CAPÍTULO 2: BLAINE ANDERSON

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CAPÍTULO 2: BLAINE ANDERSON

Cooper entraba en la habitación del hospital para ver a su hermano. Blaine tenía problemas de corazón, pero, a sus 22 años, estaba en un estado casi crítico, necesitaba urgentemente un corazón o no saldría con vida de ese hospital. Desde pequeño había tenido problemas de corazón, pero en los últimos meses habían empeorado.

Le había costado ver a su hermano tener que renunciar al teatro musical, su sueño, para tener que dedicarse a la música. No podía realizar grandes esfuerzos y probablemente no los podría realizar en el futuro incluso con el trasplante, por lo que la carrera de actor quedaba casi descartada.

Era cierto que podría realizar algunos papeles, pero había muchos a los que jamás podría optar por su salud. Eso había conseguido que tuviera que olvidar sus ansias de subirse a un escenario para actuar o ponerse frente a una cámara para rodar una película.

A pesar de su salud, había conseguido terminar sus estudios en Juilliard. Lo cierto era que habían sido muy comprensivos y le habían proporcionado toda la ayuda que había necesitado para conseguirlo. Ver al menor graduándose con sus compañeros de promoción había sido el mayor orgullo de los hermanos Anderson.

Lo peor para el mayor era su horario. Era actor y trabajaba en una serie. Sus fechas de rodaje eran muy complejas, había días que no tenía que estar en el set, otros en los que sólo estaba unas horas y otros en los que estaba desde muy temprano por la mañana hasta muy tarde por la noche.

Cooper no se sorprendió al ver a Sebastian allí. Sabía que había ido nada más terminar las clases. Smythe estaba todavía preparándose para ser un gran abogado, por lo que tenía que estudiar más años que su amigo.

–¿Qué tal está? –El mayor susurró porque su hermano estaba dormido y besó al castaño en los labios. Éste metió el libro en la mochila. Había estado estudiando un poco mientras el otro descansaba.

–Cuando he llegado estaba despierto, pero muy cansado. Está cada vez peor... Si no llega ese corazón no sé... –El joven desvió la mirada. Por mucho que a su lado estuviera el único hombre que había conseguido que aceptara tener una relación más allá del sexo, había cosas que todavía le costaba compartir.

–Va a llegar. No podemos ponernos negativos ahora. –Cooper lo abrazó. –Nos necesita más que nunca y no vamos a fallarle.

La pareja se quedó un rato abrazados viendo a Blaine dormir, sintiéndose impotentes porque no podían hacer nada. Les habría gustado poder ser ellos los donantes, pero era imposible. Aunque sonara egoísta, estaban deseando que alguien sano tuviera un accidente y muriera para que le diera una oportunidad de vivir al joven que se encontraba tumbado.

Nick y Jeff entraron en silencio. Las dos parejas se habían estado turnando para quedarse por las noches, aunque con los horarios que llevaban había sido complicado. Sterling trabajaba en ese hospital como enfermero. Había sido de gran ayuda en muchos aspectos, sobre todo a la hora de explicar terminología médica o para qué servían los medicamentos.

Jeff había decidido que se dedicaría a cuidar enfermos con tan sólo 6 años, cuando su mejor amigo, Blaine, fue ingresado en un hospital por culpa de su corazón. Veía como la enfermera llegaba y gracias a la medicina que le aplicaba, su amigo se sentía mejor. Por eso quiso ser enfermero, para cuidar a su amigo.

Esa noche el rubio tenía turno, por lo que Duval se quedaba en el hospital. Solían hacerlo de ese modo porque así la pareja podía compartir algún momento juntos, aunque fuera sólo en el momento del café si la noche se complicaba para el enfermero.

Nick era programador y, como no tenía contacto con clientes, su empresa le permitía cierta flexibilidad a la hora de entrar y salir, siempre que cumpliera con los plazos y estuviera las horas que debía en la oficina. Incluso podía trabajar desde casa si era necesario. Había hablado con su jefe y le había explicado el problema que tenía su amigo, por lo que tenía permiso para trabajar por las noches mientras estaba en el hospital. De esa manera, podía dormir por la mañana e ir por la tarde a la oficina.

Después de media hora, entró la doctora Farrow. La mirada seria que les dio hizo que se dieran cuenta de que no traía buenas noticias. Cooper se levantó y se acercó a ella. La médica sabía que no tenía problema para hablar delante de los otros, por lo que empezó la explicación.

–La situación de Blaine ha empeorado. Es joven y creo que un trasplante puede ser la única solución. Sabéis que estaba en lista, pero he llamado para subirlo, si no llega un corazón para él pronto, no creo que aguante. Voy a intentar hacer todo lo que esté en mi mano para que aguante lo máximo posible y ahora mismo está el primero en la lista. Necesitamos a alguien compatible, ese el principal problema.

–Supongo que tendremos que estar aquí hasta después del trasplante. –Cooper deseaba llevarse a su hermano a casa. Si no podían hacer nada por él, podían esperar el corazón en casa, al menos eso deseaba.

–Es lo mejor... Y después del trasplante aun tendrá que estar tres semanas ingresado. Y ya sabes que tendrá que venir a varias revisiones y tomar la medicación toda su vida. Hemos hablado de todo esto, pero si tienes alguna duda puedes preguntarme.

–El proceso lo tengo claro. Es que estamos ya todos cansados de estar aquí. –El mayor suspiró.

–Lo sé y lo comprendo. Piensa que estamos esforzándonos para que tu hermano pueda tener una vida normal. Necesitas tener paciencia.

Los dos miraron al enfermo, que seguía dormido. Estaba muy débil y los dos sabían que empeoraba día a día. Su única solución era ese trasplante y aun así era un riesgo muy grande. Sebastian se acercó a su pareja y lo acarició con cariño. Ellos se habían conocido gracias a Blaine y se habían enamorado. Para Smythe era casi como un hermano.

–Todo saldrá bien, es muy fuerte y lleva mucho luchando, no se va a rendir con facilidad. –El joven le dio un beso a su pareja. –¿Por qué no vamos a casa a descansar? Si hay alguna novedad, Nick o Jeff nos llamarán.

–Creo que tu pareja tiene razón. –La doctora añadió. –Necesitáis estar descansados. Lo más complicado aún no ha llegado y Blaine va a necesitar todo el apoyo que pueda conseguir.

–Si pasa algo... –Cooper se volvió hacia la pareja, que estaban junto al enfermo.

–Nosotros te llamamos, no te preocupes. –Duval sonrió para tranquilizarlo.

–Gracias chicos.

–Yo tengo que estar aquí y me enteraré si pasa algo... No es como si hoy no trabajara. –Sterling sonrió de manera cómplice.

Sebastian lo besó en los labios y se despidieron de todos antes de salir. Estaban cansados y algo desesperanzados, pero tenían que confiar en que todo saldría bien.

Latidos de Amor (Blam - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora