Capítulo 1

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Había dos cosas que Adella Howard no toleraba: lo primero era las mentiras de la prensa y lo segundo era no tener lo que quería. Y en este momento lo que quería era ser la nueva imagen publicitaria de los MTV Award como le había prometido su Manager, pero esto no iba a poder ser porque los patrocinadores de MTV no creían que ella fuera la indicada. Ellos querían a la chica problema del momento y esa no era Adella.

Así que si le preguntabas a ella como se sentía en ese momento, pues bien, te mandaría a la Patagonia.

Adella odiaba no ser la número uno, pero aceptaba que como todas las cantantes del momento, tenía que poder diferenciarse de las demás y ser la mejor en ello. Tal vez no era la más polémica, pero podía ser la que mejor cantara, o las que mejor bailara o la de los mejores videos o la de los mejores conciertos, etc., y Adella era la mejor en sus conciertos.

Sabía cantar en vivo como solo los mejores podían poniéndole personalidad tanto a sus movimientos como a sus canciones. También era buena actuando, también era buena modelando, pero lo que la hacía sobresalir era su voz. Podía cantar Tanto música rock, pop o baladas y seguiría haciéndolo genial. Eso despertaba la envidia de la demás, como también la atención pública. Las productoras querían tenerla, los productores de películas también, y ni hablar de los chicos más guapos del país.

Ahora Adella se repetía esto para calmar su insoportable letanía sobre no ser la indicada. Y lo estaba logrando muy bien hasta que Boris, su asistente personal, se apareció para preguntarle si cancelaba su salida con Jett, su hermoso novio.

— Boris, si quisiera cancelar mi cita con Jett, ya lo habría hecho hace mucho tiempo.

Adella estaba exasperada.

— Pensé que querrías estar sola por como salieron las cosas con los asesores de MTV. – Boris murmuro cabizbajo sin intimidarse sentándose al final de la cama para masajearle los pies de Adella.

— Ya no importa... hmmm... allí es fantástico, Boris... haces unos masajes geniales...

Boris sonrió, la conocía muy bien como para saber que los masajes en los pies la relajaban y doblegaban por más mal humor que tuviera. Este era uno de los porque Adella no podía ir a ningún lugar lejos de casa sin él. Aunque eso sería exagerar porque ella era una chica independiente y ordenada tanto en casa como en el trabajo. Todo tenía que ir según la agenda o podrías perder el rumbo y colapsar.

— Samantha llamó hace unos minutos – murmuró Boris.

— ¿Y qué dijo? – pregunto Adella abriendo los ojos para concentrase en las expresiones de su asistente, el cual llevaba una camiseta turquesa pegada al cuerpo con un estampado que decía "Soy fácil, cariño".

Adella le daba crédito a la camiseta, aunque se viera muy gay en Boris, la frasecita era candente.

— Que podemos regresar a casa, El vuelo sale mañana muy temprano.

— Son buenas noticias.

— Lo son. Quiero ver como esta mi novio – decía Boris con una sonrisa soñadora.

— Me debe odiar por hacerte pasar mucho tiempo conmigo – murmuró Adella de manera distraída sabiendo que tenía razón, aunque Boris lo negara para no hacerla sentir mal. Aunque tampoco es que le importara no caerle bien al chico del momento de Boris. Su asistente era muy lindo como para conseguir un nuevo chico fácilmente.

— No creo que sea así. Además, esto es lo que me gusta hacer, si no respetara mi trabajo simplemente lo dejaría por alguien que si lo haga.

SIN COMPROMISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora