Capitulo 2

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Tras la salida de Percy de la casa grande, y tratar durante unos momentos de calmarse, Quiron decidió llamar a Lupa.

-Lupa responde, lupa responde...- era la retalia de palabras que pronunciaba el director de actividades del campamento mestizo desde que llamó a su eterna compañera por mensaje Iris, ya que ella es la única diosa que no necesita estar presente, para cumplir su trabajo.

A sabiendas de que era peligroso, pero necesario, también intentó contactar con el gigante Damasen y el titán Bob.

-Lupa, tenemos un problema- dijo Quiron cuando la diosa apareció en la cortina de vapor.

-La gran profecía ha empezado antes de lo esperado- dije intentando no alarmarla.

-Como estás tan seguro Quiron, si todavía Julia tiene ocho años y la profecía especificaba que la semidiosa ha de cumplir dieciocho años para que de comienzo el cambio de deidades- exclamó Lupa un poco agitada.

-Bien, tendremos que usar la reunión programada para decirles a los semidioses la verdad aunque no toda ya que se podrían asustar y cederle el puesto a otro- dije yo.

-Desde mi punto de vista yo creo que es mejor decírselo todo para que sepan a lo que se enfrentan, aunque eso lo discutiremos luego- dijo el centauro

-En ese caso solo llevaré a los romanos elegidos y...

-Será mejor y menos sospechoso que traigas a algunos semidioses más- le cortó Quiron.

-Si no hay nada más que decir, será mejor que contactemos con nuestros aliados, adiós- dijo Lupa tajante, antes de pasar una zarpa sobre la pantalla de agua.

- Ho diosa Iris, acepta esta ofrenda y muéstrame al gigante Damasen y al titán Japeto en el Tártaro- dijo Quiron sin necesidad de crear otra pantalla de agua.

- Damasen, Bob, siento ser tan brusco pero, necesito que en algo menos de veinticuatro horas los dos estéis en el campamento mestizo, porque sé va a dar comienzo a la profecía que va a suponer el final de la era de los dioses, aquella que pronunció vuestra tía Ananké (diosa primordial del destino) en el principio de los tiempos- dijo Quiron.

-Tía Ananké nos visitó un tiempo después de que los semidioses Perseus Jackson y su novia Annabeth Chase, saliesen del Tártaro.

*En la casa del Lobo*

He de reconocer que me sorprendió y asustó muchísimo ver aquella cortina de vapor frente a mí hocico, sorprendida porque tras tantos eones todavía no había descubierto el funcionamiento de esta forma de comunicación griega (a pesar de que se comunicarme de esta forma), y asustada porque la última vez que apareció frente a mí, fue pera comunicarme que el pretor Jason Grace había llegado al campamento mestizo.

-Lupa, tenemos un problema- dijo Quiron cuando apareció en la cortina de vapor.

-La gran profecía ha empezado antes de lo esperado- dijo intentando no alarmarme.

-Como estás tan seguro Quiron, si todavía Julia tiene ocho años y la profecía especificaba que la semidiosa ha de cumplir dieciocho años para que de comienzo el cambio de deidades- exclamé yo un poco agitada.

-Bien, tendremos que usar la reunión programada para decirles a los semidioses la verdad aunque no toda ya que se podrían asustar y cederle el puesto a otro- dije yo.

-Desde mi punto de vista yo creo que es mejor decírselo todo para que sepan a lo que se enfrentan, aunque eso lo discutiremos luego- dijo el centauro.

-En ese caso solo llevaré a los romanos elegidos y...

-Será mejor y menos sospechoso que traigas a algunos semidioses más- me cortó Quiron.

-Si no hay nada más que decir, será mejor que contactemos con nuestros aliados, adiós- dije tajante, antes de pasar una zarpa sobre la pantalla de agua, sabiendo que me tocaría comunicarme con Pandora, Ananké, Cronos (dios primordial del tiempo, ¡No confundir con Kronos titán del tiempo) y Caos.

-Pandora, pandora...- la llamé por quinta vez.

-Si, Lupa ¿que es lo que quieres?- dijo la mujer de pelo castaño oscuro y ojos negros.

-La profecía que dictó Ananké sobre el inicio del Partenón de los nuevos dioses, a empezado- fue lo único que le contesté.

-Eso quiere decir que han pasado ya los ciento cuarenta y nueve eones del gobierno de Zeus y que ya puedo dejar de esconderme- dijo emocionada la mujer.

-Aún no ha pasado es tiempo pero en veinticuatro horas te necesitamos en el campamento mestizo- respondí

*En el campamento fuera de la casa grande*

Cuando salí de la casa grande, recordé que Alicia, hija de Demeter, me aviso de que Grover tenía algo importante que decirme, así que me dirigí hacia los campos de fresas cerca del bosque, que es donde más suele estar desde que empezó a salir con Enebro, pero luego recordé que Enebro se podía mover libremente por el mundo, ya que de alguna forma no estaba atada a su fuente de vida a un kilómetro a la redonda, como antes.

-Oye Casper, ¿sabrías decirme dónde vistes a Grover y Enebro por última vez?- pregunté a la primera persona que vi, que resultó ser un nuevo hijo de Hermes, que llego hace cosa de dos semanas.

-Pues la verdad es que si Percy, les vi hace al rededor de media hora cerca del muro de lava, dirigiéndose hacia la arena de entrenamiento- dijo Casper.

-Muchas gracias Casper, te lo agradezco de verdad, y en la próxima clase de espada, os enseñare un truco nuevo- le dije al niño de doce años para animarle.

-Antes de irme, Casper, ¿necesitas aluda con alguna cosa?- le pregunté ya que le veía un poco triste.

-La verdad es que si tengo un problema, aunque en realidad no es un problema en si- dijo rápidamente.

-No sere Quiron, pero se me da bien escuchar, a si que, estoy para lo que necesites- dije sonriéndole.

Tras la charla con Casper, fui a la arena y como no vi a Grover, estuve practicando con la espada, luego en los establos y por último en mi cabaña hablando con Tyson, que me ha dicho que papá le ha pedido que venga a verme.

De Semidioses A DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora