Piedmont, California... un pueblo del que seguramente no habrás escuchado hablar, tampoco es que eso nos importe pues no necesitamos del reconocimiento mundial para obtener lo que deseamos.
Siendo jóvenes el mundo es totalmente nuestro, lo único de lo que debes preocuparte es por saber con quién relacionarte para poder conseguir cualquiera de tus caprichos, suena sencillo lo sé, yo también pensé que sería una tarea simple, pero lo cierto es que conseguir un buen estatus social no es algo tan rápido y mucho menos fácil de lograr.
-Sígueme- mencionó entre susurros.
-No creo que deberíamos hacer esto-dije algo indeciso.
Bonnie tomo mis manos, pego su pecho al mío para después hacer el típico gesto de una niña regañada, le di un beso en sus deliciosos labios con aroma a fresas y ella se rio ligeramente.
Observe nuestro entorno, la casa de los Coleman siempre me había gustado bastante, tal vez porque existían ciertas similitudes con mi hogar, la música flotaba sobre nosotros, los pasillos, las escaleras, los dormitorios, las salas, los jardines... mejor dicho, todo estaba repleto de chicos con bebidas en mano, si había algo por lo que Owen Coleman sobresalía de entre los demás, era por su impecable capacidad de hacer fiestas excesivamente caras, invitados selectos, vinos que valían millones, comidas extravagantes de diversas partes del mundo eran algunas de las cosas que hacían este tipo de fiestas, las más solicitadas.
-Venga Emer-imploró Bonnie rodeándome la cintura con sus brazos.
-¿Estás segura del todo?-pregunte.
-¡No seas bobo! Claro que estoy segura-me beso delicadamente en la boca para después susurrar tentadoramente en mi oído-. ¿A caso tú no lo estás?
Solté un suspiro de rendición, ambos entregamos nuestras copas de vino a un mesero que pasaba cerca de nosotros, nos abrimos paso entre la multitud de chicos y comenzamos a descender por las imperiales escaleras de la casa, a lo lejos pude divisar a Duncan, mi mejor amigo, que parecía estar pasándola de maravilla con una chica bronceada, cuando me vio bajar levantó su copa mientras sonreía de manera descarada, sonreí ante su actitud.
Salimos al jardín principal, al ser verano, el aire era bastante cálido, la luna resplandecía tan majestuosa como siempre sobre nuestras cabezas, había personas nadando en la piscina de la casa pero ninguna se percato de nuestra presencia, seguimos caminando por el cuidado camino de piedra que se perdía en el bosque, me sorprendía que Bonnie no soltara ninguna queja por caminar entre arbustos con un vestido de marca.
Llegamos hasta una inmensa roca, aunque para mí era una piedra sin ningún aspecto particularmente llamativo, sabía que para muchos otros esta roca era muy conocida, incluso algunos la llamaban "La roca del beso", Bonnie se giró para ver mi rostro, la luz de la luna apenas se filtraba entre las ramas de los pinos, me fui acercando lentamente hacia ella hasta que su espalda chocó con la firme roca, sentí sus brazos alrededor de mi cuello, nuestras labios volvieron a unirse en un beso pasional, mis manos recorrían las adictivas curvas se su cintura.
Mi corazón latía a una velocidad acelerada, no sabía si era por la excitación o por el temor de dar el siguiente paso en esta relación, y no es que no me gustara Bonnie, porque en realidad era una chica muy hermosa, cabello castaño con ligeras ondas que llegaban hasta su cintura, una sonrisa preciosa y cautivadora, ojos verdes como dos piedras preciosas.
Ella tomo mis manos para colocarlas sobre sus piernas desnudas, eran suaves mientras que una calidez se desprendía de ellas, comencé a tocar su firme piel debajo del hermoso vestido que lucía, llegue hasta el resorte de su ropa interior de Victoria's Secret y me detuve, tuve que separarme ligeramente de su cuerpo.
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Rumores
Teen FictionPiedmont puede parecer un simple pueblo con una vida llena de lujos donde sus habitantes no deben preocuparse por nada más que lo que se deben comprar, sin embargo, si eres capaz de acercarte podrás ver las oscuras sombras moviéndose en cada esquin...