Capítulo 1

53 2 0
                                    

Siempre tuve ese extraño sentimiento de que algo me falta, no es él típico de "donde estará él amor de mi vida", se trata de otro mas intenso y abrumador. De niña a veces sentia cosas extrañas, cambiaba de humor repentinamente, mis padres me llevaron con muchos psicólogos y con él tiempo comencé a olvidarlo, cada vez que lo empezaba asentir pensaba en otra cosa o me ponía a hacer algo, hace tres años que no tengo ese sentimiento, ni los cambios de humor... Pero al momento de que deje de tenerlos, empecé a tener sueños borrosos, episodios extraños todos eran parecidos...

Pero en estos meses los sueños se transformaron rápidamente en pesadillas y estas se volvieron peores, mas triste y hasta tétricas, al punto en que aparecían imagenes de cuerpos sin vida, ellas nunca se fueron, hasta él día de hoy las tengo, pero ya no quiero ir con psicólogos y que me traten como si fuera una esquizofrénica porque se que no lo soy, así que para evitar que mi madre me siguiera llevando, tuve que fingir que ya estaba mejorando y que no estaba teniendo pesadillas.


La única persona que sabe que las sigo teniendo es mi mejor amiga Zorha. Siempre he sentido que puedo confiar en ella y aunque seamos muy diferentes sabemos como tratarnos.

Pero a veces me siento como un fenómeno al lado de ella, Zorha es una chica extrovertida, graciosa, siempre esta sonriendo, rodeada de gente y en sus ojos café claro no hay mas que felicidad, en cambio en los mios hay confusión.

No tengo mas amigos, con esas cosas que me pasaban de pequeña todos los niños se burlaban de mi, siempre me estaban fastidiando, y nadie se juntaba conmigo.

Ella siempre a estado a mi lado, aun después de que unas niñas con que estudiaban conmigo le dijeran sobre mi extraño comportamiento, ella me defendió y las insulto, nunca me dejo. Pero sin duda eso no freno las burlas de los demás.

Y con este cambio de escuela quiero que todo sea diferente, tener otra imagen que no sea la de la niña que hablaba sola en él receso, la que en él jardin de niños se quedaba dormía y se despertaba diciendo cosas extrañas, la que decia que la estaban persiguiendo.

Aveces deseo ser como mi madre, ella a sido fuerte, aun cuando mi padre fallecio en un accidente automovilístico siempre supo como seguir adelante.

Siempre ha sido independiente, aun cuando estaba papá, ella podía hacer todo sola y se abrumaba cuando él no le dejaba hacer las cosas tan simples como cocinar.

Son lindos pero escasos los momentos que recuerdo juntos, ahora mi mente solo esta nublada con las pesadillas y él espantoso presentimiento de peligro, de que alguien va detrás de mi.

Justo ahora estoy en esos momentos en donde debo tratar de dejar de pensar en eso, mañana es mi primer día de clases y debo estar concentrada en mis estudios, así que me pongo terminar de buscar la chaqueta del uniforme ya que es lo último que me falta para tener todo listo y hací evitar contratiempos.

Me levanto de la cama y me dirigo al armario para seguir buscándola, estoy cien por ciento segura de que la metí aqui, lastimosamente en esta institución hay que utilizar uniforme escolar, lo peor del caso es que son altamente estrictos con las reglas y si no la llevo me ganaré un castigo, y no quiero tener problemas, mucho menos en él primer día, después de buscar por décima vez caí en cuenta de que definitivamente no está allí.

— ¡Mamá! — grite mientras salgo de mi habitación y me dirijo a las escaleras.

— ¿Si, cariño? — me respondió, cuando baje la encontré haciendo galletas en la cocina, pase por la sala principal y al llegar tome unas de las que ya estaban listas que se encontraban en bol transparentes, están deliciosas.

Cuado El Odio Lo Supera TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora