Fue un 13 de marzo que te vi, a solas.
Estábamos solos en los vestidores de la gigantesca cancha de la universidad.
Practicabas fútbol.
Yo entré para verte más de cerca.
No jugaba, no mucho... Pero tenia que hacer el intento, porque sino me sacarían.
No fue sino ese 13 de marzo que hable contigo por primera vez.
Volteaste, te miraste tan indiferente.
Eso me dolió tanto.
Me acerque a ti.
No te moviste.
Te besé.
Y no te moviste.
No me correspondiste.
Ni te apartaste.
Sólo quedaste ahí... estático.
