Hipocresía.

32 2 0
                                    

Dulce hipocresía la que adorna mis palabras con inexistente ligereza. Que vuele lejos la verdad que no es necesario que sea conocida. Y tras contar siete, la prosa aturde nuestros sentidos volviéndonos vulnerables.
¡El espectáculo debe continuar!
El maestro ha vuelto a hablar ante sus horribles marionetas. Sus alentadores discursos se tornan cínicos cuando salir a actuar es su cometido. Y las marionetas vuelven a ser usadas,sin voz ni voto.

Lápices RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora