Capitolo #8

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Era 23 de noviembre... Hacía un poco de frío, es lo poco que recuerdo. Sólo tengo extractos de como cruzaba la puerta de mi casa hacia el frente, parece que iba detrás de algo y un Perro enorme salto de una de las casas, sólo grite y trate de protegerme pero de repente escuche un quejido del perro. Levante la mirada dejando caer mis brazos y mire la valentía de un niño de siete años montado en un rottweiler sujetándolo de las orejas y gritándole << Suelta A La Niña perro Estúpido>> Yo estaba parada con lágrimas en los ojos, pese que el perro estaba atado con una soga, era muy fuerte y aquel niño que desconocía por completo, mirándome a regaña dientes, me pedía que me fuera.
Estaba girando y mi mamá salió y me sostuvo en sus brazos, voltee mi cabeza como exorcista (Sonreí) y un señor muy parecido al niño lo cargaba y mi padre tomaba al perro.
Aquel niño era Chris, después de ese día ya nada fue igual...


— __________ mi niña después lo de ayer no puedo dejarte sola en la calle con tus primitas. Ese perro puede estar encerrado, pero no me fío hija. No se que hubiera pasado si el pequeño chris no hubiera estado ahí
— ¿se llama cis?
— christopher hija, se llama así
— no lo he visto
— ayer su familia se trasladaron aquí, serán nuestros vecinos

Me puse feliz, mi héroe viviría cerca de mí. Chris había desplazado el trono de mi padre que era mejor que súper man. Christopher era el triple mejor que ese héroe ficticio. Iba con mamá al nido, y en el camino la señora Yenny la madre de mi héroe lo llevaba a la escuela y como parecía que iban muy tarde de acuerdo a mis horarios de infante con un niño de primaria, mi madre los detuvo.

— buenos días señora yenny, se le ve muy apresurada
— es tarde señora Fernanda, he tenido unos imprevistos y mi hijo llegará tarde a la escuela
— no se preocupe, yo los llevo. Los dejo y luego llevo a mi hija
— muchas gracias

En todo ese tiempo yo permanecí detrás de las piernas de mi mamá, mirando de reojo a mi pequeño héroe que tenía una mirada seria, los labios pequeños como si ocultara una molestia.
Mi madre cumplió, los dejo en su escuela mientras yo miraba por la ventana como él desaparecía entre los demás niños. Al día siguiente, fue casi lo mismo, yo estaba lista para ir a estudiar pero no era hora. Mi papá iba al trabajo y se ofreció a llevarlos, yo los espiaba desde mi pequeño jardín tratando de jugar con unas muñecas y en cuestion de segundos mi pequeño héroe me hizo un gesto de saludo, yo le esquive la mirada y al alzarla él tenía una media sonrisa algo llamativa mientras subía al auto de mi papá.

Así pasaron unos días, Christopher era bien recibido por mis padres y descubrí que él era de ese barrio desde siempre, la nueva era yo. Cuando tenía cuatro años yo me cambiaba en la cuadra y él ya se había ido a vivir a otro lado por cuestiones que no conocia en ese entonces. Ahora él había regresado a nuestra querida ciudad. Los fin de semana yo estaba con mis tres primas en mi jardín de un metro cuadrado y cris venia pateando con más niños una pelota algo vieja, toda la cuadra. Yo los miraba impresionada cuando un pelotazo rompe mis juguetes de cocina, mis primas iban a llorar, era más grandes que yo, y yo miraba mi tetera rosa tirada, la iba a recoger cuando una pequeña mano pero más grande que la mía me la sostiene y yo miro al dueño de esa mano y era chris...

— ¡Bicho Apurate Con La Pelota!

Uno de esos niños lo llamaban así, él cogió y su pelota y nos dijo:

— perdón, pero no lloren. No se rompió nada, para que no sigan tristes les regalo estos globos

A cada una nos dio globos, a mí me toco un rojo, aunque parezca poco creíble, conservo ese globo. Él se fue con su pelota y yo con una sonrisa tonta.

Secrets Of Friends +Christopher Velez y Tu+Where stories live. Discover now