S.O.S

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La noche ya había caído sobre nosotros, puesto que Duncan vivía a unas cuantas cuadras de mi casa había aprovechado para quedarse a comer y así hacer la tarea juntos, si había algo que detestaba con todo mi ser eso definitivamente era la tarea, los maestros sencillamente disfrutaban al tenernos sujetos a sus ejercicios mentales.

-Te juro que no puedo ver más cosas con procesos matemáticos-mencionó Duncan cerrando su libro de matemáticas.

-Por fin terminamos, y apenas son las once-mencioné mirando mi reloj de mano.

Me levante de la alfombra para tomar nuestros vasos, fui directamente al diminuto refrigerador que había en mi habitación y los rellene con refresco para él, mientras que para mí el agua helada estaba más que bien.

Cuando regrese a mi lugar en el suelo alfombrado para ordenar el montón de libros, cuadernos, plumas y lápices que habíamos regado sobre mi mesa de mármol, en eso pude ver a Duncan estudiando una foto de Camyl en su iPhone, sonreí ligeramente y él pareció darse cuenta de mi expresión burlona porque bloqueo el celular mientras su rostro se ponía ligeramente rojo.

-Ya deberías decírselo-señalé.

-No lo sé, ¿Y si me dice que no?

-Al menos tendrás una respuesta.

Duncan estaba perdidamente enamorado de Camyl desde hace un año, en cada una de nuestras reuniones de estudio tenía que tocar el tema, "¿Y si me rechaza? ¿Qué pasará con nuestra amistad?", era muy interesante ver esta fase de él, generalmente siempre trataba de demostrar que ninguna chica era digna de estar con el mas allá de un simple acoston, hasta donde podía recordar, la relación que más tiempo duró fue de un mes, sin embargo, podía apostar que la cosa seria muy distinta con Camyl.

En eso nuestros celulares resonaron, al ver de quien se trataba me di cuenta de que pertenecía a Camyl, decidí abrir el mensaje, era corto pero contundente, una clave que nosotros comprendíamos a la perfección: S.O.S

-Hablando de la reina de Roma-susurró Duncan viendo el mensaje.

-¿Qué crees que haya pasado?

-Ni idea, pero para usar esto debe ser algo importante.

-Andando.

Nos pusimos de pie, mientras Duncan recogía sus pertenencias para meterlas en su mochila yo tome un jersey que me cubriría a la perfección del frio de la noche, cuando estuvimos listos ambos nos subimos a mi camioneta y salimos de casa.

Las casas quedaban atrás de nosotros, los arboles pasaban rápidamente a nuestro alrededor mientras avanzábamos por entre las calles, Camyl vivía a algunas cuadras, podríamos llegar caminando pero dado que daba la impresión de ser una urgencia, la camioneta parecía ser lo más factible.

Un día, en que Camyl estaba detenida en la dirección por una acusación que claramente ella no había cometido nos mando un mensaje con la misma clave para que fuésemos a su ayuda, desde aquel día decidimos usar la clave en caso de que algo importante pasara.

Ya estábamos cerca de llegar cuando comenzamos a ver luces rojas y azules bailar por doquier, había una multitud de gente, reporteros, noticieros tratando de obtener buenas tomas de algo, decidí estacionarme a una distancia prudencial, fue en eso que vi la silueta de Camyl, se abrazaba a sí misma como si tuviese frio a pesar de llevar un saco grueso, al vernos llegar pude notar como su rostro de relajaba, corrimos hasta donde ella estaba.

-¿Qué paso?-pregunto Duncan apurado.

-Apareció, encontraron a Cameron-respondió.

-Sabia que regresaría, ¿Dónde estaba?-añadí.

-No comprenden ¿Verdad?-respondió Camyl nerviosa-. Encontraron... el cuerpo de Cameron, está muerto.

Instintivamente me lleve la mano a la boca, ¿Cameron estaba muerto? ¿Cómo podía ser? Comencé a acercarme a la casa de los Coleman, la misma casa donde había sido la fiesta, escuché que mis amigos me seguían pero no me detuve, no podía caber en mi cabeza la idea de que realmente estuviera muerto, comencé a empujar a algunas personas que tomaban fotos con sus celulares hasta que me topé con la cinta de seguridad.

Fue entonces que dos policías aparecieron en escena moviendo una camilla cubierta en una bolsa negra completamente sellada, ¿Ahí estaría el cuerpo de Cameron?... ¡Pues claro que sí! ¿Qué mas meterían ahí? De pronto reparé en Bridget que lloraba desconsoladamente en los brazos de Bonnie, esta levanto la vista y me observó pero rápidamente nos dio la espalda para alejarse de la multitud pero Bridget le dio un golpe, daba la sensación de que ella disfrutaba de la atención que recibía por parte de las cámaras, era enfermizo pensar que lo hiciera.

Sentí que alguien me observaba con firmeza, era una sensación inquietante pero fuerte, fue entonces que me topé con unos ojos verdes pertenecientes a un chico que desconocía, era alto y tenia puesta una chamarra de piel, me estaba viendo fijamente, tanto, que me dio la sensación de que no parpadeaba, ¿Quién era? Nunca lo había visto, parecía de mi edad.

-Vayámonos de aquí-sugirió Duncan.

-De acuerdo-respondí.

Cuando volví a girarme aquel chico había desaparecido entre la multitud, sentí un ligero alivio al darme cuenta de que se había ido, comenzamos a alejarnos de las personas y sus irritantes murmullos, nos encaminamos a una esquina alumbrada para poder hablar calmadamente sin temor a ser escuchados.

-¿Cómo puede ser?-susurre por si de pronto había alguien cerca que nos pudiese oír.

-Escuchen-mencionó Camyl en tono bajo-. Esto aun no lo saben los medios, pero Cameron tenía una herida de bala en la frente.

-No juegues-dijo Duncan-. No será que... aquella noche, en la fiesta, tú escuchaste un disparo, esa misma noche el desapareció.

-Juramos no decir nada al respecto-recalque temeroso.

-¡Eso era antes de que apareciera un cuerpo sin vida!-respondió Camyl temblando.

Todo comenzó a dar vueltas en mi mente, aquella noche, Bonnie había mencionado algo sobre un pozo, un hombre con una pala, alguien que estaba en un saco... ¿Seria Cameron? Después ambos coincidimos en el sonido del disparo, comencé a sentir que me faltaba aire.

-Nosotros no sabemos nada-ordené.

-¿Qué?-exclamaron los dos al mismo tiempo.

-¿No lo ven? Ya nos interrogaron y mentimos, si ahora cambiamos la historia seremos sospechosos, eso podría arruinarnos por completo.

-¡Por Dios!-Camyl se cubrió el rostro.

Los tres nos quedamos en silencio, a lo lejos vi a la familia de Cameron aparecer, estaban devastados y no los culpaba, perder a un hijo debía ser algo increíblemente doloroso, pero no podíamos decir nada, ya no, habíamos tomado una decisión y nos apegaríamos a eso de ahora en adelante.


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