Te había dicho semanas atrás lo mucho que te amo.
Lo mucho que me vuelves loco.
Lo mucho que lo lamento.
Lo tanto que me tocó vivir y que había madurado.
Lo mucho que mi corazón te pertenece.
Sólo me besaste.
Tan desesperadamente.
Te sentía confundido, perdido y desesperado.
Sólo me besabas, jamás me hablaste.