You make me strong ||Pausada||

Little memories. (Capítulo 7)

Pedí al chico que estaba conmigo que me acompañara al baño al llegar a la entrada lo estiré de la camisa a un rincón apoyándolo contra una pared para acercarlo a mi, comencé a besarlo desesperadamente y él me siguió con manoseos en mi pecho y muslo. La casa de Matt era incluso más grande que la mía y la del indigente juntas. Y sus fiestas no podrían ser mejores... El chico que aun no reconocía me cargó y me llevó a una habitación...

***

*4 años atrás*

-Y entonces ¿lo conseguiste al fin? -me preguntó la niña morena que fue nombrada por sus ojos, Azul.

-Eh si, aún no lo entiendo. -respondí todavía en estado de shock. He estado en éste lugar desde hace 3 años y lo que acaba de pasarme es algo que no puedo asimilar y lo único que siento es... alivio. Alivio por salir del lugar horrible, durante los 3 años he imaginado como me sentiría cuando llegara el día "más feliz de nuestras vidas" según mis compañeras. Seguía metiendo las pocas prendas que tenía en mi mochila mientras pensaba, la mujer "Juliana" es argentina y basta decir solo su nacionalidad para imaginar lo bellísima que es, alta, delgada, piel trigueña y de unos ojos color celeste algo especial diría que hipnotizaban y para exagerar seguro podría ver el alma de las personas dijo ser abogada y que según dramas familiares fue a vivir a Manhattan y comentaba que me encantaría el lugar. El hombre "Marcus" es inglés y de acuerdo a lo poco que me contaron se conocieron en un crucero cuando Juliana estaba en sus comienzos e iba a una entrevista, es de piel blanca, ojos color miel y muy alto, él me agradó al instante en que lo vi, su sonrisa era muy amigable y las facciones en su rostro decían "simpatía".

-Anne apúrate, ya vienen a por ti. -habló azul, ella había estado desde que tenía 8 en ésta "institución" y nadie la quiso adoptar por su peculiar tono de piel "negro". Era rebelde y tierna a la vez me agrado apenas me discutió el primer día que llegué.

-Ya, ya. Está todo listo. -dije mirándola. Ella examinó ni vestimenta de pies a cabeza y negó sonriendo mientras se acercaba a mi con los brazos abiertos. -Te voy a extrañar mucho, no voy a decirte que no te vayas porque éste lugar es una mierda pero Dios -dijo sorbiendo su nariz -espero seas muy feliz con tu nueva familia. Sé buena Anne, es suerte lo que acaba de pasarte y muchas de aquí estaríamos muy felices. Te quiero y no te olvides de mí, buscame. -terminó de hablar y no evité llorar con ella. La conozco hace tres años pero era como si la conociera de toda la vida, le tengo mucho aprecio y no, no era mi amiga, era mucho más que eso. Era mi hermana de cariño. Sin dudas volvería por ella cuando cumpla edad. Mis futuros padres ingresaron y sonrieron al verme.

-Cuidate Azul, no muerdas a las demás niñas, y nunca, nunca pierdas las esperanzas aunque yo haya decaído un millón de veces sé que eres fuerte, te quiero mucho. -me acerqué a su oído y le susurre- cuando tengas edad para salir de aquí, te buscaré en este mismo lugar y si no te encuentro, búscame sabes quienes son mis padres. -le sonreí y le limpié las lágrimas. Tomé mi mochila y caminaba en silencio con mis padres. Ellos pararon a firmar unos papeles que faltaban mientras yo esperaba sentada y observaba el lugar, inmenso con rejas alrededor, un enorme patio, habitaciones enormes que compartía con 50 chicos literal. La cocina en la que nos servían un grano de arroz y apenas un pan que pudiéramos morder. No entendía como un lugar que no tiene la capacidad necesaria en niños esté funcionando como un orfanato, pero que se iba a esperar, todos éramos niños abandonados.

-¿Lista? -preguntó Marcus.

-Me encantan los retos y éste es uno. -le respondi. Ambos me miraron otra vez sonriendo con ternura y comenzó el viaje.

*presente*

Amanecí en mi cama, al intentar levantarme sentí un mareo y punzadas en la cabeza. ¿Qué me pasaba? Me mantuve masajeando mis sienes con los ojos cerrados mientras trataba de recobrar la conciencia