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Fue en ese instante en el que a Dan, el alma se le cayó a los pies. Tenía un nudo en su garganta, comenzó a balbucear, a repetir palabras que no podía ni siquiera descifrar cuáles eran. En su cabeza resonaba la gruesa y profunda voz del mayor como si se tratara de el retumbe de un tambor, gritándole un simple y corto "No voy a relacionarme con nadie más de nuestro entorno, excepto PJ. Ni siquiera contigo."
Fue lo único que dijo.
Dan suplicó. Suplicó, suplicó y suplicó, pero no obtuvo respuesta por parte de Phil, más que simples "cállate" y "no, es suficiente."
El menor no hizo otra cosa más que llorar. Solo llorar. Gritó, rompió algunas cosas que de no haberlo hecho, jamás habría imaginado que esas cosas serian tan importantes para él. Luego de que el ojiazul se retirara de el departamento, con una gran maleta llena de cosas, Dan se dirigió al baño. Sólo se paró enfrente del espejo, repitiéndose a si mismo como si su ex novio estuviera enfrente de él.
«Por favor, quédate» fue lo único que susurraba, implorándole a cualquier dios que se digne a escucharlo. Sólo necesitaba de Phil. No es de aquellos que dicen "te necesito" y probablemente una semana después ya salgan con alguien más, alguien que probablemente le de mejor sexo, mejores besos y más cariño. Él realmente necesitaba de Phil. Y vaya que lo hacía, porque hasta el día de hoy, Daniel continúa sentado en una silla, solo mirando la taza de café negro enfrente de él, y sin un gramo de fuerza para alzar la mano y beber de él, sólo un susurro se escapa de sus labios, tal como solía hacer cada mañana, mientras la imagen de ese terrible día en donde el amor de su vida se alejaba, recorre su mente.
Sólo susurraba «Quédate.» Y sólo quería que en algún lugar del mundo, Phil esté escuchando sus súplicas, y respondiendo con un susurro igual al del ojimiel.
«Me quedaré hoy, mañana, y siempre, bebé.»

cry, little boy. || phan. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora