Fantasmas atrapados

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No hay dónde esconderse,
no hay refugio.
Cuando la tormenta caiga estaré a la deriva,
sola y a la deriva.
Los demás son solo figuras borrosas,
son fantasmas atrapados perdidos en el tiempo;
no existe armadura contra ellos,
solo debo dejarlos ir,
alejar sus manos de los cerrojos de mi prisión.
Dejaré que el viento se los lleve,
y oiré el eco de sus gritos hasta el final,
pero sus lamentos ya no me atravesarán.

Es mi momento de liberación;
hay que soltar el peso muerto,
convertirse en un alma ligera para volar más alto.
No voy a dejar que su oscuridad siga inundando mi cuerpo;
estos pequeños fantasmas ya no me detendrán.

Escritos de una noche sin lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora