Dos

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Nunca me di cuenta de la verdad...

Habían pasado tres meses desde que Jimin había entrado a su nueva universidad, su sonrisa ya no era la misma. La alegría ya no llegaba a sus ojos.

Yoongi y él compartían un lindo apartamento, lo que él siempre quiso, entonces... ¿por qué no era completamente feliz?

—Jiminnie— murmuró un adormilado Yoongi rebuscando al menor entre las sabanas, al no encontrarlo abrió perezosamente sus ojos. La imagen que vio no fue agradable. Jimin salía del baño sólo con un pequeño bóxer que dejaba al descubierto la mayor parte de sus muslos, pero en estos se encontraban enormes cicatrices. Jimin al percatarse de que el mayor estaba despierto soltó un grito agudo y rápidamente se colocó la toalla en la cadera y dio media vuelta para regresar el baño. 

Yoongi había visto eso.

La pereza desapareció totalmente del cuerpo de Yoongi. Se levantó de la cama a la velocidad de la luz y había llegado antes de que Jimin lograra cerrar la puerta.

—H-Hyung, por favor... déjame— murmuraba el pequeño entre llantos.

Yoongi antes de responder logró entrar completamente al baño y abrazar al menor — Por favor... dime cual es la razón — las lágrimas amenazaban con salir de los ojos del mayor. Un dolor inmenso se posicionó en su pecho y sentía que no podía respirar. Su Jiminnie había sufrido.

—S-s-son cicatrices de hace muchos años atrás, Hyung — mintió— Realmente ya ni recuerdo el por qué lo hacía. — comentó. Sus ojos se veían más pequeños que nunca, las lágrimas afectaban mucho su visión.

— Prométeme que cuando sientas la necesidad de hacer eso acudirás a mí, sin importar la hora o el día. Yo estaré para ti. — el menor asintió en silencio. Sintió la calma posicionarse en su pecho. Yoongi no lo había juzgado.

Perdóname, Jimin (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora