Capítulo 5. Unidos para siempre

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- Sasuke . . . No, definitivamente no puede ser. - Exclamó la pelirosa paralizada. - ¡Sasuke! - Estalló en un grito eufórico, lanzándose a abrazar al hombre que carcome su mente. - (Esto no puede ser real, ¿Por qué Sasuke querría tocarme como lo hizo?). - Pensó, besando al chico delante de ella. Necesita comprobar que sea real.

La ojijade sin preámbulo, beso apasionadamente al azebache, el beso solo duro unos segundos; ya que la femenina se separó de él, observando lo que no parecía ser un sueño delante de ella.

- Sasuke. - Sonrió - Esto no es real . . . - Musitó mirandolo -No eres real, esto es solo un sueño, ¿No?. - Cuestionó al aire con unas pequeñas lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

El azebache la miró dulcemente, mientras se quitaba su playera; sonrojadando aún más posible a la chica, él la tomó de una mano y la llevó directo a su pecho.

- Sakura . . . Soy real. -

Después de sus palabras, sin ningún tipo de respuesta más que el silencio de la mujer. Lentamente la acosto sobre la cama, quedando sobre esta.

- Sí . . . Sasuke . . . Eres tú. - Por fin lo había aceptado, él en verdad estaba frente de ella besándola.

- ¿Quién mas podría ser? - Se encontraba feliz.

- Sasuke. - Un solo nombre salía de esos labios, nombre que jamás se cansaría de decir.

- Sí, Sakura. - Soltó una carcajada.

- Bueno, ¿me desatas?. - Preguntó inocente.

- ¿Por qué?, en cierto modo me gusta tener el control. - ¿Dominar? Era el mayor placer.

La pelirosa solo lo miró con cara seria, dejando asustado al azebache.

- Bien . . . (No me deja divertime) - Busco su kunai, para después efectivamente cortarlas.

- Extrañamente . . . (Tengo un mal presentimiento acerca de esto) - Pensó él.

- Mi turno. - Sonrío triunfante la pelirosa, siendo ella quién lo empujó quedando situada sobre él.

La femenina una vez sobre el hombre comenzaría rosando su intimidad contra la de él, haciendo soltar un pequeño gruñido por parte del azebache; apartando la mirada sonrojado, la ojijade tomo la cara masculina haciendo que la mirara por obligación, ahí rotundamente unió ambas bocas en beso, esta unión se fue tonificando más y más apasionado de ellas una batalla de leguas.

La chica se separó de la boca del azebache, bajando poco a poco por todo el cuerpo ajeno dejando besos en su camino. Una de las manos femeninas fue quitándole poco a poco el pantalón que aún portaba sonrojando al azebache, hasta quedar sin estos.

- Sasuke. - Dijo la pelirosa exitada, tocando el miembro del hombre. -Te quiero dentro de mí. - Musitó la pelirosa sonrojada. - Estarás dentro de mí?. - Obligó acercandose a su acompañante mirandolo directamente a los ojos.

El azebache no dudo dos veces, cuando ya se encontraba dentro de ella cuidadosamente haciéndola gemir alto.

- Oh dios, ¡eso! - Gimió, resonando en un eco morboso por toda la habitación.

"Sasuke"

.
.
.

"Sakura"

Son las únicas palabras que ellos, repetían entre gemidos y caricias; embestidas tras embestidas.

"Demasiado"

.
.
.

"No lo suficiente"

El azebache le ortogaba a mujer, a su mundo, a su todo embestidas fuertes y profundas, el amor que tenía guardado ya no podría ocultarlo más.
Así llenándose de sudor y pasion, sus gemidos eran los únicos que se escuchaban por la habitación.

"Sakura"

.
.
.

"No pares . . ."

Tanto ella como él, sólo gemian y gemian; dando de su ser al otro, sus mentes solo se unían en el placer y la lujuria.

Sus vistas estaban fijadas en entre ellos mirándose mutuamente sonrojados de tanta exitacion, solo faltaban unas cuantas estocadas para que los dos llegaran a su límite y haci fue, Sasuke se corrió dentro de ella dejando su semilla en su ahora mujer, cansados y agotados se acostaron intentando regulizar los fuertes latidos del corazón más la cortante respiración.

- Sasuke, te amo. - Confesó como las miles de veces que alguna vez hizo.

- Lo sé. Y por eso, yo también. - Por fin lo dijo, ya no tendría que ocultarlo.

Ambos contentos y felices, por saber que el amor por fin era correspondido entre ambos. Juntos se acomodaron cómodamente, para descansar. Tendrían mucho que hacer en unas cuantas horas.

- No me cansaré de decirlo, Haruno Sakura. Yo, Uchiha Sasuke; te amo. - Ahora él, era quién se confesó. - Por lo tanto, eres mía.

Últimas palabras de tantas, ambos finalmente con una sonrisa plasmada en sus rostros. Cayeron en los brazos de morfeo.

Fin.

Corazones SincerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora