Capítulo 1

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Los personajes (Oh Sangwoo, Yoon Bum y Seung Bae) tienen diferentes vidas pero más o menos con la misma personalidad.
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Y o o n B u m
Lamentablemente mi familia son los Yoon, una de las más adineradas y con "alta reputación"; desde niño tiendo a estar mayormente en casa por seguridad. Verán, un día a mi padre lo amenazaron unos tipos con matarnos si no le daban el 80% de toda la fortuna que teníamos (esto era ya casi común), obviamente no le tomamos importancia ya que nunca lo cumplían y a veces simplemente era una broma. Pero, no pasó mucho tiempo y los mismos que lo amenazaron iniciaron un tiroteo en mi casa, matándolo así con 10 balazos por todo el pecho. Desde ahí siempre mi madre tiende a contratar un guardia para cuidarme todo el día, yo no sabía defenderme o al menos no aprendí a hacerlo; fueron bastantes los que ya han sido despedidos porque la situación cada vez empeoraba más y estos no podían afrontar tanta presión.
Ya pasando todo lo trágico, hoy en día solo tengo un guardia para aparentar que seguimos teniendo lujos, una de las malas costumbres de mi madre. Pero lo bueno de todo esto, al menos para mí, es que hoy es mi cumpleaños número 18, supongo que esta vez ya no habrá algún guardia.
- Joven Bum, levántese- oí decir a uno de los mayordomos- Su madre lo espera en la sala, junto con su hermana, quieren hablar con usted. (No me pregunten "porque", ambos sabemos que nuestro Bum sufrió mucho ;-; así que por eso le puse familia c:)
- Ehm... ya voy- contesté somnoliento, para luego seguir durmiendo.
- Joven Bum, su madre se va a enfadar si no baja ahora- levantó la voz.
Me malhumoré un poco (no tanto para gritarlo), me senté sobre mi cama, restregué mis ojos y fui rumbo al baño. El mayordomo salió de mi cuarto.
Ya pasado un tiempo salí de mi habitación bañado y cambiado. La casa era demasiado grande, y eso que solamente vivimos como tres personas, bueno, tal vez seis con toda la servidumbre; abrí la puerta de la sala notando a mi madre sentada y a mi hermana mirando por la ventana, ella volteó y al instante sonrió al verme.
- Buenos días Bum- me saludó a la vez que se sentaba en uno de los sillones de cuero blanco.
Solo le sonreí un poco sin mostrar mis dientes.
-Madre, buenos días- saludé a mi mamá y ella hizo lo mismo.
- Bum, siéntate- ordenó ella, obedecí- Hoy es tu cumpleaños y por lo tan...-
- ¡Feliz cumpleaños hermanito!- interrumpió mi hermana con una gran sonrisa, saltando del sillón.
- ¡Suuyi! ¡Ya compórtate como una adulta!- la requintó mi madre.
Reí por lo bajo.
- ¿Y a ti que te causa tanta gracia señorito?- ahora era contra mi.
Desvíe la mirada algo disgustado.
-Nada- contesté despacio y con cautela.
-Bien, ahora que ya puedo continuar te voy avisar que la seguridad que tendrás ahora será mucho más profesional- creí que todo eso iba a cambiar cuando por fin sería un adulto, quiero ser independiente por una vez en toda mi corta y miserable vida.
- Pero...- traté de contradecirla, me sentía muy impotente
- SIN NINGÚN PERO BUM- levantó la voz, se dio media vuelta dándome la espalda, suspiró y segundos después elevó su mano para tocarse el mentón con el dedo índice y pulgar ¿Qué tramará ahora?- De hecho, contrataré a uno de los mejores en la policía. ¡Eso es! Uno de los mejores oficiales.
Esto ya no puede ser posible, miré a Suuyi para ver su reacción.
- Espero que sea uno muy astuto- agregó ella echada en el sillón más largo de la sala.
- ¡Siéntate bien!- volvió a requintarle mi madre.
Suuyi solo respiró profundamente totalmente aburrida y se sentó "correctamente" ya que en realidad está como si estuviera desparramada, el cuello bastante pegado al sillón con la mitad de su espalda apoyada.
Mi madre al verla levantó el mentón y una ceja en señal de desaprobación, esa típica mirada de las madres que tan solo verla sabías que está hablando en serio; rápidamente Suuyi se sentó como toda una dama pero algo nerviosa.
Mi progenitora dejó de mirarla así, se dirigió hacia la puerta pero se detuvo antes de salir.
- Ah cierto, por poco lo olvido. Suuyi, tú también tendrás un guardia y el tuyo Bum vendrá hoy mismo dentro de una hora.- salió sin decir más.
Suuyi sacó la lengua a la puerta luego de que se vaya mi madre.
- No la provoques- dije mirando hacia la ventana.
Ella solo se rió.
- ¡Oh vamos! Ella no me hará nada, jamás lo hizo- se burló- Aunque es estúpido que a mi también me haya dado un guardia- dijo esto último muy disgustada y con el ceño fruncido.
- Tal vez... quisiera ser libre, poder salir de esta casa solo.- seguía mirando la ventana.
-Ehm... ¡Tal vez sea apuesto!- trató de animarme, como siempre.
- ¿Eh?- volteé a verla.
Ella sonrió pícaramente, al entender lo que quería decirme con ese gesto abrí los ojos sorprendido. Ella al ver mi expresión se comenzó a reír fuertemente.
-¡Tranquilo hermanito!- siguió riéndose- Por ahora no quiero ningún cuñado.
- No lo digas tan alto Suuyi- dije inmediatamente muy alarmado.
- Ups, perdón- susurró encogiéndose de hombros.
Solo ella sabía que yo era gay, jamás le dije a mi madre sobre esto y ni quiero. Desde muy pequeño noté que ella mostraba homofobia, ya sea en las películas o cualquier cosa que incluya mostrar gays, mi hermana en cambio, lo tomó con bastante naturalidad, es más, hasta se emocionó, tanto, que daba saltos por toda la casa mientras se reía alocadamente.
... Aunque aún recuerdo la vez en que mi madre me abofeteó cuando iba a decirle que me gustaban los hombres; tenía 16 años para ese entonces.
¥ Flashback ¥
Toqué la puerta de su habitación, mientras trataba de relajarme.
- Pasa- oí a mi madre desde el otro lado de la puerta.
La abrí y entré cerrándola. Estaba sentada en un sillón cerca de la chimenea de su cuarto.
- ¿Sucede algo Bum?- preguntó apartando la vista del libro que leía.
-No exactamente- me sobé la nuca mirando al suelo.
- Haces ese gesto cuando estás nervioso, dime, ¿Algo ocurrió? ¿Fue tu hermana?- frunció el ceño al mencionarla.
Me enderecé y comencé a jugar con las mangas de mi suéter.
- No, no, de hecho... te quería preguntar algo.
Ella se quedó mirándome.
- Madre, tu... ¿que piensas sobre los homosexuales?- me sentía bastante nervioso, más si miraba a mi madre que me observaba fijamente y su rostro poco a poco se tornaba rojo probablemente por la furia.
- Ósea, m-me refiero a ¿Que pensarías s-si yo... fuera gay?- terminé de decir inseguro.
Fue en ese momento en el que no sé cómo mi madre pudo llegar tan rápido hacia mí sin que me diera cuenta de eso, fue ahí cuando mis esperanzas de que ella me aceptaría tal y como era se esfumaron por completo.
El sonido que provocó su mano estrellándose bruscamente contra mi cachete inundó toda la habitación, ella me miraba de una manera temible, una mirada que nunca antes había visto y a causa de eso comencé a temblar.
- Nunca en tu vida me vuelvas a mencionar eso, ¿oíste?, NUNCA- dijo totalmente seria y fria.
Cada una de sus palabras eran como cuchillos que me atravesaban.
Agaché la cabeza mientras mis ojos se humedecían y mis manos subían para tapar mi rostro.
Desde ese día se me quedó bien en claro que tenía que ocultar cualquier señal que le mostrara a mi madre que me gustaban los hombres
¥ Fin del Flashback ¥
- ...um, Yoon..., ¡Yoon Bum!- oí a mi hermana tratando de sacarme del trance en que me había quedado.
- ¿Qué?- la miré confundido.
- Ay, al fin reaccionas, creí que te habías muerto con los ojos abiertos- dijo suspirando con una de sus manos sobre su pecho fingiendo que trataba de relajarse.
- Ahm... no- contesté, luego, la rodeé para salir.
Seguí caminado por el pasillo rumbo a mi cuarto pero algo me detuvo.
- ¡Te quiero!- gritó mi hermana antes de que suba las escaleras, dejándome con un pie en un escalón y una mano en la baranda
- ¡Yo no!- grité bromeando a mi hermana.
- Awwww, ¡yo también y mucho!
Solo me reí, seguí subiendo hasta llegar a mi cuarto y cerré detrás de mí la puerta.
S e u n g B a e
Este soy yo, uno de los mejores oficiales de toda la ciudad y por eso he ganado muchas medallas de honor y valentía... Aunque describiéndome mejor soy simplemente un joven con un gran empleo y un futuro por delante, lo típico.
Me encontraba en mi hora de descanso en el trabajo, tratando de relajarme por todo el ajetreo de hoy (un robo al banco, una persecución y un tiroteo) estaba totalmente agotado así que traté de dormir, hasta que alguien interrumpió la tranquilidad que tenía.
-SeungBae, el jefe te llama- me avisó uno de mis compañeros de trabajo.
- ¿Para que?- respondí tomando un sorbo de mi café para poder despertarme.
- No lo sé, a lo mejor quiere saber cuanta astucia tienes- se burló. Yo por mi parte lo miré con una cara de "¿Es en serio?" Por lo que mi compañero desvió la mirada; pasaron los segundos y un silencio incómodo se formó.
- Solo ve, a lo mejor querrá algo- volvió a hablar pero esta vez con nerviosismo.
No le respondí, suspiré, me levanté de mi asiento y me dirigí hacia La Oficina de mi superior. Al llegar, antes de que entre me asomé por la puerta y vi al maldito viendo una revista porno.
- ¿Me llamabas?- pregunté interrumpiendo su "momento de total concentración laboral".
Mi jefe, si es que se le puede llamar así, se alarmó y votó la revista por la ventana. Se quedó mirando su carpeta ya que estaba sentado en su escritorio.
- No viste nada, ¿verdad?- concentró más su vista haciendo que sus ojos se agrandaran.
- Si me aumentas el sueldo, no- condije sonriendo malévolamente.
Él automáticamente levantó la vista y puso ambos brazos encima de la mesa.
- Hecho- aceptó mientras llamaba a su secretaria- Yiun prepara un informe en donde se lleva a cabo el aumento de sueldo de SeungBae... Si... Ajá... Okey- colgó- ¿Satisfecho?- se dirigió a mi.
- Si es el doble de la vez que te encontré masturbándote, si- volví a condicionar mientras miraba el lugar distraídamente. Mi jefe se me quedó viendo y volvió a marcar a su secretaria.
- Yiun que sea el doble de la última vez... Bien- colgó- ¿Ahora si?- volvió a preguntar con disgusto y una ceja levantada.
Asentí triunfante y me senté en una de las sillas.
- ¿Para que me querías?- interrogué de una vez para que el ambiente se vuelva más profesional y no la mierda que es ahora.
- Bien Seung Bae...
Y así fue como me explicó de manera calmada lo que iba hacer a partir de ahora. Resumiéndolo todo y eliminando las cosas inútiles que me dijo mi jefe, al parecer iba a cuidar al hijo menor de los Yoon; esto para nada me agradó ya que yo estaba preparado para ser un gran oficial y no el cuidador de un niñato.
- No lo haré- dije ya casi para finalizar.
- SeungBae por favor, ganarás más dinero...
- ¡Y que si me despiden! ¿Eh? ¿No pensaste en eso?- lo interrumpí.
- ¡Sencillo! Te devolveré tu cargo, podrás volver cuando quieras... bueno, cuando te despiden o puedas salir de ahí.- miró a un lado.
- ¿A que te refieres?- pregunté con cautela notando su comportamiento.
- Pues... uno de las condiciones es que tendrás que estar al lado del hijo de la señora Yoon las 24 horas del día- al oír eso me irrité bastante.
- Okey, creo que ya haz enloquecido de tantas pajas.
- Seung Bae esto es serio, es más, hasta me dieron muchísimo dinero para que pueda acceder a darte el permiso para que te contraten- Es suficiente
- ¿Te das cuenta de lo que dices? ¡Me acabas de vender a ellos!- apreté mis puños por lo enojado que estaba.
- No lo tomes de esa manera... Escucha, es una buena oportunidad para ti, eres un buen muchacho y quiero que tengas algo mejor, es por eso que accedí para que te contrataran. Además nos va a traer más privilegios y mejorará mucho más nuestra imagen.
- Pero no la mía- me crucé de brazos y miré a un lado.
- No seas pesimista, toma esto como una nueva oportunidad de trabajo- bufé ya cansado de oírlo.
- ¿Si accedo dejaras de motivarme falsamente?- dije finalmente.
- ¡Por supuesto! Esa es la actitud SeungBae.- concluyó con una gran sonrisa, maldito ambicioso.
- Si, y tiene toda la razón, no hay que ser pesimistas. ¿Y sabe que es lo bueno de todo esto?- dije con sarcasmo, cosa que probablemente mi jefe no lo había notado.
- No, ¿qué?- preguntó confundido.
Me di media vuelta listo para ya irme.
- Que ya no lo veré haciendo perversiones en su oficina- caminé rumbo a la puerta, pero antes volteé a verlo- Debí de haberlo grabado y vendido ¿no crees?- sonreí burlonamente.
Mi jefe solo gruñó del enojo pero luego sorpresivamente se calmó.
- Maldito inútil, tienes suerte de que hoy me encuentro de buen humor. Como sea, mañana empiezas a trabajar ahí, tómate todo el día de descanso.
Solo sonreí honestamente como agradeciéndole por todo lo que había hecho por mi hasta ahora, aunque jamás se lo diga, este tipo desagradable fue como un padre para mí.
Salí de La Oficina y empecé a despedirme de todos.
La verdad, no es tan mal después de todo, voy a ganar muy bien y estaré más tranquilo en ese empleo a comparación del que tengo, bueno tenía.
(...)
Me quedé totalmente sorprendido al ver la limosina negra y grande que vino a recogerme.
- Usted debe ser el señor SeungBae- me habló un tipo uniformado que bajó del asiento del chofer.
Esto tiene que ser una broma.
- Ajam- dije apenas por la impresión.
- Que bien, la Señora Yoon y sus hijos lo están esperando en la mansión- ¿acaba de decir mansión?
- Si, claro- volví a decir apenas ya que tanto lujo era impresionante para mí.
No es que yo no tenga nada ya que tengo lo suficiente para sobrevivir. Pero a comparación de ellos, mi casa, auto y propiedades se quedan cortos.
Al instante el tipo fue a abrirme la puerta, entré al coche, cerró la puerta y arrancó rumbo a la gran mansión de Los Yoon.
El camino fue algo largo, habrá sido una hora o dos. El chofer me conversaba acerca de los hijos de la señora Yoon, de sus costumbres y toda la riqueza que tenían... Bueno, supongo, porque la verdad es que no lo escuché muy bien y preferí escuchar música con mis audífonos.
- Ya lo verá, son encantadores. Sobre todo el joven Bum, es un muchacho muy tranquilo, de seguro no le traerá problemas- siguió comentando el chofer.
Retiré uno de los audífonos de mi oído, quería oír más acerca de "Bum" porque era raro que contrataran a alguien para que cuide a un muchacho muy tranquilo.
Me moví sobre el asiento para acomodarme mejor ya que vi una casa enorme, con unos jardines preciosos e inmensos, de hecho, ni siquiera podía llegar a ver más allá de lo que hay ya que todo está rodeado por un muro blanco con adornos dorados que le daban un aspecto elegante; en la entrada hay una reja grande completamente dorada, es más, hasta parece que está hecha de oro. Era fantástico.
- ¿Es aquí?- pregunté aún sombrado.
- Así es- respondió el chofer a la vez que se estacionaba frente a la reja.
Bajó la ventana y apretó un botón que se encontraba en la pared, ya saben, esos comunicadores que hay en las entradas de los ricos. Luego, avisó que había llegado, la reja se abrió, entramos con el auto y pude observar todo el lugar por completo... Quedé totalmente fascinado, debo admitirlo, los jardines eran amplios, con todo tipo de plantas y árboles, también habían fuentes y estatuas.
Aunque hubo algo que más llamó mi atención y no era ninguna de esas cosas materiales; sentado debajo de un árbol se hallaba un chico leyendo un libro, era delgado y pequeño. Lo observé detenidamente a través de la ventana, hasta que este levantó su vista de lo que leía y chocamos miradas, nos quedamos mirando hasta que el auto se alejara de ahí y lo pierda de vista; me dio una sensación rara, como una corriente por todo el cuerpo, su mirada y esos ojos se quedaron impresos en mi mente.
- Ya llegamos- dijo el chofer mientras abría la puerta del auto, sacándome de mis pensamientos.- Sígame -volvió a decir y eso hice.
El portero abrió la puerta, dijo "pase", obedeciendo lo dejé atrás con el chofer, otro tipo se acercó a mí y me llevó hacia una habitación, al parecer era la sala principal y como toda la casa, era muy lujosa. Sillones de cuero blanco, piso de porcelanato fino, paredes decoradas con cuadros aparentemente caros y adornos de porcelana sobre muebles de melamine. Ahí, se encontraba una mujer con un porte elegante, una chica alta de piel blanca con un pelo negro bastante largo y finalmente, detrás de las dos mencionadas, vi al mismo chico que vi en el jardín ¿Cómo es que llegó tan rápido aquí?
Al ver a los tres sentados en esos sillones supuse que eran la Señora Yoon y sus hijos... entonces quiere decir que el chico es Bum.
- Buenos días señora- saludé con respeto a la mujer. Ella solo sonrió y estiró su mano en dirección a un sillón vacío, entendiéndola me senté donde me indicó.
- Bienvenido SeungBae, me presento, soy la señora Junsun de Yoon- habló cultamente.
- Mucho gusto Señora Yoon- le sonreí.
- Oh, no me llame así, me hace sentir vieja- se rió moderadamente. ¿Y entonces como rayos quiere que la llame?
- De hecho ya estás vieja- oí susurrar a la chica.
La mujer al darse cuenta la miró con los ojos muy abiertos, se podría decir que la estaba "fulminando con la mirada" a lo que su hija se rió por lo bajo apartando la vista.
Miré a Bum y este solo miraba a la ventana... ¿Con un leve rubor?, fruncí el ceño confundido pero luego volví a poner mi atención a la mujer.
- Bien, señor SeungBae supongo que ya sabe para que está aquí, ¿verdad?- ¿me acaba de decir "señor"?
- Bueno, me informaron que ahora cuidaré a su hijo- pude sentir como Bum me miraba.
- ¡Así es! Usted será a partir de ahora su nuevo guardia y como ya de seguro le habrán dicho, estará con él las 24 horas del día- ¿Porque siempre me tienen que recalcar eso?
- Como usted diga Señora Yoon- accedí. La mujer hizo una cara de disgusto pero luego sonrió falsamente.
- Mejor dígame Señora Junsun- dijo al borde de aniquilarme.
- Está bien señora...- me miró fijamente -... Junsun- terminé de decir y al instante esta sonrió triunfante.
- Bien, entonces bienvenido a la mansión y a la familia de los Yoon- ¿Qué? ¿Ahora iba a ser parte de ellos? - Su habitación se encuentra al lado del cuarto de Bum, cualquier cosa que necesite avísele a la servidumbre y espero que se sienta cómodo. Discúlpeme pero ya me tengo que retirar, tengo asuntos que atender- concluyó enderezándose. Salió de la habitación apresurada, dejándonos solo a los tres.
- ¡HOLA!- me sobresalté ya que me había tomado por sorpresa -Mi nombre es Suuyi y el es mi hermanito Bum... Ups, ¿te asusté?- dijo todo casi a la velocidad de La Luz, ni tiempo me dejó para responder.
- N-no me llames así- oí decir a Bum, no sé qué rayos me pasó en ese momento pero mi mirada automáticamente se posó en él, se encontraba con la cabeza gacha.
- Hola, soy SeungBae- contesté sonriente, el pequeño levantó lentamente su rostro pero ni bien mirarme a los ojos apartó la vista hacia un lado con el mismo rubor que lo había visto antes. Volví a sonreír como un idiota al notar eso.
- Hola... Yo soy Bum- agregó tan despacio que por suerte logré oírlo.
Sentí una mirada muy intensa hacia mi, volteé para ver quién era y me encontré con la mirada fija de Suuyi mientras se mordía el labio inferior "coquetamente". Aparenté ignorarla y volví a mirar a Bum.
- Bien, entonces... ¿A donde quieres ir?- le pregunté para salir de este lugar, la mirada de esa tipa me incomoda bastante.
- Ahm... al jardín- respondió esta vez un poco más alto.
- Está bien- accedí. Bum se dirigió a la puerta y yo lo seguí sin antes decirle un "hasta luego" a Suuyi que seguía mirándome intensamente. Que chica tan rara.
(...)
- ¿Quieres que me sienta a tu lado?- pregunté a un Bum muy nervioso.
- Si quieres- respondió subiendo más su libro tapando su rostro.
- Okey- me senté con toda la normalidad en el césped.
Pasaron los segundos y yo solo miraba el cielo despejado. Me aburrí de hacerlo y esta vez miré a Bum, que seguía leyendo atentamente ese libro.
- Te gusta leer, ¿Verdad?- él levantó la vista al oírme.
- Ahm... si- me sonrió. En ese momento, me quedé viéndolo, de hecho, ambos nos quedamos mirando. Podía apreciar sus ojos grandes y negros como la oscuridad total. Eran bellos, podría quedarme observándolos por horas totalmente hipnotizado por su mirada. Espera... ¿Qué?
- Ehm...- rompí el silencio (y el momento lamentablemente).
Ambos de inmediato miramos a lados distintos, él a su libro y yo a cualquier estatua cerca. El silencio que se había formado era demasiado incómodo. ¿Que rayos esta sucediendo conmigo?
Y o o n B u m
Desde que lo he visto me ha atraído, la mirada que posee me hipnotiza pero a la vez intimida y no aguanto mantener la mirada. De todos los guardias que he tenido, él me ha atraído más... y lo mejor de todo es que lo tendré conmigo todo el tiempo, cumplirá todos mis deseos (y algunos cuantos fetiches que tengo) pero no es nada malo, al menos no para mí. Es mío ahora, solo mío, de nadie más. Ahora lo poseo, no permitiré que se valla... jamás.
- Me contaron que hoy es tu cumpleaños- volvió a hablar.
- A-así es- respondí aparentando nerviosismo.
Siempre hago esto, es "mi perfecto plan" y todos caen en el: Tiendo a mostrar que soy demasiado inocente, débil y tímido, en cierta parte lo soy, pero no tanto como aparento. Todo esto lo hago hasta cierto punto en que logro conseguir lo que quiero.
Y eso tampoco lo veo mal, es todo normal. La gente lo hace ¿no? Y si ellos lo hacen también, ¿entonces porque yo no?.
- ¿Que quieres hacer por tu cumpleaños? Supongo que tienes planes para hoy- Me encanta cuando lo oigo hablar, me fascina el hecho de pensar en cómo gemiría.
- No lo sé, la verdad es que no hago nada especial para estos días- miré algo triste a otro lado. Sentí intensamente su mirada en mi, eso me agradó demasiado, es algo excitante.
- ¿Y que tal si vamos al cine?- Es bastante gratificante lo que intenta, me gusta mucho.
En realidad se puede ver cualquier programa, película o serie en mi televisor a través de Netflix.
Levanté la mirada y lo miré inocentemente
- ¿El cine?... sería maravilloso ir- le sonreí como un niño pequeño.
Pude notar como se quedó mirándome embobado con los ojos abiertos.
- Eh, genial. Entonces h-hay que ir ¿no crees?- je, está nervioso.
- Vayamos entonces- ordené mientras me levantaba del césped.
(...)
Llegamos al centro comercial más inmenso que tenía la ciudad, era tan grande que hasta ahí incluían un cine completo.
Una vez estacionados, el chofer abrió la puerta dando pase primero a SeungBae para revisar el área, luego de unos segundos me miró diciendo un "ya puedes salir", así que obedecí.
Me dio la mano y al momento de sentir el contacto de mi mano con la suya, una corriente me recorrió por todo el cuerpo causándome un pequeño escalofrío. En ese momento aparte de que mi corazón se acelerara locamente, me dieron inmensas ganas de tocar más de SeungBae, poder acariciar su pecho metiendo mi mano dentro de su polo; jugar con su pelo entre mis dedos, mientras mis labios se juntan con los suyos moviéndose lentamente; tocar, acariciar y lamer su miembro mientras él gima diciendo mi nombre muchas veces; sentir su piel rozando con la mía varias veces; y finalmente... poder sentir como me penetra lentamente con su miembro sobre mi cama.
- Vayamos a comprar las entradas- me sacó de mis pensamientos.
- Está bien- agaché la cabeza mirando al suelo ya que seguía agarrando su mano. Debo admitir que se siente muy bien.
- Si quieres podemos andar así, este lugar es muy grande así que... no hay ningún problema, además sería peligroso si te perdieras- me sonrió de lado, observando mis labios. Se veía muy sexy.
No pude evitar que sintiera ardor es mis mejillas, así que dejé que me guiara. Por mi, dejaría que me llevara a cualquier lugar que quisiese, sin importar qué tan lejos me lleve o a donde. Me hace sentir seguro estar a su lado y siento una calidez al notar que está cerca.
S e u n g B a e
(...)
Llevo media hora buscando a Bum y a pesar de ese tiempo ¡no lo puedo encontrar!, ha desaparecido desde que he comprado las entradas. Me descuidé solo por unos segundos y ¡Puf! ¡Ya no estaba! ¿Como rayos fue que pudo escapar sin que haya podido darme cuenta?.
En este momento me encuentro bastante alterado por el hecho de no poder encontrarlo y agitado por tanto correr y buscar por todas las tiendas demasiadas veces. ¿Dónde podría estar?.
- ¡Bum!- grité ya casi rendido en la pileta que había en El Centro de todo -Oh, mierda- susurré agarrándome la cabeza con ambas manos.
Fue tanta mi desesperación que a cada persona que pasaba por mi lado preguntaba por Bum, describiendo como es. Pero nadie lo había visto... nadie. ¿Que iba a hacer ahora?

¿La astucia o la psicopatía? - [KIlling Stalking] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora