1. Acosador.

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Capitulo 1.

Estuve toda la noche somnoliento pensando en ella, no pude pegar un ojo por su culpa, por ser tan endemoniadamente bella. Lo único que logré ver con claridad el día anterior fue su rostro, era de un color canela claro, y su piel se veía cremosa sin un rastro de acné, tenía una apariencia de origen árabe, sus cejas gruesas y cabello eran negros como la noche.

Se puede decir que ella es un misterio para mi, porque nunca me di cuenta que teníamos nuevos vecinos, aunque es muy despistado de mi parte porque la ventana de su cuarto da justo enfrente de la mía, pero supongo no lo sabía porque nunca me ha interesado el asunto de los vecinos nuevos e ir a sus casas a conocerlos y blablabla.

Así que salí de mi cuarto y empecé a bajar las escaleras y pregunté:

- ¿Mamá, desde hace cuanto hay vecinos nuevos? -le pregunté.

- Desde hace una semana hijo, ¿por qué la pregunta? -frunció el seño en forma de confusión.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Porque eso no es algo que te importe normalmente, en realidad, nunca te ha interesado, ¿por qué de la nada te interesa? -me preguntó sonriendo.

- Porque son nuestros vecinos mamá, debería interesarme. -le respondí conteniendo una sonrisa de culpabilidad.

- Es por la chica, ¿cierto? -me sonrió, dándome ese aire de que tenía razón.

- No es por eso, es porque... Bueno... -estaba pensando que decir y sonar convincente, pero nada de eso pasó- No puedo mentirte, me conoces demasiado bien. -solté sonriendo culpable- Es que ayer la vi, y es muy hermosa, y eso sí no lo puedo dejar pasar por desapercibido.

- Ya me lo esperaba desde un principio mi niño. -me dijo sonriendo- Ahora ve a desayunar, o llegarás tarde a la preparatoria.

- Si, señor. - le dije haciendo como los marineros.

- Te amo mucho mi niño. -dijo con ternura.

- Te amo aún más. -y la abracé.

××××××××

Ya faltando 10 minutos para que cerraran la puerta de la preparatoria y yo viviendo a 15 cuadras de la misma, opté por correr como si no hubiera un mañana, pasando al frente de la casa de la chica de ayer. Ya estando a unos cuantos metros de la preparatoria West Seattle High School, logré divisar que estaban por cerrar la puerta, así que apresuré el paso, entrando por poco a ella.

La primera hora de clase tocaba matemáticas, una materia que no me disgustaba para nada, ya que soy muy bueno en ella. Entré a el aula de clase, era la última persona en entrar, así que el profesor me dio una advertencia, diciendo que si volvía a llegar tarde a su clase me dejaría afuera, algo que no cumpliría por que ya había llegado tarde antes, y nunca pasaba; supongo que era uno de los favoritos de él, por ser muy bueno en su clase.

El día seguía su curso, estaba nublado afuera, lo cual me gustaba, porque uno de mis climas preferidos es el frío.

Faltaba poco para salir de clases, y estaba con mi mejor amigo Aaron que se sentaba junto a mí, era la clase de inglés. Tenía que contarle sobre esa chica, tenía que hacerlo, no me la podía sacar de la cabeza.

- Aaron, tengo que contarte algo. - dije sin tapujos.

- Si claro, cuéntame, ¿qué sucede?

- Ayer estaba en mi habitación y, quise mirar por mi ventana, algo que no hago casi nunca, entonces vi a una chica... Dios, es tan hermosa, te lo juro, nunca me había llamado tanto la atención una chica hasta ahora, no me la puedo sacar de la cabeza...

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