Capítulo 11

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Apenas llegué a mi casa, tire mi mochila al piso, lloré, empeze a tirar todo lo que veía, por todos lados en mi casa. Todavía esas palabras sonaban en mi mente, que haya llamado mierda, mis cartas, eso si que duele, es un estúpido, lo odio con todo mi alma, odio quererlo, lo odio.
Busco unas hojas y empiezo de la rabia a escribir una nota...
Querido Boludo: Sos tan idiota, de que culpaste a otra persona, y al que escribió la mierda de esa carta (como vos dijiste), le dolió tanto? Sos un tarado, soy la clase de persona que nunca habla sobre sentimientos, y vos lo arruinas asi de la nada. Ojalá te ....... Atte anónima, soy mujer! No soy el idiota de Julio!

•••

Voy más temprano de lo normal, subo tratándome de esconder, de alguna preceptora, entro al aula, pongo esa nota sobre su banco y me voy deseando de que porque justamente tenía que haber elegido este puto colegio. Aunque lo odiara, la tristeza invadía mas de mi, que el odio. Tenía mis ojos rojos, y con lágrimas no soltadas. Espera a que vinieran mis amigas, poco a poco vinieron cayendo todas, yo, tratando de fingir una sonrisa falsa, pero cada vez tenía más ganas de llorar.

•••

Formamos, y fuimos hacia el aula, me senté en mi banco, evitando mirar a alguien.
-Eu, ¿Emi te pasa algo?- Escucho la voz de un chico, luego de levantar mi cabeza, si, era el, Mateo.
-Nada. Andate de mi banco antes de que venga la profesora Akeda.
-Ok, lo que necesites, hablame. -Dijo el con gentileza, aunque me parece que lo fingió, porque ¿Quien todavía no estaría furioso, porque lo llevaran a la dirección? Pero, también supongo que el no ha visto la siguiente nota.
Observe detenidamente cuando vio, agarro la nota, pude ver la expresión de furia, pero al segundo expresó un sentimiento de dolor.
-Perdón Julio, perdón por haberte acusado de algo que nunca hiciste. Dijo Mateo arrepentido.
-Lo tendrías que haber dicho ayer, pero bueno, ya está lo que quería, te perdono como soy tan bueno. Dijo Julio con cara de ángel.
-Ajam, si claro.- En vez de darle atención a las palabras tan egocéntricas de Julio, empezó a mirar detenidamente la nota, yo sabía que en ese momento tenía que actuar ¿Y si recordaba que mi letra era muy parecida a esa?
-UNA ABEJAAAAA!!!-Dije yo, grite tan fuerte, a causa de ese grito, que nadie se dió cuenta de que era mío, todo el mundo empezó a gritar, a hacer un gran caos, y eso distrajo a Mateo de su investigación a la carta.
Pude ver, cuando termino todo el caos, que Mateo guardo mi nota en su bolsillo, como si fuera un diamante, pareciera que no le importara que lo hubiera insultado, le importó más lo que sentía hacia el.

Querido Boludo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora