Pablo Neruda (Poeta Chileno )

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De Pablo Neruda

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Albertina Azocar

ALBERTINA: También hoy, 22, llegó carta de ti. Estás magnífica. El domingo me voy. Venía la pluma. El viento me la quitó. Ha llegado allá? Estudias? He robado un gatito romano, hermosísimo: lo llevaré a Santiago. Aquí hay ya una bruma de invierno, y qué tristes los puertos, cuando llueve! He aquí mi retrato.

Pablo


De Pablo Neruda

A

Albertina Azocar

Ya estaremos juntos de nuevo, Mocosa, y estaremos por lo menos más alegres. Este es un pueblo amarillo y triste, ya lo he recorrido entero, ya he hablado con todos mis conocidos, ya he leído todos los libros que traje, ya he visto todas las estrellas de este cielo. Por eso, ve modo de escribirme; te quiero tanto cuando pienso que esta no es mi vida enteramente, porque tu no estás y me faltas. El lunes me iré al campo: a dos leguas a caballo. Vendré a buscar tus cartas y a poner las que pueda escribirte, que no serán muchas ni muy interesantes. No pienses que vaya a Concepción, mejor piensa, pero no creas que pueda ir: está tan lejos y no podría traerte.

Todos mis proyectos de escribir, estudiar, pensar, se van derrumbando. Estoy mal en el pueblo, mal en mi casa, en todas partes. Hoy a las 12 tuve un deseo violento de volver a Santiago y enterrarme libremente en mi conventillo. Es posible que lo haga, por lo menos no es imposible. De todas maneras estudiaré en febrero (estudia!) y en marzo veré los ojos de té de la Pequeña. De la mala Mocosa que en 11 días me escribe diez renglones, y olvida el número de mi casilla.

No mereces una línea más.

Tuyo

Pablo

De Pablo Neruda

A

Albertina Azocar

¿Qué cosas contarte, mi Pequeña, para que te diviertas? Es de noche, y estoy alegre, alegre. Solo en mi casa, que es como una torre llena de ventanas por donde miro la noche llena de estrellas. No siento el cansancio del viaje, a pesar de lo accidentado que fue. Pero llegué al fin. Vagué toda la tarde po estas calles que tanto he visto. Por las afueras, anduve y traje grandes atados de violetas que por lo hermosas debieran ser para ti. Qué alegría ver este pasto verde, estos cerros oscuros de las nieblas del atardecer y sentirme yo, yo mismo, libre de tanta tontería. ¡Ah! Si tú estuvieras, Albertina. Si estuvieras junto a ese brasero que me entibia, si estuvieras con tus hermosos ojos tristes, con tu silencio que tanto me gusta, con tu boca que necesita mis besos. ¡Ven Pequeña! O por lo menos piensa en mí Uno, dos, tres, cien besos de tu Pablo."

De Pablo Neruda

A

Albertina Azocar

Amor mío, mi primer beso y mi primer pensamiento para ti mi adorada, te mando flores y todos los besos que caben en tu boca postal y en tu corazón, sueño mío adorada mía, sabes dónde vas?

Vas hacia mí, adonde vayas, andes, vueles, corras, vas andando, colando, corriendo hacia mi amor mío!

Amor mío no sufras, no temas, mi vida la escogí yo y también la escogí para ti también y todo saldrá como queremos, lo importante es nuestro tesoro, nuestro amor y a mí no me vencerán, espero que esto también pasara...

Vida mía contigo quiero estar en todas partes seguro y orgulloso de ti estoy

Tu Pablo


De Pablo Neruda

A

Albertina Azocar

Pequeña, ayer debes haber recibido un periódico, y en él un poema de la ausente (tú eres la ausente). ¿Te gustó, pequeña? ¿Te convences de que te recuerdo? En cambio tú. En diez días, una carta. Yo, tendido en el pasto húmedo, en las tardes, pienso en tu boina gris, en tus ojos que amo, en ti. Salgo a las cinco, a vagar por las calles solas, por los campos vecinos. Sólo un amigo me acompaña, a veces.

He peleado con las numerosas novias que antes tenía, así es que estoy solo como nunca, y estaría como nunca feliz, si tu estuvieras conmigo. El 8 planté en el patio de mi casa un árbol, un aromo. Además traje de las quintas, pensando en ti, un narciso blanco, magnífico. Aquí, en las noches, se desata un viento terrible. Vivo solo, en los altos, y a veces me levanto, a cerrar la ventana, a hacer callar a los perros. A esa hora estarás dormida (como en el tren) y abro una ventana para que el viento te traiga hasta aquí, sin despertarte, como yo te traía.

Además elevaré mañana, en tu honor, un volantín de cuatro colores, y lo dejaré irse al cielo de Lota Alto. Recibirás, querida, un largo mensaje, una de estas noches, a la hora en que la Cruz del sur pasa por mi ventana (...) A veces, hoy, me da una angustia de que no estés conmigo. De que no puedas estar conmigo, siempre.

Largos besos de tu Pablo

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Un Te Amo De: Grandes HombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora