para que actuaras así.

— ¿D-de qué hablas? —Lo mire fijamente pero este desviaba la mirada— Voy a dormir.

— Alex, no te escondas.

— N-no te estoy mintiendo, no pasó nada a-ayer —Tomando su rostro le impedía huir.

— Alex —Mi voz algo ronca pidió una explicación pero mi pareja fingía ignorancia— Bebé, por favor no me ocultes las cosas.

Empezando a angustiarme, le suplique a lo que Alex suspiro de forma agotada, sus manos alejando las mías de su rostro mientras aquellos ojos mostraban tristeza, viendo que intentaba ocultar su mirada le llamé pero después de unos segundos él habló.

— A-ayer en el centro comercial, unas chicas se acercaron a mí —En su timidez pedí que siguiera— Una de ellas era adivina, ella dijo que me dejarás por nuestros problemas de cama.

Alzando una ceja le mire curioso a mi novio, que creyera en unas tipas que se acercarán a él de manera aleatoria, me hizo preocupar por lo fácil que podía ser influenciado, Alex sintiendo mis ideas se adelantó a explicar antes de que le regañar.

— No sé cómo supieron nuestro problemas de cama, en serio no sé.

— Pudieron decirlo al azar.

— Pero, ella dijo que incluso con intimidad había una alta probabilidad de que me dejes.

— Vaya tontería —Frunciendo el ceño me levanté de la cama para abrazar a mi prometido— En mis planes nunca a pasado el dejarte.

— Yago —Besando su carita, le vi sonreír aunque este tenía los ojos húmedos— Aunque me dices esto, no sé por qué sigo con miedo, y si-

— Lo que te dijeron es una mentira, una muy cochina mentira, bebé, hagamos o no el amor, mi deseo por estar a tu lado no a disminuido desde que te conocí.

Viendo las lágrimas rodar por las rosadas mejillas de mi pareja, me hizo besar cada rastro que dejaban haciendo al fin reír a mi Alex.

— Jejeje, gracias amor —Inclinándose a mi le vi torcer su cara en dolor, lo que me alarmó pero su voz alegre me relajó— Al parecer, cumpliste tu promesa, jejejje me duele todo mi bello cuerpo.

— Je, descansa bebé, aún es temprano para ir a jugar con Kala y Panthia —Con dulzura lo arrulle en mis brazos para al final dejarlo en la cama.

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