Capitulo 1

534 22 0
                                    

Era una mañana como otra cualquiera seis meses después de derrotar a Gea en el campamento mestizo, los pájaros cantaban, el sol brillaba, la cabaña de Hefesto ardía en llamas (seguramente por algún invento fallido), de la cabaña número cinco salían improperios no aptos para menores de edad, de la cabaña de Demeter, otros tantos dirigidos hacia los jefes de la cabaña once, de la cabaña de Zeus, salía corriendo una chica de pelo marrón y ojos multicolor y a la cabaña de Poseidón, se acercaba un integrante de la cabaña número seis.

-Annabeth, abre, que vas a llegar tarde al desayuno- dijo mi hermano después de llamar a la puerta.

-Pasa Malcom que todavía tengo que despertar a Percy, que el muy estupido se quedó despierto hasta tarde en la playa - dije yo exasperada por su comportamiento.

Cuando conseguimos despertarle, el cuerno que anuncia el desayuno ya había sonado, al llegar al comedor Quiron todavía seguia intentando hablar, pero con la cantidad de semidioses hiperactivos le era difícil.

-Silencio chicos, por favor, he de anunciaros que el señor D se ha marchado al Olimpo esta madrugada y que en el día de mañana vendrán nuestros amigos del Campamento Júpiter y nuestras hermanas las cazadoras de Artemisa para quedarse todo el verano- dijo Quiron, antes de que los gritos de júbilo se hiciesen presentes de nuevo.

-¡Quiron!, podemos hablar después de la clase de espada, en privado, por favor- dijo Percy mientras yo me dirigía a mi cabaña para trabajar en un proyecto para el templo de Io, antes de ir a la clase de griego que imparto yo misma.

"En clase de espada"

-Bien chicos recordad nunca jamás es suficiente todo lo que se aprende y ahora poneos por parejas- dije como tantas veces desde que me nombraron profesor.

Estaba supervisando a los nuevos, cuando se me acerca, Alicia, una campista hija de Demeter, que pasa en el campamento todo el año.

-Percy, me ha dicho tu amigo Grover que no te olvides de lo que acordaste con el- me dijo enfadada como si le molestase venir a decírmelo.

-Gracias Alicia- dije sonriéndole a lo que ella levantó una ceja y después de girarse soltó un resoplido de molestia por qué es una de las pocas semidiosas a la que no le caigo bien, porque según me ha dicho Piper, está enamorada de mí y además seguro que tuvo que dejar algo importante para venir a decírmelo.

Tras la clase de espada me dirigí hacia la casa grande cuando me encontré a mi amigo Grover.

-Percy, Percy- dijo mientras exhalaba por la carrera que se pegó para llegar hasta mi.

-Que quieres G-man- dije yo sabiendo por su nerviosismo que era algo muy importante.

-A Enebro le a pasado algo impresionante, puede separarse de su árbol cuando quiera- me dijo Grover súper emocionado.

-Eso es genial- le dije impresionado -pero me tengo que ir a la Casa Grande- dije rápido para irme.

-Venga, vete que se ve que tienes prisa, pero no te olvides de lo que acordamos- dijo metiéndome prisa y recriminándome por olvidadizo.

"En la Casa Grande"

-Hola Quiron, te tengo que contar mi sueño- dije muy nervioso.

-Puedes empezar cuando quieras, tenemos todo el tiempo del mundo- dijo para intentar tranquilizarme.

"SUEÑO"

Estábamos 30 semidioses, algunos que aún seguimos vivos y otros que ya no en el comedor del campamento a la hora del desayuno cuando derrepente apareciste tu diciendo algo, pero no se te entendía, en ese momento cambió el sueño y estaba yo en el Senado del campamento Júpiter al atardecer y apareció Lupa que, como tu, cuando empezó a hablar no se le entendía y en ese punto volvió a cambiar el sueño, esta vez estábamos doce del anterior grupo, a la hora de la cena en un apartamento igual al mío, cuando de la cocina salió una señora de aspecto joven, de pelo castaño oscuro, rizado y unos ojos negros como la noche, cuando nos fue a saludar no se le entendía nada.

"FIN DEL SUEÑO"

-En ese momento me desperté, vi que estaba en la playa y me volví a la cama- le confesé.

-Gracias por compartir tu sueño conmigo y ahora sí me disculpas tengo que reunirme con Lupa -dijo Quiron con una extraña expresión en el rostro.

-Gracias por escucharme, Quiron-le dije mientras me iba la cabaña de Atenea.

-¿Se puede?- pregunté después de llamar a la puerta ya que, si no me mataban, por la rivalidad de nuestros padres divinos y por qué estaba saliendo con su hermana.

-Si, adelante Percy, aunque se ha vuelto ha dormir mientras trabajaba- me respondió Malcom, uno de los pocos hermanos que después de lo ocurrido ya no tenía problemas con nuestra relación.

-Listilla, listilla...- la llamé mientras le daba pequeños golpecitos en el hombro.

-Si, Percy- me respondió somnolienta.

-Recuerda que quedamos con mi madre la semana qué viene para comer- dije mientras la besaba.

-Si vale, ahora si me dejas he quedado con Piper y las chicas para repasar los últimos detalles para la fiesta de bienvenida para los Romanos y las cazadoras de mañana- comentó.

"En el comedor dos horas después"

-¡Perseus Jackson, ven aquí ahora mismo!- escuché que gritaba mi novia por todo el campamento.

-Aquí estoy listilla- dije a sus espaldas para asustarla, pero me salió mal porque en cuanto puse la mano en su hombro me hizo una llave de Judo que me dejó tirado en el suelo.

-He lista, ¿sabes que te quiero no?- dije preguntando intentando no asfixiarme.

-Yo también sesos de alga- dijo levantándose.

-Voy a buscar a Grover- dije mientras me levantaba.

-¡Grover, Grover!- le llamé a gritos cuando reconocí sus peludos cuartos traseros de cabra.

-Percy, te llevo buscando más de hora y media, ¿dónde estabas?- me recriminó mi peludo amigo.

-He estado practicando con la espada, luego en los establos y por último en mi cabaña hablando con Tyson, que me ha dicho que papá le ha pedido que venga a verme- le conteste a Grover por sus reclamos.

De Semidioses A DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora