De nuestro amor no se sabe nada ¿murió? Mas que desafortunado. Aún con pesar le guardo luto, una vela y botella La fuerza al menos una vez al año. De vez en cuando suspiro, y sé que ese suspiro es más amargo el utilizado en los pasteles. Su antítesis más bien. El suspiro no ayuda, una vez empieza no quiere terminar, pero que suerte que termina cuando una canción más movida empieza a sonar.
Nuestro amor es desgraciado.
Se plantó por si solo y después de tanto tiempo en "cosecha" cuando fuimos a recoger no había nada que hacer. Mis amigos dicen que nació prematuro, sin pies y sin manos... nunca vi donde empieza o terminaba la cosa. Mas también diría que nació sin dientes, pura encía. Balbuceábamos el uno con el otro y nunca nos llegamos a entender. Ahora bien que nuestro compromiso a acabado, quiero saber dónde y cómo a terminarlo.
Hace tres meses me llegó una carta de remitente equivocado pero no podría ser más acertado a mi, ni las confecciones de un cura desahuciado. ¿Donde termina aquello que no tiene pies ni cabeza? Si lo ponemos así, nuestro amor no murió, quizás nunca estuvo vivo. Quién sabe, a lo mejor si, y desde que lo nuestro fue nuestro, nunca fue algo menos distinto a un bulto de pie genuina.
Algo tenía de real, pero nada tenía de vida. Podría durar lo que tenga que durar ¿que más da si duraba más de una vida? Que toda la vida te ha que durar lo que está, es una maravilla, pero la duración de una ausencia si que es una tortura.
Nuestro amor, sin pies, sin manos, sin dientes y por lo tanto, sin cabeza, quizás fue nuestro hasta el él quiso. El capricho y la casualidad sembraron el fruto de cuyo árbol nunca germinó nada más que deseo.
Oh! Y como quisiera que hubiera sido deseo sexual, al menos ahí no hay permanencia. Solo un estivamiento efímero de la felicidad instantánea: nada más. ¡¿Y que más da?! Que si mi deseo fuera el tuyo y ambos habláramos el mismo idioma, no habrían tantos balbuceos... bueno quizás si, pero al menos estos serían placenteros.