2- Reunión.

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[disculpad que venga este segundo cap con casi medio año de retraso hgnghfn gracias a todo el mundo que haya leído el primer capítulo, espero que sigáis con ganas de la historia!! aquí está el cap 2, espero de verdad subir de manera más regular (y pronto)!]


La voz de Steven llamando mi nombre me obligó a abrir los ojos de nuevo. Estábamos delante de la base del Equipo Magma, como me había prometido. Me sentí estúpida, pensando que quizás Steven bromeaba y me iba a llevar lejos, muy lejos – donde Wally siguiese vivo, donde Maxie no tuviese en su poder a Groudon, donde yo podría haber continuado con mi vida de manera normal.

Steven me miró con lástima, pero con un leve movimiento de cabeza me instó a acercarme a él. Yendo unos pasos por detrás suyo, nos acercamos a la puerta. Allí, una multitud de miembros del Equipo Magma esperaban con aire aburrido, aunque rápidamente se irguieron cuando vieron a un superior delante suyo. Steven los miró con dureza, asustándome de algún modo. Parecía tan real... ¿De verdad era un simple acto?

"Quiero ver a Maxie, ahora" sentenció. Ellos asintieron y rápidamente entraron. A los pocos segundos, la puerta se abrió. Steven ni siquiera me miró antes de entrar. Tragué saliva.

La base había sido completamente reformada. Grandes telas con el símbolo del Equipo Magma adornaban las paredes, los grandes ventanales adornados con mosaicos de diferentes pokemon de fuego y tierra. Era un lugar grande, porque los techos casi rozaban el cielo; las paredes y el suelo, de piedra. A pesar de ello, no sentía frío.

Multitud de reclutas venían de aquí para allá, casi sin descanso. Apenas se miraban entre ellos, mucho menos a nosotros. Alguno abría los ojos cuando reparaba en mí, pero no se detenía ni cuchicheaba. Parecían auténticas máquinas.

De pronto, reconocí a uno de ellos viniendo hacia nosotros. Era Tabitha, el ejecutivo del Equipo Magma al que tantas veces me había enfrentado en el pasado. "Ahora somos... ¿compañeros?", pensé con amargura. Sus ojos se posaron primero en los de Steven, y después en los míos. Me encogí. Era un hombre muy grande, capaz de aplastarme en cualquier momento como si de una hormiga me tratase.

"Maxie os está esperando. Seguidme."

Esta vez Steven me miró, mi mano buscando inconscientemente la suya. Necesitaba cualquier gesto, cualquier cosa que me diese algo de valor. Me rozó los dedos suavemente con los suyos antes de comenzar a andar.

Tenía la sensación de haber estado caminando durante horas y horas hasta que llegamos a la sala en la que se encontraba Maxie. Cualquier esperanza que pudiese albergar se destruyó por completo antes de entrar allí – aquel edificio era aterradoramente grande, incluso si intentase echar a correr no llegaría muy lejos.

Cuando la puerta cedió, nos encontramos en el mismísimo despacho de Maxie. Sudores fríos me recorrían la espalda, y tratando de controlar mis temblores como podía, entré junto con Steven. Sin embargo, aquella despiadada figura vestida de rojo sonrió con malicia.

"Steven, agradezco tu presencia, pero no es necesaria. Retírate."

Steven me miró alarmado, con el pánico escrito en los ojos. Sin embargo, sonreí levemente, tratando de decirle sin palabras que de algún modo estaría bien. Suspiró, y mirando una última vez a Maxie, salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

Me quedé allí de pie, esperando que Maxie dijese algo. Quizás iba a matarme ahora mismo y en un acto de amabilidad, le había pedido a Steven que no estuviese presente. Quizás iba a torturarme antes de acabar conmigo, quién sabe. No sé qué idea prefería.

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