°ESTA HABITACIÓN SE HA CONVERTIDO EN UN MAUSOLEO LLENO DE RELIQUIAS, DE ARREPENTIMIENTOS°
Sus manos sudaban, su cuerpo temblaba y el pobre castaño no podía evitar estar sorprendido de lo nervioso que se encontraba. Sus manos no paraban de moverse, se sentía mareado, estaba aturdido en todo sentido y en su cabeza revoloteaban ideas sobre el amor. Pero ¿por qué?
No era la primera vez que lo hacía, pero si la primera vez que no estaba seguro que fuera a ser algo de una noche, no, esto era nuevo, aquello se sentía como su fuera el inicio de algo sin final. Y sin pensarlo encontró lo que menos esperaba.
Estaba cansado de que las personas creyeran que él tenía sexo con muchas personas sólo porque era un cabrón (cuando había tenido apenas unas cuantas relaciones pasajeras, todas ellas fallidas), estaba harto de pasar por las camas de otros sin lograr tener un sentimiento verdadero hacia ellos (porque ninguno pudo hacer que se sintiera nervioso, no como se sentía ahora mismo). El castaño había creído que aquello llamado "amor" realmente no existía, pero lo había encontrado. A muy temprana edad había encontrado a aquel ser que lo desequilibraba por completo. Que lo aturdía y sobre todo... que lo hacía querer ser una mejor persona.
Él tenía tantas ganas de amar y ser amado, tenía tantas ganas de compartir su vida con alguien. Quería ser de alguien, quería ser tomado, quería ser de Andy Biersack.
No tuvo que ser un genio para saber desde el primer día que quería tomar a ese chico como suyo, y es que su novio era una maldita delicia. Era la carne perfecta para cualquier cazador.
Era tímido, inocente y un ser muy seductor. Alguien muy contrario al castaño, y al mismo tiempo el complemento perfecto.
Sintió las manos frías del menor recorrer todo tu torso desnudo y los besos húmedos que este iba dejando por todo su cuello, todo aquello lo estaba volviendo loco. En un movimiento, Oliver tomo las manos del pelinegro y las puso sobre su cabeza, todo con suma delicadeza, como si temiera romperlo de algún modo, si esas manos seguían tocando su cuerpo caliente no iba a soportar más tiempo. Él no quería ser rudo, no con el pequeño ojiazul que estaba debajo de su cuerpo, él merecía ser tratado como un príncipe: delicada y suavemente, con respeto y un máximo de cariño.
― Oli – suspiro Andy, cuando su novio movió sus caderas, pegando pelvis con pelvis, rosando sus miembros por encima de la tela. Miembros que necesitaban atención.
Estaban en casa del Jordan, uno de los mejores amigo de Oliver, en una de las tantas habitaciones para huéspedes que tenía la enorme casa. Oliver había pensado en que, la primera vez del menor debía ser especial, en un lugar hermoso, después de una cena romántica, algo planeado y con un estructurado plan, pero no.
Minutos antes, en la pista de baile, la pareja había tenido un contacto cercano, tocando puntos sensibles y calientes. Podían sentir los jadeos uno del otro y Oliver creyó soportar la cercanía a su novio.
Él iba a esperar el tiempo que fuera necesario para que Andy se sintiera a gusto de llevar acabo ciertas acciones. Pero en cuanto el pelinegro le soltó al oído del castaño las palabras: "llévame a tu cama" los sentidos de Sykes se disiparon, creando una cortina de humo en sus pensamientos coherentes y levantando por los muslos a su novio, teniendo las largas piernas de Andy enrolladas en sus caderas llegaron al primer piso, viendo la segunda puerta a la izquierda abierta y con un par de pasos dentro de la habitación, Oliver empujo la puerta con su pie, encerrándolos a ellos en un mundo aparte del que los rodeaba.
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If These Sheets Were States || SYSACK
Short Story"Sí estas sabanas fueran los estados Y sí estuviera a kilómetros de distancia Las doblaría de punta a punta Para atraerte más cerca de mí" Oliver y Andy aprenderan que la distancia no es una problema. Cuando se tiene el suficiente amor.