Dragon's Dungeon [Hiatus]

Rutina

A mi edad supongo que debe ser normal, pero cuando veo a mi hermano veo a un hombre increíble, tal vez sea porque no tuve un padre y él reemplaza esa figura, tal vez sea porque soy un ser realmente inferior o tal vez él es realmente increíble, sea cual sea el motivo él es una figura inalcanzable y ser como mi hermano es definitivamente mi sueño, mi objetivo. Cada noche pienso en esto, no hay noche en la que estos pensamientos no asalten mi cabeza y caigo en sueño pensando en el hombre que mas respeto.

La luz da levemente en mi rostro, de alguna manera es una sensación suave y el calor es agradable, sin abrir los ojos se que aún no es hora de levantarse y como de costumbre despierto unos segundos antes de que suene la alarma de mi teléfono, es extraño como si mi cuerpo presintiera el inminente sonido, tal vez sea de lo mas común, pero no deja de asombrarme. La alarma finalmente suena y me obliga a abrir mis ojos y recomenzar mi triste rutina.

-¡El desayuno estará en cinco minutos, Nash!- La voz de mi madre suena desde el piso de abajo.

Se que no debería pensar algo como esto, pero la voz de mamá es tan molesta, supongo que con el paso del tiempo asocié la voz de mamá al tener que levantarme temprano obligatoriamente y, por supuesto jamás diría algo tan cruel como eso a mamá, pero vaya que si es molesta.

-Si, si...- Contesto sin ganas y tratando de encontrar mi uniforme.

Me visto lenta y torpemente sin creer lo aburrida que es mi rutina diaria, al menos hasta la salida del instituto, luego de eso puedo disfrutar tranquilamente de la exploración de los calabozos mas asombrosos de Dragon's Dungeon, el mejor juego que existe.

-Nash apresurate y no pongas esa cara extraña que pones cuando piensas en ese juego, da miedo- Mi hermano me miraba con una ceja en alto asomado desde la puerta-. Vamos, hoy debo estar antes en el trabajo.

-Sí- Esta vez mi respuesta fue firme y de inmediato me apresuré en salir, después de todo no puedo hacer que mi hermano tenga problemas en el trabajo, él nos mantiene.

Bajé rápidamente las escaleras de madera justo en frente de mi habitación, son doce escalones contados debido a las noches en las que bajaba a beber algo mientras jugaba Dragon's Dungeon y tenía que bajar a ciegas para no despertar a mamá, y justo al lado del último escalón la puerta del comedor.

-¡Oh que sorpresa!- Fue lo primero que dijo mamá al verme entrar-. Es muy raro que te hayas levantado tan temprano.

-Sí, Demian dijo que hoy debía llegar temprano al trabajo- La voz de mamá ya no era molesta en lo absoluto, definitivamente es sólo al despertarme.

-Ah hijo siempre tan obediente con tu hermano, estoy segura que si él te lo pidiera dejarías ese juego que te tiene aislado del mundo exterior- Los ojos de mama expresaban preocupación, pero decidí ignorarlo.

-Lo siento mamá, pero se lo mucho que le importa ese juego a Nash, no entiendo la razón, pero es importante de alguna manera y no le pediría tal cosa- Mi hermano como siempre apoyándome con todo, es increíble que hasta en las cosas más insignificantes pueda contar con él.

-Por eso es que siempre lo obedezco, además practico un deporte cada fin de semana tal como prometí y me mantengo en forma, así que no le veo el problema y mis notas se mantienen bien- Muchos dicen que soy un antisocial, pero no me importa son solo idiotas que ni siquiera saben el significado de esa palabra.

-Pero Nash, practicas muchos deportes y todos los entrenadores me han dicho que eres un deportista nato, si tan solo te dedicaras a ser un deportis...

-¡No!, yo no quiero eso, soy feliz tal y como estoy- interrumpí a mamá.

-No grites pedazo de idiota- Demian me dio un golpe en la cabeza, no dolió en absoluto pero fue suficiente para darme cuenta de la situación.

-Nash yo...- Los ojos se mama se comenzaron a reflejar la luz de la habitación debido a las lágrimas acumuladas en sus ojos.