El gran día John. Parte 2

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Despertaste confundido y con dolor de cabeza, no sabías cuanto tiempo habías dormido en el sillón de tu sala y no entendías el por qué te quedaste dormido, si, no tuviste la mejor noche de descanso pero no era para que te quedaras dormido, ¿Acaso tu padre había?... ¡NO! El no sería capaz de hacer tal cosa ¿Verdad?.

Te sentiste estúpido al pensar eso ¡Claro que era capaz de hacer eso!

Después de todo era otro estúpido monstruo

Tomaste tu martillo de nuevo, aferrándote casi a él, tenías miedo el saber lo que era capaz de hacer tu padre con tal de que te unieras a ellos.

Entraste a la cocina donde suponías que había dejado tu padre el correo y acertaste, ahí estaban las cajas, tan cerca y a la vez tan lejos, entraste lentamente con tal de no hacer ruido, una de las cajas estaba tan cerca podías rozarlas con tus dedos...

Pero cuando más cerca estuviste la nada apareció tu padre de¿Cómo carajos hacia eso?

Te pusiste en guardia y el también.

Otra pelea.

Estabas harto de tantas peleas, no había ningún día que te salvaras de ello.

No mediste tu fuerza con el martillo, perdiste el control de ti mismo como pocas veces lo hacías.

Y cuando te diste cuenta tu padre estaba en el piso con un gentil charco de sangre rodeándole la cabeza.

Eso te asusto, retrocediste algunos pasos, el miedo era lo más latente en ti pero al mismo tiempo sentiste algo de ¿Satisfacción? No, sentirte bien por qué lastimaste a tu padre no era bueno era... ¡Inhumano!

Te acercaste para ver si estaba vivo, afortunadamente viste su pecho subir y bajar, suspiraste de alivio.

En tu cabeza pasaban miles de ideas de cómo sacar a tu padre de ahí pero cuando menos lo veías venir escuchaste un gruñido venir de él, se estaba levantando y parecía muy enfadado, eso te asusto aún más

Tomaste las cajas rápidamente y saliste corriendo a tu habitación, antes de que tu padre se levantara.

Al llegar azotaste la puerta, dejaste las cajas en tu cama y empezaste entrar en pánico cuando escuchaste los fuertes pasos de tu padre por las escaleras, sabias que algo malo se aproximaba.

Usaste una de tus cómodas donde guardabas tu ropa para bloquear la puerta y no entrara, sabias que eso no funcionaria, una cómoda no serviría para parar la fuerza de un monstruo.

Escuchaste sus pasos detrás de tu puerta, te escondiste inútilmente bajo tu cama temblando de miedo.

Esperarte el sonido de tu puerta azotándose...pero eso no pasó.

Aun así escuchabas el sonido de las pisadas de tu padre por varios minutos...Hasta que  un fuerte rugido vino de él, eso te erizo la piel, cerraste los ojos con fuerza esperando lo peor pero solo escuchaste como se iba.

Diste un suspiro, con tu corazón que latía a mil por hora, contenías las pequeñas lagrimas que amenazaban con salir de tus ojos mientras temblabas.

Temeroso, saliste de tu escondite, te sentaste en tu cama viendo fijamente  tus manos aun manchadas de la sangre de tu padre...

Sabías que esto no podía seguir así, sabias que siendo un humano tu vida estaba en constante peligro viviendo con tu padre...Tenías que irte...

Por fin, después de mucho tiempo te diste la libertad de llorar.

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