2. Separados

10 0 0
                                    

Abrí los ojos lentamente, mis sentidos todavía estaban sin funcionar del todo bien. Sólo sentía que mi cuerpo estaba mojado. Cuando mi sentido del oído regresó, escuchaba unos sonidos peculiares, como cantos. Y escuchaba el placentero ruido del fluir del agua. Cuando mi sentido del tacto retornó, sentía que me encontraba entre unas piedras, a la orilla de un lago o río. No paso mucho tiempo cuando la vista decidió despertarse. Me encontré con un paisaje hermoso. Al lado izquierdo, a lo lejos, había una cascada. Rodeada de un bosque de unas cosas grandes y verdes. Alrededor mío, aparte de las piedras, habían unas pequeñas cosas delgadas, con cabezas de colores, y patrones perfectos en sus centros.
El cielo no tenía el color celeste de antes, ahora era una gama de colores cálidos, y a la vez fríos. La gran estrella que iluminaba el planeta se encontraba al lado derecho. Muy cerca de la las montañas que se pintaban en el fondo, con la luz del Sol.

Me paré, y limpié un poco mi modificador de apariencia. Sentía que me olvidaba o que faltaba algo. Busqué alrededor, para intentar recordar. Ese fue el momento en el que me di cuenta que la gema que me había salvado la vida, ya no estaba conmigo. Empecé a gritar su nombre, para ver si tenía respuesta alguna. Me dije a mi mismo que probablemente el ya había despertado antes, y decidió explorar el lugar. Sin embargo, no estaba seguro de ese pensamiento. Así que decidí caminar cuesta abajo, porque si me dirigía hacia el lado de donde veníamos, probablemente habría un camino muy difícil.

Caminé hacia donde el Sol se ocultaba, y la oscuridad empezaba a ganar terreno a mi alrededor. El camino se veía cada vez más difícil de ver, por lo que me tropezaba de vez en cuando. Pero las estrellas llegaban detrás de la oscuridad, e iluminaban el cielo. Pude notar que se podía ver el mapa de las colonias de gemas dibujadas en ciertas partes. Pero de un momento a otro, me encontraba de cabeza. Mis conectores de gravedad estaban pegados entre si, incapaces de poder moverse, una soga tenía atrapado mis piernas, y junto a ellas, a mi.
Traté de desamarrar la cuerda, pero era muy débil como para poder cambiar mi postura. Así que esperé a que algo sucediera. Hasta que al otro lado del lago, pude ver una luz anaranjada, entre las cosas gigantes. Había una criatura con apariencia de gema, pero tenía una máscara o algo en su rostro, que no permitía ver su rostro... valga la rebundancia. Cuando la criatura se fijó en mi, se quedó quieta unos segundos, y de poco a poco se me acercaba. Iba saltando entre las rocas que sobresalían del río. Con una antorcha en su mano. A medida que se acercaba, era cada vez más terrorífico ver a la criatura. Y me empecé a asustar, pero estaba paralizado.
La criatura se encontraba al frente mío, me observaba de reojo, y me rodeaba. Trate de comunicarme con la criatura: —ho-hola...uhm disculpa...me quedé atrapado en esta cosa, y no puedo liberarme de la soga...— decía con nerviosismo, mientras la criatura acercó su rostro hacia mi gema, la cual se se encontraba en mi pecho. — también estoy buscando a alguien que estaba conmigo, es verde, más alto que yo, ligeramente ancho...¿no se sí me puedas ayudar?— cada segundo empezaba a dudar si la criatura podía o no comunicarse y yo estuviese hablando a una cosa muy primitiva. Hubo unos segundos de silencio, sólo se podía oír el fluir del agua.
Pero de repente, la criatura sacó algo muy filoso que parecía ser un arma. En ese momento entré en pánico, y trate con todas mis fuerzas desamarrarme de las cuerdas que me tenían atrapado. La criatura se alejó. Se paró un rato. Hasta que de repente lanzó el arma hacia donde me encontraba, ya podía ver mi gema ser destrozada.
Pero en vez de sentir dolor, sólo llegué a sentir el suelo. Al parecer la criatura le apuntó a la soga, y pude liberarme. La criatura se acercó a mi, rápidamente, agachado, y con sus dedos, empezó a rodear los bordes de mi gema. Era un momento muy incómodo. Hasta que de repente, la criatura me cogió de la cintura para después ponerme en su hombro derecho. Cogió la antorcha, y se dirigía hacia el lugar de donde lo vi venir.
Trataba de liberarme, pero no tenía la fuerza suficiente como para hacer movimientos bruscos. Así que al final termine rindiendome, y esperar hasta que me deje en paz.

La historia de PrismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora